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EN SU TINTA

El Barrio (más que nunca) del Mercado 

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La pandemia ha vaciado la ciudad, pero el Barrio del Mercado emerge como una pequeña Galia, irreductible y vibrante. Ahí está su gigante, el Mercado Central y sus valientes guerreros, los comerciantes del barrio

Gastronomía de barrios

Comer en el barrio de Patraix

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Patraix es un barrio barrio, con todo lo bueno que ello conlleva.  En el distrito con mayor movimiento vecinal de la ciudad uno puede comer desde unas bravas deliciosamente guarruzas por cuatro euros hasta uno de los pescados gallegos más exquisitos y raros del mundo. Esto es Patraix, amigos   

GAStronomías de barrio: la xerea

Comer bien cerca de la Plaza del Patriarca

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La plaza del Patriarca tiene todo lo que debe tener una plaza. Una iglesia, una fuente, niños jugando a la pelota, unos novios recién casados que salen de una iglesia y una leyenda con dragones y un cocodrilo que llegó del Perú. Y para contemplar el espectáculo, unas cuantas terrazas desde donde hay dejar que la vida pase.  

GASTRONOMÍAS DE BARRIO

Comer en el barrio del Botánico

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El Botánico es un barrio, pero también un símbolo. El del movimiento vecinal que hace 22 años se creó para proteger un solar y salvar un jardín. Ese aroma cívico y reivindicativo sigue presente en algunos de los bares, restaurantes y locales de la zona. Las batallas, aunque sean pacíficas, también dan hambre 


GASTRONOMÍAS DE BARRIO

Comer en el barrio de La Petxina

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Entre la Gran Vía Fernando el Católico y Pérez Galdós se encuentra La Petxina, un barrio conocido como el ensanche pobre frente al más señorial y legítimo Eixample. Una zona que forma parte de mi educación gastronómica. Allí me comí mi primer kebab, probé la moussaka y me enamoré de las alcachofas a la brasa

GASTRONOMÍAS DE BARRIO

Comer (bien) en el centro de Valencia 

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Entre toda la morralla gastronómica que rodea la Plaza del Ayuntamiento, también encontramos algunos de los mejores restaurantes de la ciudad. En sus mesas se han cerrado tratos, se han pactado acuerdos políticos y probablemente también se han urdido vendettas. Todo ellos tienen algo en común. Se come muy bien

GASTRONOMÍAS DE BARRIO

Comer en los alrededores de la Plaza del Ayuntamiento (I)

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Ocurre en todas las grandes urbes. El epicentro de la ciudad, el kilómetro cero desde donde arrancan las rutas turísticas, el núcleo de todo está vetado para los buenos paladares. Solo hay que alejarse unos metros para encontrar lo que no existe en la plaza del Ayuntamiento.

GASTRONOMÍAS DE BARRIO

Algirós en siete paradas gastronómicas

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El barrio de l’Amistat, en el distrito de Algirós, no es un punto neurálgico gastronómicamente hablando en Valencia. Precisamente por eso, los restaurantes aquí no sufren los dictado de las modas. El que hace las cosas bien (y hay más de uno) triunfa y se mantiene en el tiempo, cosa nada sencilla en esto de la restauración.

GASTRONOMÍAS DE BARRIO

Comer por la zona universitaria: Plaza Xúquer

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Es probablemente la zona de Valencia con más universitarios por kilómetro cuadrado. Y ya se sabe que los estudiantes, con sus economías de guerra y sus hígados indestructibles, no se distinguen especialmente por tener un paladar refinado. Sin embargo, estas calles esconden unas cuantas excepciones.

gastronomías de barrio

Ruzafa no se acaba nunca: Comer, beber y trasnochar en Ruzafa (II)

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Tras el peregrinaje por la Ruzafa más cosmopolita de la anterior entrega, toca adentrarse en otro vértice de este barrio de mil caras:  un barrio en el que convive la vanguardia de Camarena con la barra de Gabi, esa Ruzafa de los cafés donde se lee y se agitan las ideas junto a un mercado que intenta rejuvenecer sin perder su identidad. Esas calles de una Ruzafa inabarcable e infinita.

COMER

Nostalgia de barrio, comer en Arrancapins

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Arrancapins tuvo su época dorada, pero como muchos otros barrios en Valencia, hoy se mantiene en una suerte de standby, a la espera de recuperar el carácter de tiempos mejores. Delimitada por algunas de las grandes vías, la hermana menos sofisticada de Ruzafa, la vecina menos combativa de Patraix esconde varias joyitas gastronómicas. Es además, el barrio donde me crié. Y ya saben que las calles que lo ven a uno crecer, dejan huella. Para bien o para mal.

gastronomías de barrio

Comer en el casco histórico, la zona de El Carmen

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Huerta en la época prerromana y enclave fundacional de la ciudad de Valentia por dos mil colonos romanos; arrabal musulmán y posterior burdel; asentamiento gremial de cerrajeros, caldereros, curtidores o tintoreros que dieron nombre a muchas de las calles actuales; zona donde se alojaron aristócratas, clérigos y proletarios a lo largo de la historia.

gastronomías de barrio

Comer de cara al mar, El Cabanyal

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Asentamiento de pescadores, municipio independiente bajo el evocador nombre de Pueblo Nuevo del Mar, zona de veraneo de la alta burguesía valenciana, objeto de enfrentamientos políticos y estandarte de la lucha y la participación vecinales

GASTRONOMÍA DE BARRIO

Comer en Benimaclet, el barrio más bullicioso de la ciudad

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El barrio de Benimaclet se ha quedado detenido entre dos mundos. Entre el derecho al descanso que reclaman sus vecinos y el desenfreno juvenil de los universitarios que compartenpiso desde 150 euros la habitación y siempre están dispuestos a tomarse la última. Este es un recorrido por sus mejores restaurantes, locales y desayunos.