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València a tota virolla

Estos progresos tecnológicos de los que usted me habla y que podrían mejorar la calidad urbana de València

Cómo la cultura urbana está a las puertas de nuevos cambios que deberían hacer más fácil la vida en la ciudad. Propuestas para emplear mejor nuestra propia huella de datos

30/06/2018 - 

VALÈNCIA. Un proceso participativo gigante, constante, ocurre sin que quienes lo impulsan sean conscientes. Las ciudades se parecen demasiado a las de siempre (esa ansia de la promesa del cambio inmediato choca con la velocidad reposada de las grandes transformaciones), pero al mismo tiempo las ciudades están más cerca que nunca de redondear la ecuación entre la tecnología y el uso que los ciudadanos hacen de los lugares que viven o transitan.

Poca ficción. Cambios que ya son posibles y a los que solo les queda escalar hasta su aplicación masiva. Para que no parezca una película futurista, le hemos pedido a expertos en cambios urbanos y tecnología que enuncien cómo podría cambiar nuestra vida -aunque sea un poco- con solo utilizar los datos que generamos. Cambios, incluso, ya puestos, a mejor.

“Todo lo que hacemos, vemos, decimos, posteamos o visitamos desde un teléfono móvil queda grabado en forma de una huella digital”, introduce Jesús López Baeza (project Architect en SPIN Unit). “La preocupación acerca de la venta o el mal uso de nuestra información por terceras partes lleva finalmente a la regulación de la misma (GDPR). No obstante, el buen uso de los datos también existe. Los potenciales de aplicación de big data sobre las ciudades es un ámbito que  ya está explorándose activamente; usar datos para mejorar la ciudad entendiéndola mejor”.

“Hace una semanas -rememora el fundador de Zubilabs, Iker Marcaide- estuve en Frankfurt en un evento de finanzas y cambio climático dando una charla de reinventar las ciudades para el cambio climático. Coincidía con alguien del equipo de C40 (ciudades grandes contra el cambio climático) en que sólo con lo que emiten las ciudades, y si no cambiamos nada, ya no cumplimos los objetivos de la Agenda de París. Sin tener en cuenta nada más fuera de las ciudades. Fíjate en la importancia y las innovación que necesitamos”.

La ciudad ante su propio progreso. En el momento de redefinir su propio avance tecnológico más allá de promesas floridas y dossieres rutilantes.

7 propuestas tecnológicas para el progreso de las ciudades: 

Una plaza digital para niños

Sofía Parra, analista y consultora urbana: “Algo que me encantaría es ver es una plaza digital donde los niños puedan salir de casa y jugar más allá de sus pantallas. Me imagino algo como juegos proyectados e interactivos, es decir, que no hace falta ningún aparato digital más que un proyector. Se trataría de crear juegos que podrían ir cambiando a lo largo de las semanas permitiendo que un espacio público sea cambiante, didáctico e innovativo. En Salamanca ya han instalado semáforos lineales en el suelo que funcionan con proyectores”.

Líneas de bus para cruceristas en base a su uso de Twitter

Jesús López Baeza: “En el caso de las ciudades del Mediterráneo (como València o Alicante,) algoritmos específicos permiten, por ejemplo, estudiar tendencias de grupos sociales determinados. Simplemente observando los lugares desde los que twittean locales y turistas se obtienen dos lecturas de la ciudad completamente diferentes. Si se quisiera implementar un sistema para mejorar la eficiencia de embarques y desembarques en las terminales de cruceros y su conexión con el centro de la ciudad y grandes infraestructuras de transporte (aeropuerto, estación) twitter aportaría información sobre qué rutas toman los pasajeros, qué lugares visitan, de dónde vienen y a dónde van. Una línea de autobús tipo shuttle que uniera estos puntos mejoraría la eficiencia de los flujos de personas”.

Las bicicletas eléctricas bajo demanda (y metropolitanas, claro)

Iker Marcaide: “Queda mucho por hacer en la intersección de tecnología, innovación y ciudad. La semana pasada estuve por Berlín usando bicicletas eléctricas bajo demanda que alquilo con mi móvil en 5 minutos como visitante. Esto tiene todo el sentido para Valencia, incluso en verano cuando las bicis normales plantean algunos retos. Podría haber soluciones bajo demanda, que sirven para los locales y para los turistas que a veces los tenemos un poco olvidados - e incluso agregando de manera integrada las distintas soluciones intermodales que hay y vendrán, a nivel València capital pero también a nivel metropolitano.  Imagínate lo que esto transformaría la ciudad frente a tener cada uno cogiendo nuestros coches.

Los selfies que cambian la ciudad

Jesús López Baeza: “En el caso de intervención en espacio público concreto, las fotografías de Instagram y su interpretación desde algoritmos de inteligencia artificial (esos que deciden qué anuncios enseñarnos, o qué fotos adelantar en la timeline) puede observarse fácilmente, por ejemplo, qué actividades realiza la gente con más frecuenta: detectar potenciales y carencias. Una plaza con una cantidad extraordinaria de imágenes de gente sentada en bordillos sugeriría un potencial de actuación en cuanto a mobiliario urbano. A gran escala, un área de la ciudad con pocas fotografías de gente en espacios abiertos sugeriría un tratamiento del espacio público (quizás mejorar los parques). También pueden detectarse lugares populares informalmente, observar la evolución de intervenciones para evaluarlas (cómo cambia una calle después de peatonalizarla) o estudiar el impacto de eventos determinados (un concierto, un partido de fútbol).Podría entenderse como una forma inconsciente, a gran escala y anónima, de participación ciudadana. Personas subiendo selfies están cambiando la ciudad”.

Contenedores de basura como fuente de información

Sofía Parra: “En otros países como en Suecia, existen contenedores de basura que tienen paneles solares, conexión WiFi y generan espacio para publicitar eventos en los barrios, además la recogida de basura se hace sólo cuándo los contenedores están llenos, reduciendo así la huella medioambiental de la ciudad”.

Sixto Arias, fundador de Capaball: “permite ahorros tanto a las instituciones públicas como al ciudadano. Los sensores que se utilizan en los contenedores de basura de la ciudad de Helsinki optimizan la ruta del camión de recogida, creando importantes ahorros al ayuntamiento”.

Los sensores de polución

Sixto Arias, fundador de Capaball: “Sensores de polución atmosférica y ambiental (sonidos) que permitan corregir las condiciones adversas en tiempo real e informen al ciudadano en su dispositivo móvil. Esto permitirá no salir a hacer deporte si los niveles de ozono 3 están disparados”.

Medición masiva de la calidad ambiental

Iker Marcaide: “Si pensamos también en tomar mejores decisiones, y el uso de los datos para ello, muchas decisiones a nivel ciudad podrían pasar de intuiciones a decisiones basados en datos, donde podemos medir el retorno de las inversiones a nivel social o facilitar que las personas tomen mejores decisiones sabiendo las implicaciones de sus decisiones. La calidad de aire se mide en una docena de puntos estratégicos en Valencia, pero esto no es útil frente a por ejemplo a medirla en todas las paradas de autobús o en todas las entradas de los colegios”.


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