Alejandro Quilis, alcalde de Albaida, se ha quedado en minoría gobernando.VALÈNCIA. Los partidos que configuraron el antiguo Botànic llegaron a un pacto en este mandato para apoyarse a escala local donde pudieran configurar gobierno. Así lo han hecho, aunque les costara ponerse de acuerdo, en Marines o en Manises, por ejemplo. También aplicaron esa suma en Albaida; no obstante, su unión apenas ha durado unos meses. El PSPV ha decidido salirse del ejecutivo local y dejar solo a Compromís.
Mientras, en el extremo contrario de la provincia, en San Antonio de Benagéber, municipio ubicado en la comarca de Camp de Túria, el PP ha abierto expediente de expulsión a dos de sus tres concejales: Luis Trejo y Pedro Enrique Pérez, por formar parte de un complejo y abigarrado pacto, junto a Vox y la marca autóctona de Compromís, Guanyem SAB, para dar la alcaldía a la única concejala de Unión de Ciudadanos Independientes (UCIN), Eva Tejedor.
En esta última población el anterior alcalde, Enrique Santafosta, de la Agrupación Independiente de San Antonio de Benagéber (Aisab), ganó las elecciones con cinco ediles sobre 13. Necesitaba dos más para alcanzar la mayoría absoluta. Y solamente estaba dispuesto a respaldarle Enrique Celda, el tercero del PP.
En un acuerdo que generó sorpresa en la comarca, la filial de Compromís, Vox y dos ediles populares respaldaron a Tejedor -que se había votado a sí misma-, como alcaldesa.
A partir de ahí ha conformado un equipo de gobierno constituido por tres personas (la propia primera edil y los munícipes del PP que la respaldan), con otros dos, Salvador Aguilar y María José Esteve, de Vox, que asumen delegaciones. Y con un tercer dueto, el conformado por el diputado provincial Pau Andrés y la concejal Amparo Ferrer (ambos de Guanyem SAB), que les respaldan.
De esta forma han asentado un grupo de gestión heterogéneo, que, como explica la alcaldesa "funciona muy bien, con mucho respeto entre nosotros y con ganas de trabajar". El PP a escala regional lo observa desde otra perspectiva. Su presidente, Carlos Mazón, ha calificado a sus ediles en el pacto como "tránsfugas" y ha denunciado el silencio de Compromís, que, indirectamente y sin asumir delegaciones, sostiene junto a Vox al ejecutivo local.
La dirección provincial del Partido Popular, que es quien tiene la competencia en municipios de menos de 20.000 habitantes, como es el caso de San Antonio de Benagéber, confirma la apertura de un expediente de expulsión a los dos ediles que votaron a la alcaldesa y que la respaldan.
Los dos concejales afectados, por su parte, recalcan que "no hemos hecho un pacto de gobierno con Compromís ni hemos recibido comunicación de la dirección de nuestro partido respecto a la apertura de expedientes. De hecho, representamos al PP con toda normalidad en diferentes actos y en la Mancomunitat, y el propio coordinador comarcal ha destacado nuestra labor".
En Albaida la situación de partida no resulta aparentemente tan compleja, aunque se ha ido enrevesando. Compromís y PSPV suscribieron un acuerdo de alternancia en el gobierno a dos años para cada uno. Aquel convenio lo suscribió, por la parte socialista, Josep Penadés, que apenas una semana después del pleno de investidura dejó su cargo. Lo relevó al frente del grupo David Palací, con otra visión.
Los choques se han recrudecido entre este último y la concejal de Compromís Ángeles Salom. La situación ha llegado hasta el punto de que, según informan fuentes socialistas, "existe una pérdida de confianza en que esta edil vaya a votar la alternancia de gobierno prevista en 2025".
Ante esa tesitura, el PSPV ha decidido entregar sus delegaciones de gobierno hasta que la edil se comprometa por escrito a votar a Palací como alcalde en 2025 o hasta que se marche incluso del Ayuntamiento. Su voto resulta decisivo porque Compromís y PSPV suman siete munícipes, frente a los seis del PP. De votar en contra o incluso abstenerse la citada concejal de Compromís, el portavoz del PP, Juan Carlos Roses, sería alcalde.
Con el fin de asegurar que eso no ocurra en el futuro, los ediles socialistas pretenden garantizar desde el presente los siete votos necesarios. En este escenario, las diferencias personales agravan la distancia y han llevado a una salida del gobierno que se revertiría, según insisten desde el PSPV, con un paso atrás de la edil de Compromís.
