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DONACIÓN AL MUSEU DE BELLES ARTS

Los Caprichos de Goya se mudan a València

El Museu de Belles Arts de València ha recibido la donación de la serie completa de los Caprichos de Goya de 1868. A la espera de una exposición completa con todos ellos en marzo de 2023 actualmente se pueden ver 17 de ellos en la colección permanente, de forma temporal

21/05/2022 - 

VALÈNCIA. Goya ha encontrado su lugar en el Museu de Belles Arts de València. El busto realizado por Mariano Benlliure que se aloja en la planta baja del Museu dispone apenas unos escalones de distancia de los Caprichos. Una muestra representativa de 17 de ellos se exhibirán en la colección permanente a finales de julio aproximadamente, para dar paso en marzo del 2023 a una exposición que cuente con la totalidad de los 80 grabados. De momento esta donación se ha diseccionado en una muestra representativa de las láminas más representativas del pintor, agrupadas por temáticas. La donación completa de los Caprichos de Francisco de Goya corre de la mano de Ángel López García-Molins, quien los heredó de su abuelo, Antonio García Molins. Tras pasarlos entre varios hogares y estanterías, transportándolos protegidos entre las páginas de grosos libros, estos 80 grabados han encontrado de momento su hogar.

Esta colección, se podrá exponer pues de forma íntegra en la ciudad de València, aunque de momento sea necesario conformarse con un pequeño aperitivo. Pablo González Tornel, director del Museo, ha resaltado que es bastante inusual poder contar con la colección completa y se ha mostrado muy agradecido por la donación, que sin duda contribuye al patrimonio de los valencianos, y gana en todo su sentido a través de la exposición: “Esto no es una pintura que nace para estar en la habitación de un rey, tiene que democratizar la información al maximo”. Tornel, en diferencia con lo que ocurre en el Museo del Prado, ha optado de momento por no acompañar las obras de un texto explicativo, ya que considera que es un ejercicio que debe realizar el espectador: “Buscamos que la imaginación del visitante se oriente hasta donde este mismo desee”. Además se aprovecha que las piezas cuentan de por sí con una interesante “cartela” que la define brevemente en palabras del mismo Goya.

Hasta poder llegar a la costa valenciana los Caprichos han vivido un viaje agitado. El abuelo de López García, los compró en un anticuario en Zaragoza, sin embargo cuando llegó la guerra civil tuvo que huir por republicano a Baviera, el que probablemente era uno de los peores países para refugiarse. Tras esta huida los grabados se quedan en Alemania, a manos de la abuela de López García, quien los conserva hasta que pasan en herencia a su única hija quien hace cosa de tres años los legó en el testamento a Ángel López García-Molins, quien a día de hoy los ha donado al Museu. López García tuvo que “pelear” esta herencia junto a sus cinco hermanos, quienes una vez conocieron el valor de los grabados quisieron formar parte del trato: “Mis hermanos pretendían trocear la serie de grabados y venderlos por separado. Sin embargo, mi madre era consciente de que debían de permanecer los 80 unidos, por los que depositó su confianza en mí para tenerlos”.

A través del respeto y con mucho cuidado, Ángel López García-Molins y su esposa Teresa decidieron conservarlos en una estantería durante varios años hasta que encontraran su hogar ideal. Al final decidieron contactar con Tornel para cederlos al Museu de Belles Arts, ya que este comprende el período histórico adecuado y además se defiende como la 2º mayor pinacoteca de España: “Es una forma de mantener este título, y alabar la labor que hace el museo por estas obras que conforman la historia de nuestro país”, aclara agradecido López García agradecido, refiriendo sus palabras hacia Tornel. 

El director agradece enormemente la donación y valora la necesidad de exponer de cara al público la obra, que fue creada exactamente para esto: “La pintura de caballete solo la podían ver y criticar unos pocos. Sin embargo los grabados están hechos para volar, y pasar de una mano a otra”, y ahora agradece que estén en cierto modo “en sus manos y las de todos los valencianos”.

El recorrido se agrupa bajo una luz muy tenue y por temáticas. Tres muros de la sala alojan cuatro caprichos agrupados por temáticas sociales y en el centro el muro principal acoge los cinco Caprichos más conocidos de Goya: Nº1 Goya y Lucientes, Pintor, Nº43 El sueño de la razón produce monstruos, el Nº10 El amor y la muerte, el famosísimo Volavérunt (el número 61) y finalmente el número 33 Al conde palatino. 

En las paredes que rodean a esta principal se tratan las siguientes temáticas: una crítica a los matrimonios de conveniencia (con obras como Ni así la distingue), un tirón de orejas al atraso educativo y cultural español, representado por ejemplo con Chitón (capricho nº28) y finalmente una pared sobre el anclaje de los españoles a la superstición con caprichos como el número 3: Que viene el coco. todos ellos hacen una crítica social potente y mordaz con un lenguaje innovador, y sorprende lo actualizados que pueden llegar a estar la mayoría de ellos.

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