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el billete / OPINIÓN

No es Cataluña la que necesita una quita

Foto: EVA MÁÑEZ
23/07/2017 - 

VALÈNCIA. A la sinceridad de Rajoy cuando recomendó a los políticos que mandan en Cataluña que aprendan de los vascos respondió José Luis Ábalos con una propuesta concreta, una quita a la deuda que Cataluña tiene con el Estado. Se la tuvo que envainar el número tres del PSOE, desautorizado por su propio partido que todavía está en fase de determinar cuántas naciones tiene la España federal que propone Pedro Sánchez.

Bien pensado, regalarle a Urkullu los oídos afirmando que "el País Vasco es una nación", como ha hecho Sánchez, es más barato que revisar a la baja el cupo, como ha hecho Rajoy en detrimento del resto del Estado, que luego dirá Montoro que no hay dinero para aumentar la financiación autonómica de las otras 15 CCAA, incluida Cataluña. Lo único claro, de momento, es que hay 1.400 millones menos para repartir, que es lo que Rajoy le ha regalado a la comunidad autónoma mejor financiada para asegurarse los votos del PNV. Falta solo que el Congreso apruebe la reforma del cupo vasco y Ciudadanos ha dicho que se opondrá, pero ahí estará el PSOE al quite para aumentar la brecha entre la "nación" autonómica mejor financiada y la comunidad que menos recibe per cápita, que sigue siendo la valenciana.

El portavoz de ese Gobierno que ha aumentado la brecha ya de por sí enorme entre lo que reciben los ciudadanos de la nación vasca y los del resto de comunidades dice que la propuesta de Ábalos quiebra un principio fundamental, como es la igualdad de todos los españoles. Y se queda tan pancho Méndez de Vigo, que sabe que su Gobierno está dispuesto a comprar las voluntades de los independentistas catalanes porque así lo ha insinuado Rajoy tras comprar a los nacionalistas del PNV sus votos y asegurarse de paso que no aprovechan el procés para hablar de lo suyo.

Cataluña no necesita una quita, al menos no una gran quita como la que precisa la Comunitat Valenciana. Sería una injusticia, como claman las CCAA que cumplen los objetivos de déficit gracias a que reciben lo que les toca y a veces más.

A Ábalos le traicionó el subconsciente. Tantos años rodeado del discurso de que la Comunitat Valenciana está infrafinanciada y de ahí su abultada deuda le hicieron pensar que Cataluña está en iguales condiciones de infrafinanciación. Y ni mucho menos. Cataluña no está mal financiada, ha estado casi siempre muy cerca de la media en euros por habitante, a veces por encima, como se aprecia en el gráfico publicado por Cinco Días, con datos de un informe de Ángel de la Fuente, experto y asesor del Ministerio de Hacienda en esta materia. 

En el cuadro se aprecia cómo entre 2002 y 2012 –en los años siguientes se ha mantenido la tónica– las peor financiadas, las únicas que año tras año, todos sin excepción, recibieron financiación muy por debajo de la media fueron la Comunitat Valenciana y Murcia. 

Si fuera por dinero, en la Comunitat Valenciana debería cundir el independentismo mucho más que en Cataluña, también si hablamos de inversiones, donde los valencianos nos conformaríamos con el tratamiento que el Gobierno da a nuestros vecinos del norte.

Por eso, no es arreglarles el saquito la solución al problema. Pero como todo apunta a que Rajoy volverá a sacar la chequera para reducir el número de independentistas, cabe desear que los valencianos salgamos, de rebote, beneficiados. Si a ellos les dan lo que les toca y el café se hace para todos, a nosotros nos tocará mucho más.

Al contrario que en Cataluña, el interés de la Comunitat Valenciana sí está en una quita multimillonaria a su deuda. La explicación es muy sencilla: a muchas CCAA el Estado les han dado, año tras año, 100 o más de 100 para sus gastos sanitarios, educativos y sociales, mientras a la Comunitat le daba en torno a 90. Esos 10 de diferencia se han cubierto desde 2002 con endeudamiento, que ha generado sus intereses. En los últimos años ese agujero se está cubriendo con el FLA, esa vergüenza estatal de la que se ufana Montoro que consiste en que el Estado te presta lo que a otros les da. 

Pep Guardiola y Carles Puigdemont, en un acto independentista el pasado 11 de junio. Foto: EFE

Esa injusticia debe ser reparada. La Comunitat Valenciana debe 44.000 millones, de los que, según Vicent Soler, esa 'deuda histórica' ya suma 20.000, intereses incluidos. Puede que exagere y sean 15.000, o 10.000… Ya lo dirán los expertos, pero no es cero. El resto sí es nuestra deuda, la de inversiones de la Generalitat, incluidos despilfarros y corrupción. Esa la pagaremos nosotros, pero para la otra, la derivada de la infrafinanciación, es de justicia una quita. Una quita que sería de gran calado para la Comunitat Valenciana y de poca importancia para Cataluña.

Las primeras filtraciones del Comité de Expertos para la reforma del sistema de financiación autonómica hablan de un rechazo mayoritario a esa quita porque supondría, dicen, premiar a las CCAA incumplidoras. Por mucho que mejore el modelo para los valencianos, la Generalitat no debería ceder en ese punto, pues la mejora para el futuro arrastraría la rémora del pasado.

A la espera del inminente informe de los expertos y de que pase el 1-O para que se aborde la reforma del modelo, la comunidad peor financiada sigue entretenida con la batalla dialéctica y numérica entre el conseller de Hacienda socialista y el exconseller y delegado del Gobierno popular sobre, precisamente, la financiación valenciana. La división no ayuda.

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