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MEMORIAS DE ANTICUARIO

Exposiciones para una Navidad cultural en València

23/12/2018 - 

VALÈNCIA. Si están por el centro estos días, les recomiendo que driblen a las compras Navideñas durante un rato, y se acerquen al Museo Nacional de Cerámica y Artes Suntuarias Gonzalez Martí para visitar la exposición fotográfica El taller del artista que estará colgada hasta el 10 de febrero. No se arrepentirán. La muestra se compone, en su integridad, de excelentes imágenes fotográficas de estudios de pintores, y de estos mismos, en la España de finales del siglo XIX y hasta los años 50. Una exposición de casi un centenar de imágenes que, sin embargo, se nos hace corta porque hace emerger en nosotros un voyeurismo curioso sobre los “ateliers” en los que pintores y escultores trabajaban, las condiciones en que lo hacían, su forma de trabajo, sus modelos, su obra a medio acabar... Siempre me he fijado en qué objetos rodeaban a aquellos pintores y escultores porque suelen ser de lo más variopinto y dicen mucho de estos. Los artistas de otros tiempos, siempre que se lo podían permitir, eran coleccionistas de antigüedades y de obra de otros colegas. Piezas en las que buscaban inspiración: cerámicas, esculturas, bargueños (excelente ejemplo de ello es la Casa-Museo Benlliure), piezas exóticas, arte tribal... Si ahora los estudios son ocupados casi en su integridad por las propias obras del artista, estos estudios de finales del XIX y primeras décadas del XX eran estancias más personales y vividas. Las obras de la exposición se han seleccionado de la colección del Instituto del Patrimonio Cultural de España, especialmente los pertenecientes al archivo fotográfico Moreno. 

Enormes esculturas ecuestres en bronce destinadas a lugares públicos, cuadros de exaltación patriótica, vanguardias, pintores eximios y otros anónimos (así reza en la cartela), por ser completamente ignotos. Llama la atención la dignidad con la que se muestran todos ellos: desde el pintor de éxito al pintor pobre. Muchos lucen sus mejores galas, enfundados en trajes de corbata perfectamente cortados, de mejor o peor paño aunque no pocos pasaran las penurias propias del artista sin éxito.

Comisariada por Isabel Argerich y Óscar Muñoz muestra imágenes, realizadas por Mariano y Vicente Moreno, Ruiz Vernacci, Conde de Polentinos, Cabré, Wunderlich o Pando, y combinan la vertiente documental con la estética en el uso de la luz y la composición, haciendo la muestra irresistible. unen su valor documental al estético. Otro plano en nuestra mirada nos sumerge en la misma obra (el arte dentro del arte) y nos permite advertir la gran riqueza de estilos pictóricos que convivieron en aquellas décadas (desde el clasicismo hasta las ultimas corrientes modernas) como Mariano Benlliure, , Cecilio Plá, Manuel Benedito, José María López Mezquita, José Capuz, Victorio Macho, Maruja Mallo o Jorge Oteiza etc.

Exposición fotográfica sobre talleres de artistas en el Museo Nacional de Cerámica González Martí.

Bombas Gens da, una vez más, en el clavo

Creo que se trata de una de las exposiciones de este final año en València y , afortunadamente, se prolongará hasta el cinco de mayo, para que podamos visitarla más de una vez. Pienso que si Anna-Eva Bergman (1909-1989) hubiera sido hombre quizás sería una artista, no se si más valorada, puesto que ya lo es, sino conocida y apreciada por un público más amplio. Es posible que estar casada con Hans Hartung (de quien se divorcia pero que tras un lapso de varios años vuelve a contraer matrimonio) fuera un handicap al desarrollar una carrera a la sombra del gran artista gestual alemán. Estoy de acuerdo con lo que decía Carlos Garsan en su artículo sobre la necesidad de ver la exposición en directo, puesto que en este caso la fotografía no se porta bien con la obra de la artista sueca. Si la visita personal siempre será mucho más que Instagram, en este caso más si cabe. Pienso que es un piropo, puesto que ¿qué mejor que la realidad, el contacto directo, supere con mucho la ficción virtual por mucho que se pueda ampliar la imagen?. Llama poderosamente la atención que Bergmann, tan serena y contenida fuerza en su expresión abstracta, viene de la figuración expresionista en los años treinta cercana a Dix o a mi venerado Grosz.

Se dirá que es una percepción subjetiva, pero no puedo evitar decir que Bergmann está tocada por la varita mágica del gusto. Un gusto en cierta forma minimalista, refinado, innato e intuitivo para la feliz relación entre la composición y el color que hace su obra tan necesaria en los tiempos que corren. Sus cuadros mezclan el intelecto con un talento personal para el cromatismo y para el uso de determinados materiales poco comunes como el pan de oro, plata y bronce. La exposición, comisariada por Nuria Enguita junto a Christine Lamothe, no es una antológica sino que se ciñe únicamente a seis años (de 1965 a 1971) en los que viaja la artista por España y Noruega (sí, el norte y el sur) ya que Bergmann siente una vinculación por España y sus paisajes, los que regresa en varias ocasiones (Menorca, Almería, la Meseta) a lo largo de su vida.

Óleo sobre lienzo de Anna-Eva Bergman en Bombas Gens.

Torrent. Genaro Palau, un pequeño maestro de mirada incansable

Por si no lo sabían, Genaro Palau es torrentí, pues nace hace 150 años en la populosa localidad al oeste de València. Tocaba, entonces, que su localidad le hiciera una exposición antológica y el momento ha llegado. Esta misma semana ha sido inaugurada en el Espai Metropolitá D´Art (EMAT) la exposición, con el comisariado de la profesora titular de Historia del Arte Ester Alba, tras dos intensos años de trabajo a la búsqueda de obra del maestro diseminada por España. La amplia muestra, con obras provenientes en su gran mayoría de colecciones particulares, repasa todas las facetas del pintor valenciano, que no son pocas. Una de las conclusiones tras la visita es que Palau, trabajador incansable, valiente y en ocasiones osado, cultivó todos los géneros que se le pusieron por delante dentro siempre de una figuración más bien “académica”. Palau no se puso barreras mentales en este sentido, aunque fuera con desigual fortuna artística, y es indudable que fue un artista de éxito comercial: jardines, retratos, bodegón, marinas, paisaje, decoraciones para casinos de su ciudad natal, carteles taurinos… 

Como decía, no en todos los temas se mueve con igual éxito, y rara vez supera a sus grandes maestros, con los que coincidirá en la Academia de San Carlos, pero sí que asimila como pocos la panoplia de influencias que le vienen de todos ellos, siendo un artista al que le costaba decir que no: Javier Juste, Rafael Monleon, Salvador Abril en su vertiente “marinista” que no excluye el subtema de los naufragios, Sorolla en el uso mediterráneo de la Luz, la escuela catalana de Olot en los neblinosos paisajes de interior en el ocaso de la tarde, Rusiñol al que conoce, en los jardines, Muñoz Degrain en el cromatismo de los cielos un tanto irreal, fantasioso… Lejos de ser un pintor visionario, sí que hay ocasionales detalles de cierta mirada a la modernidad en algunas de sus obras. Una exposición amplia, necesaria y muy recomendable, en la que cada uno de nosotros busca “su Genaro Palau”, no necesariamente coincidente con los demás (que es lo bueno de esto). Una muestra que es contrapunto a una, quizás, excesiva presencia de los grandes maestros (Sorolla, Pinazo…) en las salas valencianas en los últimos años. Toca ya iniciar un tiempo de rescate de una época un tanto abandonada en los últimos años, en que València vivió una segunda época dorada de su arte.

Óleo sobre lienzo de Genaro Palau.

Coda en la Fundación Bancaja

La Fundación Bancaja se afianza como uno de los grandes centros de arte de la ciudad.  Es obligada la excelente exposición dedicada a Alfaro (hasta el 3 de febrero) de la que hablamos en su momento, y Uiso Alemany se presentó hace poco con la muestra titulada “El suicidio de la pintura” (hasta el 24 de febrero) comisariada por Fernando Castro. Asimismo desde el este mes de diciembre hasta marzo y comisariada por Javier Molins se celebra la exposición Picasso. La alegría de vivir. La muestra defiende que este, el de la joie de vivre estuvo permanentemente en la trayectoria del del genio malagueño y para ello emplea más de 170 obras: óleos y dibujos, además de grabados y toda clase de estampas y cerámica que provienen de los más importantes museos españoles y colecciones privadas del país. Picasso fue un hedonista irrenunciable, y su vida fue una sucesión de intensas experiencias: el erotismo, el circo, la música y la danza, la tauromáquia, el Mediterráneo… 

Exposición de Picasso en el Centro Cultural Bancaja.

Una exposición paralela es Picasso y la paz, enmarcada en la 9ª Semana D-Capacidad Fundación Bancaja. La iconografía recurrente en Picasso es compleja siendo la paloma uno de los temas que repitió principalmente en su obra gráfica. La de la paloma fue la seña del Primer Congreso Mundial de Partidarios de la Paz y posteriormente en todo un símbolo del siglo XX. 

Feliz Navidad y sobretodo mucha paz para todos.

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