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EL NÚMERO DE HORAS VIENE CERTIFICADO POR LA UMH

La UV despide a una investigadora para contratar a un aspirante con horas irregulares

La plaza se enmarca dentro de un proyecto farmacéutico ya en marcha, que ahora se arriesga a perder ayudas económicas concedidas a título personal

11/04/2017 - 

VALÈNCIA. La Universitat de València (UV) ha decidido despedir a una de sus investigadoras como consecuencia de la impugnación de la plaza que llevó a cabo otro de los aspirantes, quien a partir de este mes pasará a ocupar su lugar. Se trata de María José Sánchez Catalán, cuyas compañeras valoran por su “alta eficiencia”. La hasta ahora profesora ayudante formaba parte de un proyecto puntero en neurobiología, dependiente del departamento de Farmacia y Tecnología Farmacéutica, al que ahora tendrá que decir adiós.

Su partida supondrá también la pérdida de unas ayudas dirigidas al proyecto, una de carácter autonómico y otra americana, ya que las mismas se concedían a título personal. “Perdemos la línea de investigación y a una de las mejores del equipo”, lamenta su compañera de proyecto, Carme Agustín. También denuncia que, paradójicamente, el mismo día que la UV publicitaba los resultados de su estudio con declaraciones de Sánchez, le comunicaba el cese.

El segundo aspirante acredita 200 horas de experiencia, UNA CIFRA que NO SE PUEDE ACUMULAR EJERCIENDO como becario

La plaza salió a concurso público a principios de este curso y a la misma concurrieron hasta tres aspirantes. Sánchez fue la mejor baremada, por lo que se le adjudicó el puesto y entró a formar parte del equipo en el mes de septiembre. Sin embargo, el segundo aspirante impugnó el proceso dentro del plazo de reclamaciones. Lo hizo alegando que él tenía más méritos que su competidora, en concreto más horas de experiencia, por lo que exigía una rebaremación. Tras proceder a ella, la comisión de Recursos Humanos (RRHH) le dio la razón y firmó el despido de la investigadora en diciembre, aunque lo comunicó oficialmente en marzo.

La sospecha se centra, precisamente, en esas horas de experiencia que esgrime el segundo candidato. Hasta 200, acreditadas por la Universidad Miguel Hernández (UMH). “Eso es ilegal, porque si eres becario no puedes hacer más de 120 horas”, afirman las investigadoras. Fuentes internas universitarias también deslizan su parentesco con un catedrático. Otro punto conflictivo es el tribunal de RRHH que se ha encargado de la nueva asignación, cuyos nombres son anónimos, según las afectadas. “Además, cuando los concursos públicos se recusan hay que publicar las nuevas puntuaciones, pero esta vez no las hay”, aseguran.

En respuesta a las acusaciones, fuentes oficiales de la UV aseguran que la comisión es “totalmente transparente y pública”, de modo que los nombres “deben figurar en el documento que tiene Sánchez”. En referencia al número de horas aportadas por el segundo candidato, insisten en que esa irregularidad no les corresponde a ellos, “sino en todo caso al centro que las haya certificado”. Esto es, a la UMH. "En la UV nadie puede hacer esas horas si no está doctorando, pero si tú sacas un baremo donde dices que vas a computar las horas certificadas de docencia, y un candidato viene con el máximo, debes aceptarlas”, apoyan.

En definitiva, defienden la decisión adoptada por la institución. “Esto siempre pasa en una convocatoria pública. Si el recurso se resuelve negativamente, la persona es separada y se contrata al que tiene mejor baremo”, argumentan, vistiendo la situación de “normalidad”. Lamentan, en cualquier caso, que el proyecto se quede sin ayudas, “pero no podemos hacer otra cosa si queremos ser rigurosos con la convocatoria pública”.

Despido sin indemnización

La rescisión del contrato tampoco comporta ningún tipo de indemnización para la trabajadora en la medida que la contratación no era firme. “En estos casos se revierte el proceso y se recupera la situación anterior”, explica la UV, desde donde insisten que la investigadora María José Sánchez ya era conocedora desde hace meses.

No coincide con la versión de las investigadoras. “El despido se firmó el 27 de diciembre. El 20 de febrero le autorizaron pedir dos proyectos, sabiendo que la iban a echar a la calle. El 14 de marzo el rector firmó el cese. El 23 de marzo recibió la carta. Tres meses currando sin saber que la iban a despedir”, afirmaba en Twitter, altamente indignada, su compañera de proyecto, Carme Agustín. Tanto ella, como el resto del equipo, insisten en la necesidad de que Catalán siga. “Ella ya se encuentra en una fase avanzada del contenido”, argumentan.

El trabajado, elaborado entre un equipo de investigación de la UV y la Universitat Jaume I de Castellón (UJI), ha desarrollado un modelo para entender cómo el cerebro de las ratas codifica la motivación. En concreto se centra en determinar patrones sobre cómo las feromonas sexuales y las drogas de abuso activan de forma similar los circuitos mentales.

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