VALÈNCIA. Un niño, un joven grecorromano, dos sacerdotes, una mujer casada y un funcionario componen ahora en CaixaForum València la historia del antiguo Egipto. Seis momias que a través de sus vendajes, su hogar y los objetos que les acompañában en el sarcófago permiten conocer el relato de la gente que vivía a lo largo del valle del Nilo entre el 800 a.C. y el 100 d.C. Toda esta historia se desgrana ahora en Momias de Egipto. Redescubriendo seis vidas, una muestra que nace de la colaboración entre el British Museum y el CaixaForum València y que puede visitarse hasta el 21 de enero de 2024.
La exposición tal y como lo explica Daniel Antoine, comisario e historiador, nace de un gran proceso de un estudio de los cuerpos a través de técnicas de tomografía computarizada, que permiten que los cuerpos de las momias se lean por “capas” y que arrojan luz sobre sus vidas, que permiten ahora ampliar el relato del antiguo Egipto.
En este proceso de investigación, lento y costoso, se trabaja con un escáner muy sofisticado en el que el cuerpo no tiene por qué ser tocado por la máquina. La explicación “sencilla” según Antoine es que se trata de un modelo de trabajo que “pela virtualmente las vendas y permite identificar cada capa”, algo que permite generar un escaneado 3D de lo que sucede dentro de un sarcófago: “Identificamos dónde terminan los vendajes y vemos donde comienza la piel y el músculo. Cada capa se investiga por un experto y gracias a un software podemos ver donde están los objetos que colocan los embalsamadores y estudiar cómo se preparaba el cuerpo”.
A todo esto se le suma la antropología física, para determinar a qué edad murieron, de qué y las enfermedades que parecían. Las momias se disponen al lado de una pantalla que desvela todos sus secretos, desde si les falta algún diente hasta su clase social y sus costumbres. Las vendas envuelven cientos de curiosidades: desde cómo las clases altas -que consumían más carne- tendían a mostrar más problemas cardiovasculares hasta el tipo de moño que usaban las mujeres.
El interés de la muestra recae completamente en sus protagonistas. La comisaria e investigadora Marie Vandernbeush, resalta que los seis personajes que nos cuentan la historia del antiguo Egipto pertenecían a las clases altas, y que gracias a los jeroglíficos que envuelven sus sarcófagos, al escáner de los restos y a su forma física se puede intuir parte de su origen y relato.
De esta manera gracias a la forma en la que se conservan sus cuerpos, a la composición de sus huesos y a los elementos que rodean a los muertos se puede leer parte de su vida, que ahora queda al descubierto en el museo: “Al final trabajamos sobre niveles, miramos los restos y analizamos a que parte de la población pertenecían. Los materiales que se usan para secar el cuerpo ya nos cuentan parte de la historia, sus nombres y puestos de trabajo estaban inscritos en el ataúd y a veces se puede identificar hasta la causa de la muerte”, explica la comisaria. El logro de la muestra es contextualizar la historia de los cuerpos con su vida en el pasado, a través de las momias y de los objetos que las rodean.
En el paseo entre las diferentes salas se encuentran más de 260 objetos originales van contando estas pequeñas historias que rodean a nuestros protagonistas, sobre los que ahora se puede seguir investigando infinitamente. En las vitrinas se destacan, además, modelos en impresión 3D de objetos que podrían haberse encontrado dentro del propio sarcófago, que se ven a través de este meticuloso escáner, y que no se podrían extraer sin desenvolver a la momia por completo.