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un grupo de ilicitanos 'adoptan' una parte del amazonas peruano

Oxizonia: emprender para proteger el medio ambiente

Una ONG surgida en Elche busca compensar la pérdida de la masa boscosa del planeta y cuenta con la colaboración de afectadas por el cáncer de mama para luchar en el Amazonas 

| 24/06/2018 | 3 min, 2 seg

ALICANTE.- La Responsabilidad Social Corporativa está adquiriendo cada vez más presencia en la filosofía de empresa de muchas grandes corporaciones, pero no es tan habitual encontrarla como el eje sobre el que gira un proyecto.

Hace unos doce años José Ramón Mena (Elche, 1966), acompañado unos años más tarde por José Luis Galipienso (Elche, 1970) y en la actualidad por David Berkhoff García (Charleroi, Bélgica, 1966), acometieron la tarea de hacer de la reforestación y la recuperación boscosa algo viable, no solamente una utopía ecologista en medio de la especulación. Pequeños empresarios o trabajadores por cuenta propia, radicados en Elche, tomaron la decisión de dedicar una parte de sus ingresos a «adoptar» un espacio forestal de alta biodiversidad en el Amazonas peruano, en la zona de amortiguamiento del Parque Nacional del Manu, concretamente en un gran territorio colindante al predio Privado «Palmaceda», dentro de la Reserva ecológica Chontachaca en el Departamento de Cusco, provincia Paucartambo, distrito de Kosñipata, comunidad de Chontachaca, Perú. Crearon para ello el proyecto Oxizonia. 

Europa ha perdido su masa boscosa. Asia es casi un desierto, con la macro-industrializada China a la cabeza. África es un experimento de aniquilación. El único pulmón que ahora mismo nos permite respirar en el planeta se encuentra alrededor de la zona amazónica. Los gobiernos y las administraciones consiguen proteger una parte de la esquilma de la tala ilegal, la agricultura intensiva legal, la minería ilegal y la contaminación irreversible de acuíferos, muchas veces con la excusa del turismo. Pero no es suficiente.

«Nadie tiene derecho a robar al futuro, para conseguir beneficios rápidos en el presente. Hay que saber cuándo tenemos suficiente», se puede leer en la web de Oxizonia, un lema tomado de la activista ambiental estadounidense Julia Butterfly Hill.

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En 2018 José Ramón y sus socios pensaron que ya había llegado el momento de compartir su trabajo. Tras la campaña «Apadrina un bosque amazónico», con la que buscaban la complicidad de las personas que decidían obtener un certificado que daba fe de una actitud activa ante uno de los problemas medioambientales más preocupante de los tiempos que vivimos, con un notable éxito, decidieron acometer una campaña de visibilización, buscando la complicidad de un colectivo muy sensible. Se plantaron en Amacmec, la Asociación de Mujeres Afectadas por Cáncer de Mama de Elche y Comarca, y les propusieron un reto, invitaron a cinco miembros de la asociación a participar en una expedición a la reserva amazónica, con todas sus consecuencias. 

Tras un exhaustivo sistema de selección, y un sorteo posterior, entre todas las participantes que se habían presentado voluntarias, María Socorro, Isabel Jaén, Susana Pomares, María Villegas y Trini Valls formaron parte de «La Travesía por la vida, mucho por vivir», el nombre elegido para esta aventura.

José Ramón Mena, alma mater de Oxizonia, e Isabel Jaén, tal vez la amazona más atrevida de entre las cinco valientes que decidieron ir a la aventura, dan testimonio de una historia con mucho futuro.


* Lea el artículo completo en el número de junio de la revista Plaza

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