Joan Ribó y Juan Roig sostienen una pelota de baloncesto en presencia de Ximo Puig. Foto: KIKE TABERNERVALÈNCIA. El Ayuntamiento de València estaba dispuesto a dar hasta 75 años. No hará falta tanto. Con las cuentas en la mano, será una concesión administrativa a 50 años. El nuevo pabellón del València Basket está más cerca de su realización, una vez el equipo del empresario valenciano Juan Roig ha aceptado las condiciones que impuso el Ayuntamiento de València. O cabría decir mejor, la condición.
En concreto es una cuestión nominal en cuanto al suelo público sobre el que se piensa construir el nuevo pabellón Arena. Desde el principio la postura de la concejal de Patrimonio, María Oliver, ha sido inflexible: no se podía vender. La intención del empresario y su equipo era comprar el terreno público donde en su día se pensó instalar la Torre de la Música para ubicar allí su nuevo estadio, con capacidad para 15.000 personas y un presupuesto de construcción situado en torno a los 100 millones de euros.
Si bien desde València en Comú se aplaudía y alababa la iniciativa del empresario, la concejal de Patrimonio y también portavoz de esta formación en el Ayuntamiento de València dejó bien claro en diversas reuniones internas en el consistorio que la posibilidad legal más factible era ceder el suelo por una concesión administrativa. La postura de Oliver provocó ciertas disensiones en el Govern de la Nau, especialmente entre Compromís, la coalición a la que pertenece el alcalde Joan Ribó, y València en Comú.
En este debate el PSPV se posicionó levemente a favor de la postura de Oliver ya que, con la legislación en la mano, entendían los reparos de la concejal de ValC, al tiempo que compartían su idea de que era mucho más rápido, fácil y factible llegar a buen puerto con una concesión, antes que una venta. Con ello se lograba un doble objetivo: el consistorio no perdería nunca la propiedad del suelo, y el València Basket tendría su pabellón en un breve plazo de tiempo y a un coste incluso menor que si hubiera comprado el suelo. En este sentido Oliver insistía en privado que su intención era que a Roig tampoco le costara dinero la aventura, que al final él saliera también compensado.
La propuesta de València en Comú, un win to win en toda regla, se ha impuesto y el acuerdo está cada vez más cerca. Tal y como adelantó Valencia Plaza, el Ayuntamiento de València le había reclamado al equipo de Roig un plan de negocio viable y factible, realista, con los pies en la tierra, plan de negocio que se ha presentado este mismo miércoles.
En función de él, y una vez esté analizado por los distintos estamentos correspondientes del consistorio, el Ayuntamiento establecerá un canon anual que, insistieron fuentes municipales, será siempre realista ya que se trata de facilitar la construcción del pabellón y que esté en marcha lo antes posible.
La concesión, con todo, no será una adjudicación directa ya que el Ayuntamiento siempre se ha de abrir a otras ofertas, explicó María Oliver a Valencia Plaza. Con todo, cabe deducir que no habrá otro candidato a invertir 100 millones de euros para construir un pabellón, así que en la práctica Roig obtendrá la concesión al ser el único aspirante.
De este modo, el nuevo pabellón podrá albergar la Copa del Rey de 2021, objetivo a medio plazo que se ha planteado el empresario valenciano. La reunión de este miércoles es la prueba de que se está más cerca de hacer realidad el sueño largamente acariciado por Roig: València tendrá por fin un pabellón Arena de nivel internacional.
