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en el interior de las cosas / OPINIÓN

El día que los pueblos sean libres, la política será una canción

8/04/2024 - 

Hoy es el día del fin del mundo para varias culturas, el cielo ofrece un espectáculo astronómico extraordinario. Un eclipse solar total que solamente será visible en México, Canadá y algunos estados norteamericanos. Se hace la noche, tan solo en uno o dos minutos. Noche cerrada, con sus estrellas y constelaciones, con esa magia que provoca mirar el cielo. En los países que podrán sentir este eclipse, una estela amplia que recorre en diagonal el mapa de America, están chocando las culturas. Para muchas personas este fenómeno es el augurio de grandes catástrofes y tragedias, incluso, para ciertos colectivos religiosos podría ser el anuncio del fin del mundo. En esta parte del globo, sentiremos tan solo un breve eclipse solar. Nada más. Apenas nada más.

Los presagios que están lanzando los predicadores desde esos púlpitos de las multitudinarias sectas que se dan en los países latinoamericanos, son apocalípticos. Conocí de cerca estos espacios religiosos y comunitarios en República Dominicana, un año, el 2012, que ya era, para el mes de octubre, el año del fin del mundo. Seguí de cerca una de estas comunidades dominicanas, una iglesia que regentaba el artista Juan Luis Guerra, con su programa semanal televisivo para ofrecer sermones sobre la supervivencia espiritual y los riesgos que corre el ser humano en este mundo. Fue tremendo.

 Karina Puente 

No es nada peyorativo. Mi experiencia de varios meses en Quisqueya conllevó un tremendo respeto por estas manifestaciones culturales, diversas y, por cierto, de una inquietante riqueza espiritual. 

Hoy veremos los restos de un eclipse total del sol, esa estela qué teñirá el cielo con una tenue oscuridad, en confluencia con el polvo desértico que ha llenado los espacios de una fina capa rojiza durante el fin de semana. Hoy, además, es día festivo en la mayoría de municipios de este pequeño país mediterráneo. Son las fiestas de Sant Vicent, entre otros pueblos, desde La Vall d’Uixó hasta mi querida Gavarda, en la Ribera Alta. Hoy es el segundo lunes de Pascua, a festejar para despedir la Semana Santa y la Resurrección en este trozo del mapa donde no celebramos la muerte, ni el silencio. Aquí siempre se ha celebrado la vida, la alegría, la llegada de la primavera, las primeras flores del azahar. 

Carmen, mi vecina, ha pasado el fin de semana atacada con crisis de estornudos, con sequedad en la garganta y fosas nasales. El cielo plomizo y cargado nos ha dejado un par de días hartas de respirar tanta anomalía climatológica. Pero la semana pasada, cuando supimos de la absolución de nuestra bien querida Mónica Oltra, nos abrazamos y conjuramos para cocinar lo mejor de nuestras despensas y brindar por ella y por Miquel Real, jefe de su gabinete como consellera, así como por otras tantas personas que fueron vilmente acusadas de lo que jamás hicieron. 

Hemos vivido la última semana en un laberinto de pasiones, y de emociones. En este tránsito pletórico por restaurar la injusticia sufrida por Mónica Oltra, se nos murió nuestro querido músico y organista argentino Ricardo Miravet, que llegara en 1966 a la comarca de Els Ports, deteniéndose en La Todolella, adquiriendo el castillo del siglo XIII, que se usaba como granja avícola. Llegó junto a una gran mujer, Livia, mujer independiente, luchadora, de una exquisita riqueza humana. 

Rowan Corkill   

He entrevistado a Miravet varias veces. He estado en el castillo de La Todolella infinitas veces. En casi todas las ocasiones, el artista argentino me contaba que un lema de vida era una frase que ha ido cabalgando entre Walt Whitman y León Felipe, acoplándose a los trovadores y artistas argentinos. El día que los pueblos sean libres, la política será una canción.

Algún día escribiré sobre el legado organístico de Miravet como restaurador, que devolvió a la vida el órgano monumental de Morella, uno de los mejores del país. Y contaré su vida, su personalidad, tan especial, su infancia en un hogar familiar de artistas, en la Cordoba argentina, por donde pasaron, entre otros, Pau Casals o Rafael Alberti. Y también aquellos primeros años en París, compartiendo piso con Julio Cortazar. 

 Sherwood Hunter 

Hemos pasado una semana exhaustas de sentimientos. Mónica Oltra nos introdujo en un subidón por el que hemos brindado y celebrado la vida, como bien nos recomendó ella misma. Hemos lamentado la muerte de Ricardo Miravet, también la de Paquita Jovaní, joder, que no lo supimos en su momento. Con Paquita hemos compartido eternos y amorosos momentos del pasado, y ya no la veremos por la calle Zaragoza y Hort dels Corders paseando a nuestros compañeros de cuatro patas. Mucha tristeza. 

Qué decirles!. Ayer no dejamos de abrazarnos y estimarnos. Cociné para Carmen un sancocho dominicano. Mi amiga morellana Montse me recordó este plato porque ella misma lo descubrió el sábado compartiendo con una vecina colombiana. El sancocho es un puchero, una olla, un cocido, con su pollo, o algo de cordero, o algo de porcino… es opcional. Añadí lo que encontré, gratamente, en el colmado de nuestro estimado paquistaní de la esquina. Con sus papas, yuca, batata, mazorca de maíz troceada, perejil y cilantro fresco, sofrito de ajo, pimiento, cebolla y tomate, especias como pimienta, pimentón dulce o picante, clavos, canela, cominos… 

Es una olla latina espectacular. También cociné tostones, plátano macho frito a tacos, aplastado después con un plato y vuelto a freír. Ahhh… y arroz blanco bien lavado y cocido, y a emplatar. Los guisos latinos comparten todos los sabores y todos los ingredientes. Su arroz, los tostones, el sancocho.. y más cilantro y perejil fresco… La vida misma. 

 Elisabeth Gadd 

Arrancamos nueva semana. Otro periodo de siete días que nos devuelve a una realidad maldita y cotidiana. Ayer, tras comer, decidimos desconectar de todo lo malo que nos rodea, de tanto corrupto arropado por los creadores de bulos y manipulación, como ese personaje MAR, -tan conocido por el oficio periodístico desde hace décadas-, de esas bodas que son una nueva La Escopeta Nacional o Patrimonio Nacional del añorado Berlanga, de tanta ignominia social de quienes nos gobiernan ahora, de tanto sinvergüenza y mentiroso autonómico. Pero nunca jamás desconectaremos del horror y la muerte que no cesa en Gaza. 

Buen lunes. Buena semana. Buena suerte. 

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