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grand place / OPINIÓN

Ni Papá Noël viene del Norte ni los Reyes Magos llegan de Oriente

25/12/2018 - 

Mientras nos ponemos de acuerdo con el nombre del Pare de Nadal -Papá Noël, Santa Klaus, Father Christmas…-, en versión euro-navideña importada de Hollywood, en casa seguimos fieles a la tradición y esperamos pacientemente la llegada de los Reyes Magos para dentro de dos semanas. Que, como vienen de Oriente y en camello en lugar de la fría Laponia, se supone que tardan más que el trineo con renos alados de San Nicolás.

Dicho lo cual, yo ya me he pedido en la carta-WhatsApp a los Reyes lo que piden todas las Miss Universo: paz en el mundo. Que no es poco. Porque, en lugar de Santa Klaus, del norte de Europa nos llegan los temidos cánticos y desfiles con antorchas del movimiento ultra que camina hacia al sur, y que ya ha llegado a nuestras urnas. Y han venido para quedarse.

Un fantasma recorre Europa…, dijeron Marx y Engels en su Manifiesto del Partido Comunista. Pero no era el comunismo; “todas las fuerzas de la vieja Europa se han unido en santa cruzada para acosar a ese fantasma”, insistían. El fantasma que llegó fue el nazismo y el fascismo, provocando la guerra más cruenta que en territorio europeo se haya vivido jamás. Y esos aires son los que se agitan ahora con los renacidos partidos de extrema derecha que aspiran a una involución de derechos y libertades como la vivida en los países musulmanes con la mal denominada Primavera Árabe.

Vientos del norte. No. No sólo nos traerán regalos para los niños, depositados cuidadosamente bajo el árbol de Navidad, un abeto totalmente ajeno a nuestras montañas mediterráneas. Pero tampoco por el Mediterráneo nos llegan aires de democracia y de libertad. Guerra, y no paz, es lo que acompaña a las olas. Muerte y destrucción son el camino que siguen por Oriente nuestros Reyes Magos. 

Foto: EFE

Una caravana de desesperación sigue a los camellos por la otra orilla de nuestro mar. Son los refugiados de las mil guerras, del hambre y la sed. Los que, de nuevo, encontrarán la muerte en su camino al Dorado, el paraíso de Europa, el sueño de un mundo donde la democracia, la libertad y la solidaridad comienza a desvanecerse. 

Vientos del Este. No. No sólo nos traerán ilusiones y esperanzas. La retirada de Estados Unidos de Siria abre fronteras a los yihadistas que se baten en retirada del Estados Islámico. Algunos de ellos, nacidos europeos, intentarán volver a casa por Navidad, como el turrón. El camino está expedito, con las fuerzas kurdas que los retenían, solas ahora y bajo la amenaza de Turquía que se prepara para extenderse por la franja norte de Siria. 

Trump nos la ha vuelto a jugar. Tras la retirada de los 2.000 soldados americanos, las Fuerzas Democrática Sirias (SDF) formadas por un 60% de kurdos, se proponen excarcelar a los 3.200 combatientes del Estado Islámico que mantienen cautivos para poder hacer frente a la expansión turca por sus territorios. El SDF lo niega, pero sí ha anunciado que cesa su ofensiva contra ISIS. Los yihadistas excarcelados serán una amenaza para Europa.

Una amenaza real, como la que nos anunciaban en Twitter los servicios diplomáticos norteamericanos, alertando a sus conciudadanos de que estuvieran alerta si paseaban estas navidades por las Ramblas de Barcelona, porque se esperaba un nuevo atentado. Desde hace dos días, los Mossos buscan a un conductor de furgonetas de origen magrebí, sospechoso de haberse radicalizado. 

Lo dicho, el presidente de los Estados Unidos de América, Donald Trump, nos la ha jugado. A ver qué dice su Twitter… Exacto, nos ha deseado Merry Christmas: “AMERICA IS RESPECTED AGAIN!”. Así, en mayúsculas, que en lenguaje digital significa que nos está gritando. Una amenaza real, la de @realDonaldTrump. Vientos del Oeste… I Bon Nadal!

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