La plantilla apela a la unión del vestuario para salir de la mala dinámica
Los jugadores han estado reunidos durante más de una hora al finalizar el entrenamiento para intentar poner una solución al gran problema del equipo. El equipo se mentaliza de que el descenso es una amenaza real y urge una reacción desde ya
9/02/2016 -
VALENCIA. Este lunes no fue un día normal en la Ciudad Deportiva de Paterna. El Valencia regresó al trabajo tras la derrota en Sevilla y la situación en el equipo es límite. La amenaza de descenso es real tras perder los dos últimos partidos ante rivales directos y pese a aventajar en cuatro puntos al penúltimo clasificado, la entidad valencianista lleva la peor dinámica de la primera división.
Por este motivo, los jugadores se encerraron en el vestuario al finalizar el entrenamiento durante más de una hora para hablar de la delicada situación que esta viviendo el club, conscientes de que son los principales responsables del actual momento deportivo que atraviesa el Valencia, con doce jornadas consecutivas sin ganar.
Uno de los principales argumentos de la charla, en la que no estaban Gary Neville ni Jesús García Pitarch, ha sido el de cambiar el 'chip' mental y adecuarse a la realidad de la situación. El descenso es una amenaza real y el equipo debe mentalizarse de que se debe lidiar con esta situación y se debe asumir desde el próximo encuentro, cuando visita Mestalla uno que será rival directo como es el Espanyol.
Además, el vestuario ha realizado autocrítica después de una temporada en la que no ha sido buena y se ha apelado a la unión de todos para sacar la situación adelante. En muchos momentos del año, cada jugador ha hecho la guerra por su cuenta, pero el actual momento del equipo no permite guerras personales y todos se han dado cuenta de que para sacar esto adelante tienen que estar unidos y ser solidarios unos con otros.
Los jugadores son conscientes, porque así se lo transmitió el club, que Neville va a seguir al frente del equipo y por tanto debe ser con él con quien se empiecen a ganar los partidos para romper con la mala dinámica que se venía arrastrando y que se ha acrecentado tras las derrotas ante el Sporting y el Betis, y la humillación sufrida ante el FC Barcelona.
Todos los jugadores han tomado la palabra para expresar su punto de vista de la situación actual y todos han dejado claro que la solución pasa por mantenerse unidos y darlo todo en el próximo encuentro. La afición tiene colmada la paciencia y no quiere más palabras y únicamente quiere ver a su equipo rendir como se espera en el verde. El próximo sábado ante el Espanyol será el momento de que los jugadores respondan en el césped.