Enrique Peñalosa, alcalde de Bogotá, durante un trayecto en autobúsLa tramitación de la red ferroviaria ideada por las firmas valencianas -que también optan a su adjudicación- recupera la normalidad tras las dudas planteadas por Enrique Peñalosa
VALENCIA. El millonario proyecto ferroviario de Torrescamara, FGV y Stadler (antes Vossloh España) vuelve a estar en la agenda de Bogotá. La red de tranvía diseñada por las firmas valencianas -que también optan a su adjudicación- es finalmente el medio de transporte elegido por el nuevo alcalde de la ciudad, Enrique Peñalosa, para conectar la capital de Colombia con el resto del departamento de Condinamarca.
Tal circunstancia se produce después de que el dirigente, al poco tiempo de acceder al cargo, cargara contra la vía férrea proyectada por su antecesor. Peñalosa denunció entonces que el anterior gobierno local -comandado por Gustavo Petro- había impulsado el proyecto sin realizar "ningún estudio" de viabilidad.
En este sentido, el nuevo alcalde encargó una comparativa entre la red de tranvía -denominada Regiotram- y una línea de transporte alternativa provista de una vía exclusiva de autobús -allí llamada Transmilenio-. Este proyecto sustitutivo costaría "la mitad", según dijo entonces el dirigente.
El político fue muy explícito en sus críticas al tranvía proyectado por las firmas valencianas para conectar Bogotá con los municipios de Facatativá y Soacha. "Son unos juguetes muy lindos los tranvías, son carísimos, hacen menos que los buses y cuestan más", llegó a afirmar a los medios locales.
Sin embargo, el análisis encargado por el ejecutivo local -así como el hecho de que el coste del tranvía no recae sobre las arcas de la capital- parecen haber hecho cambiar de opinión a Peñalosa. “El Distrito Capital apoya y valora la iniciativa de desarrollo del Regiotram que favorecerá el mejoramiento de la movilidad de los habitantes del occidente de Bogotá y de los municipios de Madrid, Funza y Facatativá principalmente”, afirmó recientemente el dirigente en una nota de prensa.
De este modo, con el visto bueno de la ciudad y del departamento de Cundinamarca -que tras las elecciones dio por desbloqueada la licitación de una de las dos líneas- la tramitación del contrato recupera la normalidad. Por el momento sólo se contempla la licitación de una de las dos líneas, la prevista para conectar Bogotá con Facatativá.
Se espera que dicho contrato tenga un coste de 2,5 billones de pesos -al cambio, más de 800 millones de euros-. Fuentes de Torrescamara explican que la cantidad por la que se licitaría la segunda línea sería similar, lo que elevaría el total de la red a alrededor de 1.600 euros, muy por encima de los 900 anunciados cuando se presentó el proyecto en un principio. La fuerte devaluación de la moneda colombiana sería la causa principal de este encarecimiento, según Torrescamara.
