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José Claramonte: "El agua necesita planificación y recursos para poder ejecutar las inversiones" 

17/02/2024 - 

VALÈNCIA. La gestión y uso del agua se ha convertido en un tema de actualidad en las últimas semanas. Algunas comunidades autónomas empiezan a tener escasez de recursos y a verse afectadas por el impacto de la sequía, la falta de lluvias y el cambio climático. Además, algunos organismos denuncian la falta de inversión en infraestructuras y el bajo precio del agua en España. 

En este tipo de problemáticas se centra el I Estudio Facsa sobre el modelo de gestión del agua en España, publicado el pasado jueves, que revela detalles como la caída de disponibilidad del agua en las últimas dos décadas y el estrés hídrico del país, entre otras cuestiones. "Lo que pretendíamos es poner el foco en el agua, mostrar tendencias y perspectivas de futuro para intentar concienciar de hacer cosas diferentes", comenta en los momentos previos a esta entrevista el director general de Facsa, José Claramonte, que atiende a Valencia Plaza para analizar las principales conclusiones de este informe. 

Foto: KIKE TABERNER

Claramonte, que considera que este tipo de estudios permite a la sociedad "reflexionar" sobre la situación hídrica, está acompañado por Gema Carmona, doctora en Ingeniería Agrónoma por la Universidad Politécnica de Madrid y encargada de elaborar el informe. En algunas de las preguntas, Carmona realiza reflexiones desde el punto de vista técnico.

- Este estudio muestra que España es el tercer país europeo con mayor estrés hídrico. ¿Cómo afecta esta cuestión a la gestión y el uso del agua?

El estrés hídrico es crítico. Se trata de un cociente entre el agua extraída y el agua consumida. Si no tienes agua, aparecen muchas limitaciones. Estamos todos muy condicionados al recurso, desde las zonas con menor estrés hídrico en la zona norte de España hasta todas las actuaciones que tenemos aquí en la costa con la agricultura, la industria y el turismo.

Aquí hemos tenido que recurrir a desalación para buscar un complemento al recurso natural. En Baleares y en Canarias también necesitan recurrir a agua no convencional. Esto condiciona muchísimo y probablemente lo va a hacer más en el futuro. Por ejemplo, hemos visto este año un abandono de cultivos en Málaga con los aguacates. En definitiva, todo esto va condicionar muchísimo el uso doméstico, y también el industrial y el agrícola. 

Algo más del 80% del agua se destina a la agricultura y se prevé que la superficie de regadío aumente en los próximos años. ¿Qué retos plantea esta situación teniendo en cuenta las sequías y los efectos del cambio climático?

Plantea la sostenibilidad de todo el sistema y de toda la sociedad. La parte agrícola está transformando la superficie de cultivo en regadío porque hay una demanda social. A mayor población, más consumo. Todo esto va ligado al desarrollo de la población y obviamente teniendo en cuenta los condicionantes del cambio climático. 

Foto: KIKE TABERNER

Si tenemos menos recursos, habrá que ahorrar en el consumo e invertir en conseguir nuevas fuentes, como son la reutilización de aguas o la desalación. Se está haciendo también mucho esfuerzo por mejorar los sistemas de riego, para que sean más eficientes. Pero cada vez somos más personas las que comemos y la falta de lluvias también aumenta las necesidades de riego. Es un círculo vicioso. 

- Cada vez se pierde menos agua, pero, por ejemplo, más de la mitad de las tuberías supera los 30 años de antigüedad. ¿Se necesita más inversión en construcción y mantenimiento de instalaciones?

Claro, por supuesto. Es una de las reivindicaciones que pone sobre la mesa el informe. Necesitamos recursos que permitan poder renovar todo el parque de infraestructuras que está ejecutado, que no es poco, así como abordar el desarrollo de nuevas infraestructuras.

Habrá que adaptar las ciudades para no estar sufriendo continuamente inundaciones

Con el cambio climático y la nueva forma de llover que tenemos ahora, con unas intensidades muy altas, habrá que adaptar las ciudades para no estar sufriendo continuamente las inundaciones que nos hemos encontrando estos últimos años.

Habrá que ver cómo vamos a diseñar las ciudades y aprovechar los parques para que sean polifuncionales y puedan absorber el agua de las crecidas. El informe aborda todas las inversiones que puede necesitar el país para hacerse resiliente a todos estos cambios que estamos sufriendo.

Foto: KIKE TABERNER

Al final nos vamos a tener que adaptar. Hay que hacer inversiones en renovación y nuevas tecnologías. Muchas de estas eficiencias las vamos a conseguir con la gestión de los datos y la rapidez con la que podamos actuar para evitar fugas. Y, luego, invertir en recursos no convencionales, como es la reutilización de las aguas residuales y la desalación de agua de mar.

- España es uno de los países con menor precio del agua, además con diferencias económicas entre comunidades autónomas y municipios. ¿Qué impacto tiene todo ello en el sistema hídrico?

Si no inviertes, las instalaciones se van haciendo cada vez más obsoletas. El adaptarte a los nuevos condicionantes ambientales requiere de nuevo una inversión, sino volveremos a estar en un país que recibe sanciones europeas por no proteger el medio natural. 

El agua necesita planificación a medio y largo plazo y los recursos para poder ejecutar esas inversiones planificadas. Hoy somos capaces de hacer planificación, pero el problema es poder ejecutar las actuaciones previstas en la planificación, porque no hay presupuesto. Además, hay veces que no se ejecuta ni la totalidad del presupuesto.

Foto: KIKE TABERNER

En este país también tenemos otro problema que en el resto de países europeos a lo mejor no tienen, que es la colaboración público-privada. En Europa se abordan muchísimos proyectos de agua de manera conjunta entre el sector público y el sector privado. Aquí la realidad es que se dan muy pocos proyectos de colaboración, cosa que entendemos que debe cambiar a futuro. 

hace falta una revisión del sistema tarifario

(Responde la técnico) El precio del agua tendría que poder cubrir todas las inversiones. Tenemos un déficit claro de inversiones porque no tenemos suficiente dinero para abordar esas inversiones. Es muy importante que ese precio se adecue a las necesidades que tenemos de inversión, pero también a todos los costes de distribución y ambientales. Hay una directiva marco del agua europea que obliga a que los costes ambientales también se tengan en cuenta. Creemos que hace falta una revisión del sistema tarifario que tenemos.

- ¿Cómo se pueden resolver todos estos problemas?

Nos vamos a tener que acostumbrar a que esta situación de estrés la vamos a tener y va a ser continuada. Todos los informes parecen que indican que eso va a ser incluso un poco más agudo de lo que estamos viviendo, y por lo tanto hay que buscar soluciones. El informe lanza retos para poder cambiar el modelo de gestión actual. Se debe crear un fondo nacional que defina la estrategia del agua del país y que cuente con la planificación y los recursos para poder abordarla. 

Foto: KIKE TABERNER

También solicitamos una estructura tarifaria homogénea en todo el territorio, en la que haya una obligación de que cada tarifa cubra todos los costes que genera el servicio, desde la operación a las inversiones, las amortizaciones de las inversiones, los costes ambientales, etc.

Esas obligaciones deberían ser de obligado cumplimiento en todo el territorio, no solo en el sector urbano, también en el agrícola. Tenemos que ser capaces de poder mantener actualizadas las tuberías, los depósitos y las instalaciones, así como invertir en la creación de nuevas. 

Además de ello, abordar la colaboración público-privada para proyectos estratégicos que puedan salir. También es importante la eficiencia, buscando ahorros en los consumos de todos los sectores. Aquí interviene la captación de los ingresos, los datos y la gestión y aplicación de algoritmos para optimizar los procesos. 

- Los embalses españoles están a menos de la mitad de su capacidad y desde el año 2000 han ido en descenso. ¿Cómo se puede invertir la tendencia?

(Responde la técnico) Al final el nivel de los embalses lo que demuestra es el desequilibrio entre oferta y demanda de agua. Es un indicador, como el estrés hídrico. Nosotros tenemos una capacidad de embalse que está diseñada para los usos que tenemos. Si cada vez hay menos agua es porque estamos consumiendo más de la que tenemos.

Foto: KIKE TABERNER

Hay que seguir trabajando también en innovación, en investigación y en buscar soluciones que logren que podamos seguir asegurando que se puede cumplir el derecho de acceso al agua potable. Como sigamos en este camino es posible que llegue un momento en el que sea difícil de asegurar.

- Comunidades autónomas como Cataluña y Andalucía se encuentran en una situación hídrica complicada. Se abrió la posibilidad de desalinizar agua en Sagunto y llevarla en barcos a los territorios afectados. ¿Se resolverá así el problema?

Las soluciones de emergencia nunca son las mejores, por eso estamos planteando que haya planificación. Es decir, este escenario nos tiene que abrir los ojos y no esperar a encontrarnos en una situación como la de estas comunidades autónomas. Este déficit hídrico no es nuevo, igual que en nuestro territorio tampoco lo es.

Foto: KIKE TABERNER

vamos a tener menos precipitaciones y más temperatura

Si no hubiéramos tenido las lluvias de la primavera pasada, probablemente estaríamos exactamente igual que Cataluña. La cuenca mediterránea es lo que es y las tendencias no auguran una mejoría. Al contrario, vamos a tener menos precipitaciones y más temperatura. 

Es obvio que hay que buscar una planificación y anticiparse a esta situación. Las soluciones de emergencia salvan la coyuntura, pero no son soluciones a largo plazo. También hay municipios que se abastecen con cubas porque no tienen agua. Todo ello no son soluciones a largo plazo. 

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