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a propuesta un nuevo edificio y placas solares para el complejo

Los cinco pasos de Cheste para ser el circuito más ecológico del mundo

Foto: ESTRELLA JOVER.
18/09/2017 - 

VALÈNCIA. Hay un detalle que llama la atención del despacho del director del Circuit de Cheste, Gonzalo Gobert: las paredes están decoradas con posters en algunos casos del año 2000. Teniendo en cuenta que fue nombrado director del Circuit en 2012, es un matiz que evidencia que cuando llegó al cargo su obsesión no era el despacho. Gobert conocía bien el Ricardo Tormo, ya que había sido jefe de explotación entre 1999 y 2007, pero a diferencia de lo que es habitual, no se dedicó a decorar su lugar de trabajo sino que se centró en su quehacer. 

Economista, descendiente de Cezanne, autor de una novela de ciencia ficción, llegó con una estrategia clara: quería traer al Circuit al siglo XXI. Ese plan implicaba no sólo una modernización de la gestión, sino también una sensibilidad hacia el entorno. Así, dentro de este aggiornamento uno de los pilares era, paradójicamente, la ecología. Aparentemente nada se puede hallar más alejado de preservar el Medio Ambiente que un espacio de asfalto y hormigón concebido para que vehículos de motor den de sí toda su potencia, pero Gobert, con hechos, ha demostrado que las visiones simples y reduccionistas son eso: simples y reduccionistas.

Aunque es consciente de que a día hoy es aún imposible conseguir que la huella ecológica del Circuit sea cero, Gobert y su equipo están trabajando para lograr que Cheste sea el espacio de motor más ecológico del mundo, sino es ya uno de los que más. Para ello están desarrollando una estrategia completa en diferentes niveles desde hace cinco años que abarca prácticamente todos los aspectos de la vida del Circuit y que aspira a que el Ricardo Tormo, que este martes alcanzará la mayoría de edad y cumplirá 18 años, sea un emblema de la cuadratura del círculo: que el olor a gasolina no sea una reminiscencia tan fácil de contaminación.

“Aún nos queda camino por recorrer”, comenta en su despacho, aséptico, modular, concebido antes en términos de eficacia que de estética. Mientras, en la pista, se oye circular algunos de los equipos que se encuentran este miércoles por la mañana entrenando. Entre ellos se halla el del valenciano Jorge Navarro, el de Edgar Pons (hijo del dos veces campeón del mundo Sito), el campeón del mundo de Moto 3 de 2016 Brad Binder o el piloto español nacionalizado argentino Gabriel Rodrigo. “Tenemos un 90% de ocupación al año, lo que supone más de 320 días con el Circuit a pleno rendimiento”, explica. Durante el fin de semana del Mundial se consume cinco veces más energía que en un día normal como hoy. Su plan para que Cheste sea verde tiene cinco columnas.

1. Todo empezó con árboles. Del mismo modo que en la intro de la serie La aventura de las plantas un árbol crecía a partir de una semilla, en Cheste están viendo ya crecer las que sembraron hace un lustro. En la primera fase se trabajó en las zonas lindantes al acceso principal y en distintas zonas del trazado del Circuit. Se plantaron en torno a 1.000 árboles de distintas especies, entre ellos naranjos, cipreses, así como más de 5.000 arbustos, como adelfas, para marcar y canalizar el flujo de espectadores en eventos de máxima afluencia. En una segunda fase se comenzaron a plantar árboles para delimitar las zonas de aparcamiento. Los árboles, además de contrarrestar la contaminación, contribuyen a disminuir la temperatura de los alrededores del Circuit. Hay más. En algunas zonas se han plantado naranjos y limoneros. Los primeros darán fruto coincidiendo con la celebración del Gran Premio de Cheste. La idea, para la que se ha hablado con su patrocinador Zummo, es que dentro de dos años dichos frutos sean exprimidos en los días del Mundial y la recaudación de su venta se done a ONG’s.

2. La eficiencia es ecológica. El segundo paso dado para conseguir un Circuit más respetuoso con el Medio Ambiente ha sido hacer de Cheste un complejo más eficiente. Para ello se han cambiado las bombillas a LED en las zonas de mayor consumo (oficinas, torre de control...) con lo que se ha conseguido ahorros superiores al 50%, se ha incorporado un sistema de acumulación para el agua depurada que permite ahorrar un 30% del consumo  (la cual se usa para regar) o se han colocado vinilos sobre la mayor parte de los ventanales de los edificios del complejo. Esta última medida ha supuesto un considerable ahorro energético, al disminuir las temperaturas en el interior del edificio y reducir el uso de aparatos de aire acondicionado. El uso de materiales biodegradables y el reciclaje de elementos contaminantes forma parte de esa eficiencia que se traduce en una huella ecológica menor.

3. Autoconsumo. Una de las medidas que se está estudiando en estos momentos por parte de Cheste es generar la energía fotovoltaica necesaria para que el complejo sea autosuficiente. Gobert explica que la idea se le ocurrió tras leer un artículo publicado por Valencia Plaza, Energía solar fotovoltaica y consumo eléctrico en España, de Juan Ángel Saiz, Elías Hurtado Pérez y Ángela Saiz Meliá. El director de Cheste se puso en contacto con el Departamento de Ingeniería Eléctrica de la Universitat Politécnica y les ha solicitado un estudio para que calculen cuantos metros cuadrados de placas solares precisa el Circuit. Partiendo del hecho de que en el complejo disponen de su propio transformador y cuentan con más de 250 metros cuadrados de techo en las oficinas, cree que tienen buena parte del trabajo avanzado.

Foto: ESTRELLA JOVER.

4. Un edificio contra la contaminación acústica. Uno de los principales quebraderos de cabeza para Gobert y su equipo es la contaminación acústica que genera el Circuit y que ha provocado quejas al Síndic de Greuges. El ruido, de hecho, es consustancial al motor. Las motos, los vehículos, al adquirir grandes velocidades generan un sonido intenso. El efecto Doppler es parte del espectáculo como las parábolas lo son del fútbol o el baloncesto. Pero el ruido ha provocado quejas por parte de los vecinos y hay una resolución al respecto del Síndic. La conclusión a la que llegaron los técnicos es que era preciso levantar un muro de ocho metros que uniera los dos principales edificios del Circuit. El coste estimado de las obras es de un millón de euros, pero a Gobert y su equipo no les convence la solución, porque sería crear un lienzo de cemento y ladrillo con el evidente peligro que ello conlleva en caso de grandes tormentas con fuerte viento. Gobert propone en lugar de construir un muro realizar una ampliación del edificio principal que lo una con el restaurante. El coste sería de tres millones de euros. “Se trata de hacer una inversión productiva y no sólo correctora”, dice. Las primeras estimaciones que manejan calculan que sería amortizado en dos años. Sería, en definitiva, en lugar de dar un paso, dar dos.

5. La propia industria. El quinto pilar es externo pero es fundamental. La propia industria del motor está promoviendo competiciones lo más limpias posibles que tienen cabida en Cheste. La Fórmula E es su punta de lanza. En ella compite un equipo del yerno de José María Aznar, Alejandro Agag, y otro del valenciano Adrián Campos. Este año la Fórmula E llegará por primera vez a España, y lo hará en Cheste, donde se celebrarán los test de pretemporada los días 2, 3 y 5 de octubre. Gobert se muestra abierto a la posibilidad de que se celebre en el circuito valenciano una prueba del Mundial, pero no depende de ellos, recuerda, “y siempre estaría en función de las condiciones”. El uso de materiales menos contaminantes en todas las competiciones, así como el desarrollo de motores cada vez más eficientes también está contribuyendo a reducir la contaminación. El mundo del motor quiere ser más ecológico. Y en ese contexto Cheste quiere ser vanguardia y ejemplo.

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