Montaje: GUILLERMO R. GILVALÈNCIA. Una vez terminado el mes de agosto y, en muchos casos, también las vacaciones de verano, los costes adicionales del retorno a la rutina y a las aulas son una de las preocupaciones principales de los hogares de todo el país, que suelen prestar más atención a sus desembolsos en septiembre que en otros periodos del año. Algunos de ellos, de hecho, aprovechan incluso para revisar sus gastos anuales, que en la Comunitat Valenciana se estiman de 29.969 euros de media por núcleo familiar, algo menos de 1.600 euros al año por debajo de la cifra estatal.
No obstante, y según las cifras de la Encuesta de Presupuestos Familiares elaborada por el Instituto Nacional de Estadística (INE), el gasto de los domicilios valencianos ha variado notablemente a lo largo de los últimos quince años. Factores como la crisis de 2008 y, más recientemente, la covid-19 o la elevada inflación han marcado los patrones de consumo familiares y son, en parte, responsables de que la sanidad o la vivienda tengan ahora un peso más relevante que hace más de una década, justo al contrario de lo que sucede con los bienes culturales o las prendas de vestir.
Desde 2006, año en el que comienza la serie estadística del INE, el gasto de los hogares en vivienda y de las facturas del agua o la luz ha crecido un 36%, por lo que representa casi un tercio de su gasto total anual. Este porcentaje, sin embargo, llegó a ser todavía mayor durante los años más críticos de la pandemia del coronavirus, debido a que los hogares dejaron de gastar en áreas como la hostelería, los transportes o los establecimientos hoteleros y, en cambio, los costes de la vivienda apenas se vieron afectados.
Del mismo modo, en los últimos ejercicios, cuestiones como el alza de los costes energéticos o de las hipotecas han propiciado igualmente que el desembolso en este apartado se eleve ya en un 9% respecto a 2019, el año previo a la crisis sanitaria. De hecho, solo otras dos partidas de gasto han crecido más en ese tiempo. Una de ellas es la alimentación, que se ha visto notablemente afectada por otro de los principales desafíos económicos actuales, como es la inflación. Como sucede con la vivienda, el dispendio anual de los hogares valencianos en productos alimenticios es el más elevado desde que empezara la serie del INE, con más de 4.700 euros.
En la actualidad, casi un 16% del gasto de los núcleos familiares de la Comunitat Valenciana se destina a la alimentación, por lo que, en su conjunto, la vivienda y los alimentos, dos de los bienes más esenciales, suponen un 47% del desembolso total de los hogares. En 2006, varios años antes de que comenzaran los episodios de mayor inestabilidad económica, ese porcentaje no alcanzaba siquiera el 38%, aunque es probable que en las cifras de 2023, ya con un descenso de la inflación que el año anterior marcaba récords mes tras mes, el importe que las familias deben destinar a alimentarse se ve reducido.
Por su parte, y en términos porcentuales, el apartado en el que más se ha notado un alza del gasto desde 2019 es el sanitario, que ha crecido un 23% hasta situarse cerca de los 1.400 euros anuales. La inversión, por tanto, es todavía muy reducida en comparación a otras, ya que representa tan solo el 1,4% del desembolso anual de los núcleos familiares valencianos, pero es donde en todo caso donde se dejan notar con mayor claridad los efectos de la covid-19. Desde 2020, así pues, la inversión de los hogares en productos sanitarios ha acelerado su crecimiento más que ninguna otra.
Con todo, y pese a que el gasto anual de los hogares en 2022 ya supera al de 2019 y es ya uno de los más elevados desde que empezara la serie histórica, el dispendio no ha crecido en todas las áreas, y conceptos como las prendas de vestir, el ocio o los transportes acumulan algunos de los mayores descensos en la última década y media. En el caso de la cultura y el tiempo libre, la inversión comenzó a recuperarse en 2015 después de grandes descensos marcados por la grave situación económica posterior a la crisis financiera, pero volvió a caer con fuerza en el año del confinamiento y todavía está por debajo del gasto registrado antes del coronavirus.
Además, se nota que la llegada de las nuevas tecnologías ha contribuido a que cada vez se invierta menos en el papel, puesto que, en concreto, el gasto anual de las familias en libros ha pasado de 162 euros en 2006 a los 73 euros actuales, y en el caso de la prensa es de 13 euros cuando hace quince años superaba los 100 euros. Curiosamente, una de las partidas de gasto que más crece entre las agrupadas por el INE bajo el concepto de ‘ocio’ es la de los animales de compañía. Hoy se destinan 297 euros por los 155 euros que se desembolsaban antes de la crisis económica de 2008.
En el caso de la moda, justo antes de la debacle financiera de hace más de una década cada hogar de la Comunitat Valenciana invertía de media casi 2.000 euros en ropa y calzado, una cifra que, pese a que se ha recuperado levemente en los últimos años, ahora es de poco más de 1.250 euros. A su vez, los gastos de adquisición y mantenimiento de vehículos, así como los dispendios para usar transportes por carretera o ferrocarril, han decrecido su peso en la inversión anual de los núcleos familiares. En este sentido, no obstante, sí han aumentado de forma leve las partidas destinadas a la reparación de vehículos y a la compra de bicicletas.
Por último, el peso en el gasto familiar de dos sectores clave para la Comunitat Valenciana y el resto del país, como son el hotelero y la hostelería, no ha vuelto a ser el previo a 2008, cuando llegó a representar casi el 11%. Hoy en día está en torno al 9%, aunque el buen desempeño del turismo nacional durante este verano y alza de los precios quizás acerquen las cifras de gasto de 2023 a las que se veían entonces.
Respecto al resto de comunidades autónomas, el gasto anual de los hogares valencianos se sitúa por debajo de los 31,568 euros de media que se registran en el conjunto del país, y que supuso la vuelta a los niveles de desembolso previos a la pandemia con un incremento de más del 4% respecto a 2019. Del mismo modo, a nivel estatal la mayor inversión se concentra en la vivienda con un 32,4% del dispendio total, justo un punto porcentual por encima de lo que se obtiene en la Comunitat Valenciana. Los alimentos y las bebidas alcohólicas, por su parte, supusieron un 16% del gasto de los hogares, un dato muy similar al valenciano.
