Antonio Sarrión Martínez, enólogo de Bodega Mustiguillo VALÈNCIA. Lodima Group Invesment 2000, uno de los vehículos de inversión de la familia Sarrión, ha reducido su patrimonio como consecuencia del reembolso realizado por un accionista con fecha 13 de agosto de 2018, lo que provocó que el capital en circulación de dicha sicav disminuyera en un 52,49%.
De este modo, esta sociedad gestionada por Banca March ha pasado de los 11,20 millones de euros que tenía al cierre del primer semestre -último dato oficial de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV)- a los 5,37 millones, según su cotización el viernes 5 de octubre en el Mercado Alternativo Bursátil (MAB), tal y como lo constató este diario.
Presidida por el valenciano Antonio Sarrión López -patriarca de la familia Sarrión conocida por sus firmas Construcciones Sarrión y Bodega Mustiguillo-, entre sus administradores están sus hijos Julián, Abraham y Antonio Sarrión Martínez; mientras que está domiciliada en Madrid y su fecha de registro oficial ante el organismo supervisor se remonta a finales del año 2000.
Al cierre del primer semestre del año contaba con 103 accionistas y ofrecía una rentabilidad negativa del -1,68%, que contrastaba con el buen tono que ha venido presentando en los últimos tres años. Así, el pasado ejercicio se revalorizó un 7,50%, un año antes el 3,15% y en 2015 un 5,12%.
Lodima Group Investment 2000 no es la única sociedad de inversión de capital variable que los Sarrión tienen. Ahí está el caso de Findiner, también domiciliada en Madrid pero gestionada por Bankinter y operativa desde noviembre de 1999, que actualmente tiene una capitalización de 12,03 millones de euros, según datos del MAB donde cotiza. En este caso su presidente es Julián Sarrión Martínez y en el consejo están sus hermanos Abraham y Antonio.
Mientras tanto, y hablando de sicavs, vuelve el runrún sobre un posible endurecimiento de las mismas. Según la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, el Gobierno está estudiando la posibilidad de que vuelvan a estar bajo el control de la Agencia Tributaria en lugar de la CNMV.
"Es una cuestión que estamos viendo. Estamos viendo la posibilidad de que vuelvan a la Agencia Tributaria, y de meter mayores controles, mayores mecanismos de regulación, al objeto de que efectivamente destinen su trabajo a aquello para lo que se han diseñado y que no sirvan para ocultar rentas o para tener alguna actividad que sea opaca al fisco", explicaba el pasado 4 de octubre.
En su opinión, las sicav tienen interés para aquello que "realmente" se aporta al modelo económico y productivo, porque de lo contrario "se convierten en una trampa para la fiscalidad".
