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TIEMPOS POSTMODERNOS / OPINIÓN

La Haya 70 años después: Churchill y Madariaga

Europa es, gracias al esfuerzo de todos estos años y de tantas personas, una tierra de paz, libertad y bienestar

29/04/2018 - 

Para conmemorar el aniversario del Congreso de La Haya, el Consejo Federal Español del Movimiento Europeo ha publicado el libro “Europa como tarea”, coordinado por Eugenio Nasarre, Francisco Aldecoa y Miguel Ángel Benedicto y en el que han participado autores que provienen tanto del mundo académico como del político o el diplomático, pero que tienen en común la defensa de los valores que impulsaron a los europeístas de hace 70 años. El lunes pasado dicho libro fue presentado en Madrid, en la Representación en España de las Instituciones Europeas, en un acto presidido por Juergen Foecking, director de la Oficina de la Comisión Europea y por el Secretario de Estado de la Unión Europea, Jorge Moreno. Gracias a esta iniciativa hemos podido recordar a algunas figuras de la integración europea que no siempre se asocian a ella, así como rememorar las razones que en esos inciertos momentos, les hizo apostar por la unidad en Europa. 

Haciendo repaso de los últimos meses, la figura de Winston Churchill ha aparecido de forma repetida en películas (Dunkerque, La hora más oscura, Winston Churchill) o en la serie de televisión The Crown. Aunque podría interpretarse como un esfuerzo de autoestima y reivindicación británica durante el proceso de Brexit, quienes lo estén utilizando en este sentido no harían total justicia a este personaje. Para los europeístas Churchill tiene una dimensión propia, independiente de su papel como estadista británico. En septiembre de 1946, cuando su derrota electoral un año antes (después de ser uno de los protagonistas de la victoria aliada en la II Guerra Mundial) le había situado como líder de la oposición, sorprendió con un discurso en la Universidad de Zurich sobre “la tragedia de Europa”. En concreto, propuso frente a la fragmentación en pequeños estados en la que se había convertido Europa en el siglo XX, crear una forma de “Estados Unidos de Europa”, una estructura que permitiera a la “familia europea, vivir en paz, seguridad y libertad”. No fue realmente el primero en hablar de este concepto, puesto que ya en 1929 el francés Aristide Briand defendió una Unión Europea en la Liga de Naciones y el belga Paul-Henri Spaak, uno de los padres fundadores de la Unión Europea, había hecho circular esta idea desde 1942. Sin embargo, formulada por alguien tan influyente como Churchill, cobró una dimensión completamente distinta. Un año después, el Movimiento Europeo Internacional, que coordinaría diversas asociaciones nacidas tras la II Guerra Mundial, convocaría en la Haya entre el 7 y el 11 de mayo de 1948 el Congreso de Europa más conocido como el Congreso de la Haya, dando lugar a la fundación formal del Movimiento Europeo.  

Dentro de unos días se cumplen los 70 años del Congreso de la Haya, que fue presidido por Churchill y reunió a 800 delegados de Europa y observadores de Canadá y Estados Unidos. Además del propio Churchill y el ya mencionado Spaak, asistieron representantes de todas las ideologías políticas, incluyendo a Konrad Adenauer, Harold Macmillan, François Mitterand (¡ya por entonces ministro de Robert Schuman!) y Altiero Spinelli. La delegación española integró a tan sólo seis representantes, pero entre ellos se encontraban dos de gran relevancia: Salvador de Madariaga e Indalecio Prieto. También fueron dos los primeros resultados de dicho congreso: la creación del Consejo de Europa (desgraciadamente de actualidad en las últimas semanas en la sociedad valenciana) y la fundación del Colegio de Europa (College of Europe/Collège d'Europe), ambos en 1949.

La paternidad del Colegio de Europa se la debemos a Salvador de Madariaga, que fue secundado por Churchill, Spaak y Alcide De Gasperi, mientras que otro líder del Movimiento Europeo, Hendrik Brugmans, fue nombrado su primer rector. La sede de esta institución académica se situó en la ciudad belga de Brujas y tras la caída del muro de Berlín se fundó en 1992 un segundo campus en Natolin (Polonia). Es un centro de estudios de postgrado creado con el objetivo de reunir estudiantes de todas las naciones europeas para “promocionar un espíritu de solidaridad y comprensión mutua” y formar a jóvenes que difundieran dichos valores y ocupasen puestos de responsabilidad en Europa. Tiene carácter de “Institución de Interés Público” según la ley belga, acogiendo cada año a 400 estudiantes, seleccionados en cooperación con los Ministerios de Exteriores de los países europeos, así como a través de otras entidades públicas y privadas. Precisamente estos días está abierta la convocatoria de la Generalitat Valenciana, que ofrece una de estas becas. En 1998 antiguos alumnos del Colegio crearon la Fundación Madariaga – College of Europe, presidida por su sobrino-nieto, Javier Solana, afiliada a la institución y con el objetivo de fomentar el pensamiento y los valores europeos en el contexto global.  

Ahora que se han cumplido 30 años del programa Erasmus, que tan crucial ha sido para crear una nueva generación de ciudadanos europeos, 40 años antes, en una Europa aún en ruinas, ya había quienes estaban construyendo los cimientos del futuro. Que una institución académica, centrada en los jóvenes y en su papel en la sociedad de los años venideros, fuera uno de las primeras iniciativas muestra que aquellos líderes visionarios no habían perdido la esperanza y la habían depositado en la educación y en la dignidad del individuo frente a los totalitarismos. Europa es, gracias al esfuerzo de todos estos años y de tantas personas, una tierra de paz, libertad y bienestar. 

Que nos guíen las palabras de Churchill en el Congreso de la Haya al hablar de su visión de lo que debería ser el futuro de nuestro continente: “Los hombres estarán orgullosos de decir: yo soy europeo. Que podamos ver una Europa donde las personas de todos los países piensen lo mismo de ser europeo que de pertenecer a su país de nacimiento. Que allá donde vayan en el continente europeo sientan de verdad: aquí estoy en casa, soy ciudadano también de este país, los hombres son mis hermanos y amigos, unámonos, trabajemos juntos, hagamos todo lo posible, lo que esté en nuestras manos, por el bien de todos”.

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