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vals  para hormigas  / OPINIÓN

Neil Amstrong en Elche  

29/11/2023 - 

Una de las preguntas más complicadas que he podido afrontar en mi vida, desde chaval, ha sido la de qué quería ser de mayor. A estas alturas, que de chaval ya solo me queda lo que ve en mí la generación de mis padres, solo he podido llegar a la conclusión de que lo único que de verdad he querido ser en mi vida es extranjero. Ya lo he contado, de la misma forma que he contado que no lo he conseguido. Tampoco logré jugar al baloncesto como Manu Ginobili –lo de Magic Johnson, verdadero objetivo, queda fuera de todo propósito humano- pero como eso fue, en parte, responsabilidad de la genética, que no me dio la altura suficiente, no pierdo la esperanza de que el progreso me regale la máxima expresión de mi sueño forastero, que sería el de poder realizar un viaje al espacio. Un deseo que sí forma parte de la infancia de tantas personas que han querido ser astronautas. Por eso trato de leer cualquier noticia relacionada con el otro lado de la atmósfera terrestre, como la entrevista a Eva Villaver, directora de la Oficina del Espacio y Sociedad de la Agencia Espacial Española, que publicó ayer en esta casa Sandra Murcia.

Evidentemente, la sustancia de la entrevista está en la conexión galáctica que empresas como PLD Space o Emxys, carne de la carne de la Universidad Miguel Hernández de Elche, han establecido entre la inmensidad del universo y el Vinalopó. No hace demasiado, la posibilidad de que esta provincia sería capaz de protagonizar el lanzamiento de satélites orbitales quedaba más o menos reducida a un relato de Julio Verne. Ahora no, ahora hemos optado a liderar la investigación aeroespacial o la de la inteligencia artificial y si no lo hemos conseguido es, presumo, porque al igual que me pasa a mí con el baloncesto, a esta provincia le falta talla. Pero si Miguel Hernández se declaraba alto de mirar a las palmeras, quién sabe hasta dónde se puede llegar cuando se emboba uno con las estrellas. Comenta Villaver que estas compañías pequeñas que deslumbran en poco tiempo son referentes para los más jóvenes, que pueden ver en el espacio otro itinerario que recorrer. Hay cantera en Alicante, al parecer. Pero lo crucial es la apuesta que las instituciones quieran afrontar en el casino de las ingenierías y la astrofísica. Todo al negro, por favor. También las administraciones de ámbito estatal, porque me da la impresión de que España apenas empieza a asomarse al sistema solar, como hacen los jóvenes amish, para ver qué tal les va lejos de casa.

La labor de la agencia que dirige Villaver consiste en nutrir las futuras vocaciones, con especial atención a las niñas que, afortunadamente, cada vez sienten menos rechazo (masculino) a la hora de ponerse una escafandra, elaborar complejas fórmulas matemáticas o usar el ARN mensajero para fabricar unas vacunas que borren una pandemia en medio año. Pero en la entrevista de Sandra también se abre hueco la ficción. O la realidad de quienes no tenemos conocimientos físicos de alto nivel, que a veces es lo mismo. La científica señala los principales hitos que debe afrontar la exploración espacial desde el punto de vista de la investigación. Pero también declara que como a todos, le gustaría “presenciar en directo paseos como cuando se llegó a la Luna”. El pequeño paso de Neil Armstrong ha abierto un sendero en Elche. Es casi la única posibilidad de que nuestros hijos y nietos se conviertan en exploradores de los desconocido. A ver si así consigo presenciar la instalación de faros en astros extraterrestres. Y por fin, me llega la hora. Me postulo desde ya.

@Faroimpostor

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