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NOSTÀLGIA DE FUTUR / OPINIÓN

La ideología de la bicicleta

23/02/2017 - 

El debate ideológico toma, sin sorpresas, formas distintas: qué idioma se enseña a nuestros hijos, a qué tipo de colegios asisten, que ayudas recibimos, qué viviendas habitamos, como nos movemos. Todo ello depende de las políticas públicas; de la política: el arte de gestionar preferencias en desacuerdo. 

La ciudad de Valencia vive cierta confrontación, magnificada por algunos voceros, también en este medio, entre favorables y detractores de la bici, especialmente en relación a la construcción del anillo ciclista. A Giuseppe Grezzi, Concejal de Movilidad, se le acusa de actuar ideológicamente.

Que Giuseppe Grezzi fomente la bicicleta, al igual que Manuela Carmena tome medidas de pacificación del tránsito para paliar la contaminación, es su deber. Supone el respeto a sus votantes y a las normas democráticas. Supone, por tanto, actuar con ideología. 

La ideología de Giuseppe, ampliamente definida en su programa electoral, plasma la apuesta para una ciudad más amable para peatones y bicicletas, con un reparto modal más equitativo y con una apuesta por el espacio y el transporte público. El anillo ciclista, proyecto iniciado por la anterior corporación, que la actual ha ampliado en amplitud y accesibilidad, va en la línea de dicha apuesta. 

No es sorprendente que Joan Ribó opte por la bicicleta para desplazarse al trabajo. Otros políticos como Enrique Peñalosa (alcalde Bogotá), Augusto Barrera (ex alcalde de Quito), Jaime Lerner (ex alcalde de Curitiba) o Boris Jhonson (ex alcalde de Londres) han ligado su imagen al uso de la bicicleta y a la apuesta por el transporte público. Amsterdam acaba de ir más allá y recientemente ha nombrado a su primera Alcaldesa de la Bici para coordinar las políticas ciclistas. Sean de partidos conservadores o progresistas, su asociación con la bici es su manera de simbolizar una apuesta por la sostenibilidad y los efectos positivos del espacio público en la vida de las personas. 

Boris Johnson (por cierto, del partido conservador y a favor del Brexit), introducía en 2013 su visión ciclista para la ciudad de Londres en forma de plan estratégico de la siguiente manera: “imaginad si pudiésemos inventar algo que redujese la congestión del tráfico, el ruido, la contaminación y la mala salud. Algo que mejorase la vida de todo el mundo, de manera rápida, sin el coste de la construcción de nuevas carreteras y líneas de tren. Bueno, lo inventamos hace 200 años: la bicicleta”.

La ideología de la bicicleta, la ideología de Grezzi, está reforzada por páginas y páginas de evidencia científica y por el éxito de ese tipo de políticas en las ciudades más avanzadas de Europa. La apuesta por la movilidad sostenible, genera también, y por ello viene siendo fomentada por la Comisión Europea, economías más fuertes

Cambiar los usos de un sólo carril de tráfico para el transporte no motorizado no es ninguna limitación a la libertad de los valencianos. Según las encuestas del Plan de Movilidad Sostenible de Valencia de 2013 solo el 29,8% de los desplazamientos en la ciudad se realiza en coche como conductor o acompañante. Un re-equilibrio de los usos de las calles, metros cuadrados con un alto valor, en favor de peatones y ciclistas, aún manteniendo un claro predominio del espacio para el coche, no puede ser motivo de alarma, sino de coherencia ante unos objetivos ya definidos. 

Si la ideología de Giuseppe Grezzi busca conseguir, dando espacio a la bicicleta y al peatón, lo que proponía Boris Johnson en su plan (reducir la congestión, el ruido, la contaminación y la mala salud mejorando la vida de todo el mundo), esa ideología es también mi ideología. 

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