El auditor obliga al IVF a anotarse un deterioro de 45,3 millones de 2014 

VALENCIA. Las auditorías pendientes del Instituto Valenciano de Finanzas (IVF) destapan un deterioro extra de 45,3 millones de euros en la entidad, dirigida por Manuel Illueca. Así consta tanto en el informe de auditoría de las últimas cuentas anuales formuladas por la entidad como en el informe de auditoría operativa, ambos recogidos por la Cuenta General de 2014 y elaborados de forma conjunta por la Intervención General de la Generalitat y la firma auditora Audit Ibérica.

Así, los auditores -que no concretan el motivo del ajuste- advierten de la necesidad de "incrementar la provisión por insolvencias" del banco público de la Generalitat en la mencionada cantidad. Tal circunstancia supone que la entidad, que presumió al cierre del ejercicio de haberse anotado sus primeros beneficios en seis años (un resultado antes de impuestos de 28,9 millones de euros y un resultado neto de 23,44 millones), pase a registrar unas pérdidas de 16,4 millones en 2014. 

El IVF sí había reconocido en sus cuentas de 2014 un deterioro de 211,4 millones en el valor de los préstamos concedidos por la entidad, un ajuste que fue registrado en el apartado "reversión del deterioro de créditos a largo plazo" del balance y que fue calculado "a partir de los porcentajes de recuperabilidad asignados a cada deudor" por parte del propio instituto.

Los auditores, no obstante, consideran que este importe ha de ser superior. "A través de la comprobación efectuada de los préstamos concedidos por el Instituto Valenciano de Finanzas a distintas empresas, hemos podido verificar la realidad de los contratos", exponen sobre los 45,3 millones de euros de deterioro extra, cifra sobre la que añaden que ha sido determinada "sin considerar su efecto impositivo".

De este modo, el IVF se ve obligado a reformular sus cuentas de 2014, algo que ya hizo con las de 2013 para elevar las pérdidas de 4 a 40,7 millones al incluir dotaciones por riesgo que el auditor consideraba necesarias. Parte de estas dotaciones no correspondían en realidad al año 2013, sino a operaciones que entraron en riesgo en 2014, ya que la normativa establece que la empresa debe dotar los acontecimientos producidos después del cierre del ejercicio y antes de la formulación de las cuentas.

En concreto, las cuentas correspondientes de 2013 reflejaron unas pérdidas de 40,7 millones, motivadas en gran parte por haber tenido que contabilizar una dotación de préstamos de empresas privadas por importe de 20,3 millones, aplicable en origen al ejercicio 2014, pero contemplado en las cuentas de 2013. Además, se incluyeron también otros 16,5 millones derivados de una incertidumbre consecuencia de la ejecución de una opción de venta por ese mismo importe.