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El momento de la autogestión, my friend

No sé si esta temporada tiene algún tipo de arreglo, aunque sea cosmético, pero empiezo a interpretar que si el rumbo se endereza será, precisamente, por un impulso cooperativo por la autogestión

29/01/2016 - 

VALENCIA. Me resultó muy divertido cuando en pleno era caótica de Koeman (no hay mayor cuñadismo que entonar un: “el último entrenador que ganó algo con el Valencia”; hombre, ya...) se razonó el fulgor del equipo en la Copa en base a la autogestión. Que dices, ¿y por qué no se autogestionaban antes?, ¿y por qué no se autogestionaban en Liga? Debe ser que hasta que un equipo no identifica que su entrenador es un necio no empieza a actuar independiente.

La autogestión, viva la autogestión. Cuando un vestuario toma autonomía propia, y como la lagartija, sigue moviendo la cola aunque se la hayan arrancado. La cama y la autogestión, el reverso de una misma moneda: un equipo pasando de su entrenador.

El Valencia tiene un equipo incapaz, creo, de hacer la cama. Está tan desorganizados normalmente, tan aletargados, que dudo que se pusieran de acuerdo para empalar a su míster. No es este precisamente un vestuario golfo y glotón, no es de los que generan problemas, sino de los que no son capaces de poner solución.

No sé si esta temporada tiene algún tipo de arreglo, aunque sea cosmético, pero empiezo a interpretar que si el rumbo se endereza será, precisamente, por un impulso cooperativo por la autogestión. Algún cabecilla (Alcácer, eres tú) que imponga la necesidad de inventarse un orden táctico. La autogestión, la autogestión. Neville, un tipo excelente debe ser, la ha estado reclamándola, deslizando gota a gota su impotencia.

Hay ocasiones, a la hora de afrontar los problemas, que se asemejan a cuando uno tiene cangrena y para solucionarlo acaba acudiendo a la esteticista. Neville creyó que la manera de salir del hoyo iba a ser desplazar a Parejo (las explicaciones resultaron tan poco convincentes que en fin…) y poner a Alcácer y a Negredo al mando del a misión. “Arregladme esto, va”.

Parejo, un mediocentro que tiene una hermana, se convirtió en un problema. Debo haberme perdido muchos episodios de esta serie, pero yo creía que tenía el club centenares de problemas antes que éste. Neville, en cambio, avezado técnico, decidió acudir a la esteticista.

Parejo es el problema de que una inversión repentina tocando los 100 millones de euros (una borrachera para un club acostumbrado a beber a sorbitos) haya resultado una nadería y que Abdennour, Rodrigo, Enzo Pérez y Negredo no hayan aportado cosa alguna. La impericia de Parejo impidió que el resto rindiera. O algo así…

Parejo es lo que es, un buen medio sin capacidad de liderazgo, pero dista de estar entre los cincuenta principales problemas del Valencia. Es pronto, son pocas semanas, somos temerarios e irresponsables perdiendo tan pronto la fe en un técnico que seguro tiene un gran recorrido por delante. Pero el Valencia, mi friend, necesita resultados inmediatos. Y definitivamente solo pasan por la autogestión… Las semifinales (viva) ya han llegado y así vino la última copa.

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