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al otro lado de la colina / OPINIÓN

El general Haftar ¿un nuevo actor estratégico?

Desde que el Mariscal Gadafi -el León de Libia- desapareció, ese país africano sea vuelto el foco de todo tipo de desmanes, pero quizás estemos ante una oportunidad para ponerle orden.

22/07/2017 - 

No se si ustedes entre tanto ruido del desafío independentistas, de la corrupción futbolística, y siempre las críticas contra Donald Trump, cuando hace escasamente dos semanas, y dentro de ese maremagnum que es la guerra civil libia, tropas leales al general Jalifa Belqasim Haftar liberaban Bengasi, dando lugar a las esperanzas de los libios (y no sólo ellos) que creen que para estabilizar su país, ese páramo repleto de oro negro, es necesario un líder fuerte.

Pero ¿quién es ese general libio de unos 74 años?. En primer lugar, y no es algo obvio, un patriota que cree en su país pues a su edad cuando muchos en Occidente solo se preocupan por el día de cobro de la pensión y los viajes estilo imserso pudiendo tener la nacionalidad norteamericana, sigue aspirando a hacer de su país un lugar mejor donde vivir. Además incluso participó junto con Muarmar el Gadafi en 1969 en la revolución que derrocó al rey Idris, llegando ser miembro de la cúpula militar. Por lo tanto pertenece a esa escuela de oficiales naseristas (seguidores de Gamal Abdel Nasser); dato importante pues es de tendencia secular.

Después es un hombre pragmático, como buen militar, y usa los escasos recursos de que dispone de la mejor manera. Es así como a la hora de buscar alianzas no tendrá prejuicios y las realizará con quien más le convenga o pueda, sea USA, sea Rusia, Egipto o incluso la UE. Finalmente es un hombre conocedor de los horrores de la guerra que ya la experimentó en el Chad en 1986, por lo que rehuirá hacer especiales estragos con sus tropas (por el momento), además llegó a ser hecho prisionero y desde ese momento cayó en desgracia para el régimen, exiliándose en USA.

Ahora mismo dirige el Ejercito Nacional Libio reconocido por la Cámara de representantes de Tobruk, y  también controla varios puertos petrolíferos, zonas al sur del país y una estratégica base aérea  —Kufra—, situada a 500 kilómetros al sureste de Trípoli, en donde radica la sede del gobierno de Unidad Popular que aunque reconocido internacionalmente, la UE entre ellos, apenas tiene control sobre el país, inmerso en luchas tribales y guerrillas.

Llegado a este extremo la pregunta que les transmito es la siguiente, que debería hacer la UE seguir apoyando a un gobierno sin capacidades ejecutivas, o intentar negociar con fuerza que, de momento, va cohesionando voluntades y esfuerzos aunque sea con la fuerza de las armas (lógico en una guerra), y evitar que siga el caos en Libia, refugio de piratas y de traficantes de personas, y evitar también que el general Haftar caiga en la órbita rusa como Siria, pues ya han habido diversas reuniones y encuentros, además de estar muy unido al general Al Sisi, que también ha coqueteado con los rusos por los desplantes de Occidente, ¿qué preferíamos el islamismo de Mohamed Morsi?

Seamos prácticos en la elección y no volvamos caer en el error que se cometió con Gadafi, pues en las relaciones internacionales priman en general los intereses, y creo que es deseo de todos poner fin a ese agujero negro que está instalado en Libia, sobre todo a las pobres gentes que se ahogan en el Mediterráneo victimas de los traficantes.

La realidad es muy tozuda, y a veces, casi siempre, las cosas son como son, y no como nos gustarían que fueran, sino que se lo pregunten a esos que quieren violentar a nuestra Constitución con ensoñaciones independentistas cuando de aquí unas semanas sigan como ahora perteneciendo a este gran proyecto que es España dentro la UE, ya saben el dicho el pueblo que olvida su historia….

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