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crónicas por los otros / OPINIÓN

Esos días grises

20/01/2018 - 

Llevo unos días difíciles y complicados dentro de lo afortunada que soy. No quiero herir sensibilidades ni faltar el respeto de personas que realmente tiene vidas duras y dolorosas. Lo mío es más un estado de ánimo generalizado. Un estado de ánimo gris que habita conmigo.

Vivo días donde me da la sensación que todo lo que llega son noticias e historias tristes, duras y dolorosas. Historias que sólo de oírlas, duelen. No son asuntos que me ocurran directamente a mí pero sí a personas de las que me he rodeado esta semana. Y eso hace que me acueste y me levante con una tristeza que no me quito de encima.

Siento una decepción con el mundo en general y con la condición del ser humano en particular. No entiendo muchas cosas. Me duele.

No entiendo esa maldad que percibo, esas actitudes dolorosas y agresivas, esos capítulos de violencia gratuita, esas secuencias de sucesos horribles que veo cada día en las noticias. Esas noticias de familias que maltratan a sus hijos, de chicas desaparecidas, de abusos sexuales, de violaciones, etc.

Tampoco entiendo comportamientos humanos desagradables sin razón, esa gente que vive enfadad con la vida continuamente, que habla con un tono agresivo y desagradable por sistema, que no sonríe, y que hace la vida menos fácil y gris.

Enero suele ser un mes complicado. Suele ser un mes que cuesta y no sólo por las cargas económicas y la famosa “cuesta de enero” sino por un componente emocional y la estabilidad que a veces flojea.

También es cierto que dicen que cuando estás positivas , atraes cosas positivas y que cuando una está negativa , el radar es más negativo de lo normal y parece que alrededor es todo gris y con pinceladas negativas.

Al final es un tema de empatía. Cuando te rodeas de testimonias y conoces personas que sufren y con dramas horribles terminas sintiendo la misma sintomatología o parecida. Terminas empapándote de un dolor que no es tuyo pero lo sientes como tuyo.

Cuando acompañas a personas en su sufrimiento, conectas con estas personas y terminas sintiendo ese dolor.

Al mismo tiempo que este sentimiento me invade, me acompaña otro que me recuerda que no tengo razones para la queja sobre todo escuchando historias y dramas humanos que la gente carga y convive con ellos. Y especialmente cuando recuerdo los dramas con los que he convivido en entornos de países empobrecidos y cercanos donde de manera inconsciente nos ponemos una barrera emocional para no morir de pena con realidades tan duras.

Porque la vida no es sólo la que me rodea con discusiones familiares, laborales, días más pesados, días agotadores o días estresantes. La vida también son enfermedades terminales, maltratos con secuelas de por vida, violaciones de las que nunca te debes recuperar, situaciones económicas dramáticas que nos pueden llevar a delinquir… y mucho más.

Soy consciente que no tengo razones de hablar de días complicados y difíciles cuando comparo mi realidad con estas otras que, por cierto, no están sólo en África, también están en la ciudad de Valencia. Y por eso me invade esa sensación y ese sentimiento contradictorio de tener días grises sin razones ni motivos graves.

Y en este estado en el que me he instalado que será pasajero y se irá, me viene a la cabeza el famoso mindfulness y todo el impacto que tiene en la sociedad .

Pues resulta que la Asociación Nacional de Mindfulness está en València.

AEMind

El mindfulness se trata de una actitud ante la vida. Para su presidenta Cecilia Gelpi: “Mindfulness supone adoptar una actitud de apertura ante lo que la vida te pone por delante para vivirlo con curiosidad, siendo consciente de lo que se moviliza dentro de ti, tanto en las experiencias positivas como en las que no lo son tanto. Supone la oportunidad de trabajar la toma de consciencia de lo que estás viviendo y cómo lo estás viviendo, para luego poder tener la posibilidad de elegir tu respuesta de manera más responsable. Y esta toma de decisión es, no sólo considerando a tu persona, sino también a aquellas con las que tienes relación».

Se trata de una actitud ante lo que nos toca vivir. Ahora se trata como una técnica o una herramienta que nos ayuda a tomar conciencia de nuestra vida de otra manera y construir una vida más positiva pero viene de una práctica budista desde la década de los 70.

Ahora se ha occidentalizado y se ha convertido en un boom algo que, por un lado, tiene su parte positiva pues permite extender esta técnica a un mayor número de personas y se crean oportunidades de trabajo para quienes se han formado durante años pero, por otro lado, se corre el riesgo de desvirtuar el origen y la esencia del mindfulness y sacar provecho de esta técnica y terapia.

Con el mindfulness aprendes a realtivizar pero no se trata de una técnica que sirva para todo el mundo ni para todo momento. Según Cecilia Gelpi, se está sobrevalorando.

Así es cómo se sintió Cecilia Gelpi, la nueva presidenta de la Asociación que ha trabajado en entorno duros en el mundo de la cooperación y con proyectos sociales. En un determinado momento necesitó trabajar su estabilidad y el estrés que le invadía y lo consiguió. Hoy no sólo le ayuda a estar fuerte y estable cuando se enfrenta a entornos como este, sino que además introduce la técnica del mindfulness en sus terapias.

Con más de 15 años de experiencia en cooperación internacional, Cecilia ha dado apoyo psicosocial a población inmigrante, refugiada y superviviente de violaciones de derechos humanos. Confiesa que el mindfulness llegó a su vida «como una necesidad por cuidarse y lograr estar plenamente presente ante el sufrimiento de sus pacientes», y hoy aplica la citada disciplina en sus terapias como parte del modelo de intervención, en población con riesgo de exclusión social e inequidades socio-políticas.

La Asociación AEMind cumplirá en 2018 diez años de trayectoria. En sus orígenes, cuando apenas se hablaba de mindfulness en España, se fundó como AMYS (Asociación mindfulness y Salud) de la mano de Vicente Simón, pionero de introducir mindfulness en España, y Maite Miró. Durante esta primera década, AEMind se ha focalizado en tres ejes de trabajo: práctica, formación e investigación.

 La semana que viene… ¡más!

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