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tras la salida prematura de eurest

Ninguna empresa se postula para gestionar la cafetería del IVAM

14/12/2017 - 

VALÈNCIA. El día de Halloween, 31 de octubre, el Institut Valencià d’Art Modern (IVAM) sorprendía anunciando que iniciaba el proceso de selección de un nuevo gestor para la cafetería del museo. Sorprendía, sí, porque apenas pasaba un año desde que la empresa Eurest Colectividades S.L. se ponía al frente de la oferta de restauración de la pinacoteca dirigida por José Miguel García Cortés. Su abandono prematuro, pues el contrato era de cuatro años con posibilidad de dos prórrogas de un año, obligó al museo a mover ficha rápidamente y a abrir un proceso que, sin embargo, no está yendo como la seda. Finalizado el plazo de recepción de ofertas, no se ha presentado ninguna empresa candidata para dar servicio en la cafetería del museo.

Ahora se abre un procedimiento negociado donde el IVAM va a invitar al menos a tres empresas del sector, compañías con las que el museo ya ha empezado a contactar. Una vez puesto en marcha el procedimiento se seleccionaría una de las compañías contactadas, un proceso que, esperan desde el museo, pueda finalizar en febrero con la adjudicación del contrato. Con esto continúa el proceso para encontrar quien sustituya a Eurest, que pidió rescindir el contrato por “desequilibrio financiero” solo un año después de instalarse en el museo. Cabe recordar que entonces fue la única empresa que se presentó al proceso de selección, una licitación que apuntaba a un canon anual mínimo de 12.000 euros pero que la compañía superó con una oferta de canon anual de 50.820 euros con IVA (42.000 euros de canon anual más 8.820 euros de impuestos).

En esta ocasión se contempla un nuevo contrato por cuatro años con un importe de 90.000 euros en total (81.818,18 euros sin impuestos). Eurest, empresa que gestiona –entre otros espacios- las cafeterías del Museo Nacional de Arte de Cataluña o de los Caixafórums de Madrid y Barcelona, llegó al IVAM después de que La Sucursal, antiguos adjudicatarios, decidiera no volver a concurrir y llevar el restaurante que hasta ese momento ocupaba una de las salas del museo -ahora reconvertido en el espacio polivalente IVAMLab- al Veles e Vents. 

Tiendas que cierran, cafeterías que mutan

Lo cierto es que la cafetería del IVAM no es un caso aislado cuando uno bucea en el mundo de los negocios ubicados en los grandes contenedores culturales, donde operar no siempre es sencillo. Para muestra, varios botones. Fue en 2014 cuando el Museu de Belles Arts de València abrió las puertas de su nueva tienda que, por cierto, llegaba dos años después de que cerrara la anterior, en este caso un concepto de librería y no tanto de tienda de souvenirs. “Hemos ido a un proyecto mucho más ambicioso de cafetería y de tienda, con una dimensión más importante de lo que había anteriormente”, afirmaba la exconsellera de Cultura, MªJosé Català, durante la inauguración del espacio. La nueva etapa del espacio, sin embargo, acabó antes de lo esperado con un cierre prematuro que dejó al museo sin tienda este mismo año.

Foto: EP.

Si el Museu de Belles Arts ha visto cerrar su tienda en más de una ocasión, en el Palau de les Arts Reina Sofía ni siquiera han conseguido que se llegue a poner en marcha. De esta forma, fue en julio de 2016 cuando se inició un procedimiento para la instalación, montaje y explotación de una tienda de merchandising vinculada al coliseo. Sin embargo, fue el 16 de septiembre de ese mismo año cuando el proceso quedó desierto, un proyecto de tienda que, por el momento, queda aparcado, a pesar de una nueva intentona este año, tal y como publicó Las Provincias, que se frustró por la falta de rentabilidad. Por el momento, cierto es, en el Palau de les Arts están a otra cosa.

Y, si bien, el caso de Las Naves es excepcional. Poco menos de un año después de su aterrizaje, Bluebell Coffee, la empresa adjudicataria del contrato de explotación de la cafetería del centro municipal, empapelaba el local –que pocos meses antes había reformado- para denunciar la decisión del Ayuntamiento de rescindir el contrato de forma unilateral. Las acusaciones, sin embargo, no evitaron su salida, que se producía en verano para, a finales de septiembre, ya contar con un sustituto. La única empresa que se presentó al concurso, y por tanto adjudicataria, fue Mayan Coffee, espacio encabezado por el guatemalteco Óscar Martínez, con un alquiler de licitación de 300 euros (sin IVA) mensuales, 200 euros menos que con los anteriores adjudicatarios.

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