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debate sobre los presupuestos de alicante para 2017

El "último cartucho" del tripartito de Alicante: una cuestión de confianza para aprobar las cuentas

Echávarri admite que existe la posibilidad de vincular las cuentas a un 'examen' sobre su gestión, aunque sostiene que todavía no se ha valorado recurrir a ese mecanismo. Garantiza que el tripartito agotará el mandato: "Nos comeremos el turrón también en 2017 y 2018"   

24/12/2016 - 

ALICANTE. La ruptura de la negociación privilegiada con Ciudadanos (C's) no agota las posibilidades del equipo de Gobierno para aprobar los próximos presupuestos del Ayuntamiento de Alicante. El tripartito confía en un plan B y puede que, en último término, incluso un plan C. 

La primera alternativa es la de la recapacitación. El alcalde, el socialista Gabriel Echávarri, confió este viernes en que la propuesta de planificación económica para 2017 acabe prosperando durante la fase de enmiendas, gracias al apoyo o abstención de al menos uno de los concejales de los grupos de la oposicion: PP (ocho ediles), C's (5), o los no adscritos, Nerea Belmonte y Fernando Sepulcre. De hecho, como publicó Alicante Plaza, el primer edil volvió a apelar tanto a C's como al PP a su sentido de responsabilidad para que no bloqueasen la aprobación, ya que "la prórroga de los presupuestos del 2016 no es buena para Alicante; se pondrían en peligro inversiones y proyectos muy importantes", reiteró. 

En principio, las posiciones políticas se antojan demasiado enconadas como para que ese respaldo (explícito o tácito) pueda llegar a producirse. Hay tiempo para tratar de lograr un acercamiento, aunque la portavoz de C's, Yaneth Giraldo, ya dejó claro el miércoles que su partido no iba a permitir la aprobación del presupuesto si el tripartito no se comprometía a aceptar el decálogo de medidas de contenido político presentado como condición ineludible. Descartó su abstención incluso aunque sí se tomen en cuenta, en la fase de enmiendas, las 29 modificaciones de partidas concretas recogidas en su documento de propuestas económicas. Y el portavoz del PP, Luis Barcala, también anticipó este viernes que su grupo difícilmente podría respaldar un documento en el que el tripartito les ha negado la posibilidad de realizar aportaciones. "Están en situación de minoría y no nos han dejado ni presentar nuestras propuestas", dijo. "En la fase de enmiendas todo está muy tasado y prácticamente no hay margen de maniobra para poder influir en el presupuesto", abundó. Así que, resumió, "por lo que conocemos hasta ahora sobre la propuesta del tripartito, no parece que sea el presupuesto que necesita la ciudad de Alicante y en consecuencia no podemos apoyarlo".

PSOE, Guanyar y Compromís deben sumar más votos a favor que en contra para que las cuentas puedan entrar en vigor. Con el rechazo más que probable de C's y PP -salvo cambio de criterio improbable- las miradas se dirigen a Belmonte y Sepulcre. Como publicó este diario, la primera prevé ser fiel a los planteamientos del programa político bajo el que se presentó a las elecciones. Es decir, si la propuesta del tripartito se ajusta a esa hoja de ruta, los apoyará. Si se desvía, los rechazará. En su posición también influirá cómo se prioricen los contenidos de ese programa: "Si se prima, por poner un ejemplo, las partidas para la Concejalía de Protección Animal sobre las de Acción Social, votaré en contra aunque las dos cuestiones estén recogidas en el programa", explicó. 

Belmonte: "Si se prima, por poner un ejemplo, las partidas para la Concejalía de Protección Animal sobre las de Acción Social, votaré en contra aunque las dos cuestiones estén recogidas en el programa"

La posición de Sepulcre es toda una incógnita. En la Diputación, donde también ocupa escaño, lleva dos ejercicios consecutivos permitiendo que el PP apruebe sus presupuestos con su voto favorable decisivo después de que se hayan aprobado sus enmiendas. Hasta ahora, el exconcejal y exdiputado de C's sostiene que no tiene una posición definida porque no conoce la propuesta del tripartito en profundidad. 

En el caso de que ese plan B no fructifique, el tripartito tiene a su alcance un plan C. Sería "un último cartucho", como lo calificó este viernes el propio Echávarri al admitir la existencia de ese recurso. Se trata de forzar la aprobación de las cuentas vinculándolas a una cuestión de confianza. Como publicó este diario, se trata de una herramienta que permitiría validar las cuentas de forma automática. Se celebraría un pleno en el que el alcalde reclamaría el respaldo del pleno de la corporación a su gestión. Si lo obtuviese, el presupuesto quedaría aprobado en esa misma sesión. Si la oposición no le diese su apoyo, se abriría un plazo de un mes para que se presentase una moción de censura para impulsar un cambio en la Alcaldía. 

Moción de censura inviable

Si transcurrido ese plazo, no se hubiese registrado esa propuesta de gobierno alternativo, el presupuesto del tripartito también quedaría aprobado de forma automática. La clave de la cuestión es que, en la actual composición política del ayuntamiento, es materialmente imposible que se presente una moción de censura que pueda prosperar. El tripartito suma 14 votos de 29 ediles de la corporación; PP y C's cuentan con sólo 13 y los dos de los ediles no adscritos "no computan", como subrayó también este viernes el portavoz del PP, Luis Barcala. Consecuencia: no hay mayoría suficiente para cambiar al alcalde. 

Echávarri sostuvo este viernes que en el seno del tripartito todavía no se ha valorado la posibilidad de recurrir a ese mecanismo legal. El portavoz del equipo de Gobierno, Natxo Bellido, ratificó esa versión el miércoles en declaraciones a Alicante Plaza. Lo cierto es que la maniobra entraña sus riesgos por una cuestión de imagen: expone al alcalde (y, por extensión, a todo el tripartito) a una derrota política de poderoso contenido simbólico. Se escenificaría que no existe confianza en la capacidad del equipo de Gobierno para gestionar. En el seno del tripartito hay quien piensa que no se debería optar por esa cuestión de confianza, porque "lo que ha pasado es que se ha perdido la mayoría absoluta por la expulsión de una concejal [Nerea Belmonte] en beneficio de la limpieza ética y la transparencia, no porque no se contase con un respaldo mayoritario de la ciudadanía". 

Por lo pronto, tanto Echávarri como el vicealcalde y líder de Guanyar, Miguel Ángel Pavón, garantizaron este viernes que el tripartito está cohesionado y que "nos comeremos el turrón también en 2017 y 2018", en palabras del primer edil, pese a la existencia de diferencias internas. En esta línea, Pavón sostuvo que la ciudad "sigue avanzado y mejorando con un gobierno plural que tiene discrepancias puntuales, aunque las cosas salen adelante".              

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