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LOS RECUERDOS NO PUEDEN ESPERAR

Haciendo inventario alrededor de Pablo Sycet

Pintor de mirada inquieta, Pablo Sycet es una de las personas más enriquecedoras que tuve el privilegio de conocer durante mis años viviendo en Madrid. En el artículo que viene a continuación intento resumir algunos de esos momentos, pero me temo que para contarlo todo como merece necesito algunos artículos más

15/05/2016 - 

VALENCIA. Una de las cosas que más satisfacción me produce es que la gente por la que me preocupo me haga caso cuando intento serles de alguna ayuda. Dicho esto, debo ser una ayuda espantosa porque rara vez me hace caso nadie. Al que se lamenta por acumular sobrepeso le recomiendo que haga ejercicio, pero ni caso. Al que está desanimado le sugiero que no tiene sentido adelantar desenlaces negativos a situaciones delicadas; ni caso también. A la que que afirma que el fin del mundo está cerca le comento que es muy probable que el fin del mundo tenga lugar todos los días, pero ni siendo irónico consigo que me haga caso. No me ha quedado más remedio que asumir que mi pragmatismo, mi intuición y mi lógica no tienen por qué serle útil a nadie más que a mí; cada uno vive su vida como mejor puede y ya está. Salvo algunas sonadas excepciones, solamente los demás solo me hacen caso cuando me piden que les recomiende algún disco o algún nuevo artista que les pueda gustar.

Retrato del artista como hombre tozudo

Uno de los amigos más tozudos que tengo es Pablo Sycet, artista plástico, diseñador gráfico, comisario de exposiciones y letrista de canciones que muchos habéis escuchado a menudo.De manera incidental, Pablo también actúa como punto de unión entre creadores diversos, lo que le ha convertido en ciertos momentos de su vida en una especie de catalizador de talentos. Hace casi un año, durante una de mis estancias en Madrid, después de meses sin haber podido coincidir, quedé con Pablo. Nos pusimos al día y, entre otras cosas, me contó que, dadas las presentes circunstancia profesionales -que no son precisamente las mejores para un artista, y en general para casi nadie-, se sentía cada vez más aislado. Le sugerí que aprovechara las redes sociales, ya que, para quienes hemos sobrepasado una determinada edad y un grueso de trabajo previo a la era digital, es una buena herramienta para obtener visibilidad. Acogió el consejo con cierto escepticismo, pero decidió que no perdía nada con probar. Desde ese momento, cada tanto aparezco en algunos de sus postigos –que es como llama Pablo, con muy buen criterio, a sus posts-, en los que nos menciona a los dos en aquella tarde de junio, sentados en una terraza cercana a su casa de la Plaza de los Mostenses.

En las fotos que documentan aquella suerte de momento iniciático, aparecemos ambos sosteniendo un libro, un incunable que diseño Andy Warhol en 1967, con el que había soñado cientos de veces desde que supe de su existencia siendo adolescente. Pablo había comprado un ejemplar en una subasta y lo trajo para que pudiera verlo. Pero para mí lo más importante de aquella tarde fue el hecho de que hoy Pablo Sycet escribe sus historias en Facebook y estas son recibidas con entusiasmos por una grupo de gente que crece día a día.

De festivales y celebridades

A Pablo lo conocí el mismo día que presenté el libro Alaska y otras historias de la movida en Madrid, en septiembre de 2002. Me hubiese encantado conocerle antes, sobre todo de cara a la realización de dicho libro pero, como compensación a esos desajustes del destino, hemos mantenido a partir de ese día una buena amistad alimentada por todo tipo de coyunturas. Como un festival cerca de Almería en cuyo cartel, y gracias a su intervención, acabé haciendo poniendo música al alimón con Manolo Crespo, antes de que el caos se apoderara del evento; o la tarde en que acudimos a la presentación de un libro en el Ritz y terminamos conociendo a Carolina Herrera, que estaba en la cafetería con su prima, la galerista Eugenia Suñer. Cuando entablo amistad con alguien que ha hecho cosas que admiro y que para mí son importantes, nunca puedo dejar de ver a esa persona desde esa perspectiva, no importa la confianza que haya, y creo que esto es algo que debería ser siempre así. Pablo es uno de esos casos, alguien presente en los momentos en los que se fraguó la famosa movida y otros acontecimientos menos sonados pero también fascinantes e irrepetibles. Con una voz narrativa de las que engancha al lector, Pablo va contando algunos de esos momentos y reflexionando sobre ellos, otros alternándolos con hechos del presente, fundiendo lo personal y lo universal.

Músicos y letras

Muchas de las letras de Fangoria están coescritas por Pablo, y algunas de mis canciones favoritas de Luz Casal –especialmente Sentir- también tienen algo suyo. Los diseños de las portadas de Camino Soria, de Gabinete Caligari, o de Sin documentos de Los Rodríguez, son obra suya. Ha colaborado con gente como Germán Coppini, Carlos Berlanga y Fabio McNamara. En la década de 2000 creó el sello discográfico Susurrando donde publicó discos de Rafa Spunky, La Prohibida y la siempre deslumbrante Roberta Marrero. En aquellos años, como yo todavía residía en la capital, solíamos vernos a menudo. Quedábamos en una casa de comidas que hay entre Callao y Ópera, con un menú potente a precio popular. Dichas reuniones dieron de sí docenas de anécdotas y de historias que, si mi memoria fuese otra o su dueño tuviese más reflejos a la hora de tomar notas, hoy recordaría sin problemas. En alguna de aquellas ocasiones se nos unió Nacho Canut, que después de la comida se iba con Pablo a escribir letras para Fangoria. Siempre deseé poder espiarles y verles trabajar sin que ellos supieran que estaba ahí, descubrir cómo enlazaban aquellas ideas, las frases, de dónde venían los temas. Una de las personas que más ha hecho por preservar el legado de Carlos Berlanga tras la muerte de éste ha sido Pablo, al cual animó a seguir escribiendo canciones durante sus últimos días. Una vez desaparecido de este mundo se preocupó de recopilar el material que había dejado desperdigado en su propia casa, catalogarlo y crear una exposición sobre él.


Recorriendo a Carlos Berlanga

Viaje alrededor de Carlos Berlanga tuvo su estreno precisamente en Valencia en 2009, dentro del marco de la Mostra de Cinema Mediterrani, dirigida por Jorge Berlanga, que falleció no mucho después. Pablo montó aquella exposición con un enorme cariño (después viajaría a las salas del Complejo El Águila, de Madrid, en cuya inauguración estuve ejerciendo como dj; la organización me colocó en recepción y como el equipo de música no se veía desde fuera, la gente me daba los abrigos pensando que era el encargado del guardarropa; esa noche manipulé más abrigos que discos). La inauguración valenciana de la muestra fue especial porque de repente reunió a una serie de personas, afines de una u otra manera al mundo berlanguiano en plena Plaza del Ayuntamiento. Mi querida amiga Paloma Olivié, coautora de las letras del álbum Indicios; el pintor Sigfrido Martín Begué, el artista que, como muy bien escribió Juan Manuel Játiva, llevó a Duchamp y a Mondrian a la fallas en sus diversas colaboraciones en esta campo con Manolo Martín; y Mario Vaquerizo, que terminó entrando en la cocina de La Lola porque su tren de regreso a la capital salía pronto, y ya que estaba acabó sirviéndonos la comida él mismo.

Puede ver aquí un reportaje en RTVE.es

Los postigos que todavía vendrán

Hay otras historias que me unen a Pablo, y espero ir contándolas aquí mismo en otro momento. Hoy lo que quería es convertir este artículo en una especie de espejo de esos postigos que cuelga diariamente en Facebook, y en los que habla de tantas cosas con esa mirada que solo los artistas tienen, haciendo que lo importante no sea el tema sino la manera en que lo aborda. Los que lo conocemos también sabemos que Pablo es un cascarrabias, sí, pero no voy a insistir en este aspecto, no vaya a ser que se enfade una de las pocas personas de este planeta que, en un momento determinado, me ha hecho caso. Por cierto, qué gran tema hubiera sido este de ser una voz predicando en el desierto para una letra de Fangoria, ¿verdad?

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