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al otro lado de la colina / OPINIÓN

Humanidad versus Cambio Climático

En los últimos días hemos visto oscilaciones térmicas de más de 10 grados centígrados de forma reiterada en el 'cap i casal', reflejo de un clima que no sólo está cambiando sino que además de una forma u otra se está volviendo hostil a nuestra forma de vivir

16/09/2017 - 

En la época de Butros Ghali como Secretario General de la ONU se publicó en 1994 un Informe sobre Desarrollo Humano dentro Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) que resultó casi visionario/utópico en materia de Seguridad. El informe presentó un nuevo concepto de seguridad humana que en lugar de tratar la seguridad de países o Estados trataba de la seguridad de las personas, y en lugar de basarla en el uso de la fuerza la sustentaba en el desarrollo, y no sólo a nivel local sino también a nivel mundial.

El anterior trabajo introducía siete categorías de Seguridad: la Seguridad económica, Seguridad alimentaria, Seguridad en materia de salud, Seguridad personal, Seguridad de la comunidad, Seguridad política y, finalmente, una novedosa idea de Seguridad ambiental de la que vamos a escribir. El informe preparaba, en este sentido, el camino a lo que después sería el protocolo de Kioto (Japón) adoptado el 11 de diciembre de 1997, pues avisaba de la falsa sensación que suponía la confianza que teníamos los seres humanos en que cualquiera que fuese el daño que se infligiera a la Tierra ésta finalmente se recuperaría.

Pasadas más de dos décadas hemos podido comprobar que, ante la pasividad de las sociedades o la inevitabilidad de la transformación, el cambio climático se está produciendo querámoslo o no, y entre otras consecuencias hemos podido comprobar como trae consigo mayores catástrofes naturales o efectos climáticos extremos; es así como el profesor Harvey Noah S. Diffenbaugh de la Universidad de Stanford, afirmó recientemente que a causa del cambio climático las posibilidades de que existan olas de calor han aumentado en el 80% del planeta y también que se incrementen en un 50% los acontecimientos extremos de aparición de lluvias o sequías en la Tierra.

Este año en su primer trimestre fuimos testigos de la aparición de un fenómeno del Niño costero frente a Peru, que trajo muerte y destrucción, presagio de un año con una meteorología más que extrema, explosiva. Después ya en época de ciclones o huracanes, estos se han producido de forma más virulenta y numerosa; por ejemplo las lluvias e inundaciones producidas por los monzones han afectado durante más de dos meses al subcontinente hindú este verano. Por su parte en el Atlántico norte, principal área de la Tierra de producción de huracanes, este verano surgió Harvey (huracán) fenómeno meteorológico que batía récords de descarga de precipitaciones entre Texas y Luisiana, advirtiendo de lo que estaba por llegar, el llamado huracán Irma, con toda la destrucción que ha provocado, así como también una gran repercusión mediática. También a principios de septiembre unas precipitaciones extremas han provocado la inundación de más de 10 millones de hectáreas de producción agrícola en Argentina.

Pero no sólo han sido huracanes y lejanos lugares los afectados por las radicales inclemencias meteorológicas. También Europa se vio afectada por importantes y extremas olas de calor este verano en los Balcanes, y de inundaciones en Italia, en concreto en la Toscana y en Liguria al final de la época estival llegando a provocar varios muertos. Además hicieron su aparición temblores en la corteza terrestre, con un terremoto de magnitud 8,2 frente a las costas de Chiapas, en México, afectando también al oeste guatemalteco.

Y en nuestro caso ¿como está repercutiendo el cambio climático? Pues además de alguna gota fría de más, fundamentalmente en la gran (y en aumento) sequía que vive nuestra piel de toro especialmente su levante, que nos muestra un futuro nada halagüeño en nuestra Comunitat, como no resolvamos nuestro suministro de agua, el llamado oro azul, pues los datos lo dicen todo. Si los pantanos estaban al 47,93% este último 1 de agosto, el año pasado estaban al 64,13% y la media en esa fecha en los últimos 10 años es del 63,4%.

Con la misma valentía que hizo falta para hacer frente al problema de los incendios, y que llevó en 2005 a José Luis Rodríguez Zapatero, a tomar la decisión, dadas las disfunciones del sistema de emergencias de naturaleza civil y autonómica, de crear un ente militar y centralizado como es la UME, que parece es de agrado de todos por su eficacia, los Poderes Públicos deben hacer frente al problema del agua que alcanza niveles más que preocupantes para toda la sociedad y economía, desarrollando un Plan Hídrico Nacional.

Las variaciones climatológicas nos llevaron a ser la especie y posteriormente la civilización (urbana) predominante en la Tierra, ahora (y tras muchas generaciones) otro cambio nos podría relegar a un grado inferior de desarrollo,esperemos que nuestros líderes sean lo suficientemente valientes para hacer frente al desafío climático.

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