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EL CALLEJERO

Pepe, el ‘beatlemaniaco’ que monta los Goya

Foto: KIKE TABERNER
11/02/2024 - 

A las 8.47 horas, Pepe Murgadas manda un mensaje al periodista y a Lorenzo, el dueño de la sala El Loco, donde se van a hacer las fotografías: “Nos vemos 09h30”. Él necesita comprobar que todo está en orden, que todo va según lo previsto. “Necesito ese doble check por deformación profesional. Todo lo que yo hago lo tengo que chequear dos veces para saber que va a estar bien”. Pepe es productor. Pepe se dedica a vestir y darle forma a los eventos. Y la gala de los Goya que se celebró anoche, incluido el gigantesco photocall, de casi cien metros, el más grande de España, la produce este valenciano de 54 años desde 2022.

A las 9.30 horas Lorenzo nos abre las puertas de su sala. Son muy raras las discotecas y las salas de conciertos vacías. Sin el ruido de las guitarras y el murmullo de las conversaciones. Son como frutas sin jugo. Una bolsa de pipas sin pipas. La elección de Pepe viene del vínculo emocional con el Loco. Aquí viene a ver a sus bandas favoritas. Aquí iba a tocar el grupo de su hijo, Teen Dwayne, esa misma semana. Aquí se casó con su mujer, que era la misma con la que ya se había casado una vez. Una pareja que se convirtió en matrimonio, se divorció como otras tantas y que, ahora sí únicos, volvieron a casarse rodeados de amigos y guitarras.

“Yo me siento músico frustrado. O músico de éxito frustrado, porque músico sí me considero”, adelanta Pepe como en un primer autorretrato. “Si me preguntas los sitios que me gustan no se me ocurriría ninguno vinculado a mi labor profesional sino al ocio o la pasión, y mi pasión es la música. Por eso El Loco. Es el sitio donde presenté mi primer y único disco hace ya cinco años, aunque el segundo ya lo tengo medio grabado, pero quiero darle formato”.

La ruptura con su mujer coincidió cuando ella tuvo que irse a vivir a Barcelona. Fueron años oscuros que acabaron en el divorcio, una depresión y 16 kilos menos. Pepe se consumía por el dolor y la nostalgia. Y ahí, en su miseria, encontró el lugar que llevaba persiguiendo toda su vida, la inspiración para escribir sus letras y componer sus canciones. “Yo intenté hacer otra vida, pero a mis amigos les gusta contar que triunfó el amor. Poco a poco volvimos y llevamos nueve años juntos en esta segunda etapa en la que convivimos como si nada hubiera pasado. Es raro, pero a mí me encanta esta historia y pensar que estas cosas pueden ocurrir”.

No sabe la edad de sus hijos

Este matrimonio tiene tres hijos. A Pepe le entra la risa porque es incapaz de recordar la edad de ninguno. Tiene que pensar el año que nacieron -2000, 2003 y 2005- y restarle esa cifra a 2024. Le importa más tener la certeza de que los tres “son buena gente”, que no le dan disgustos. Él y Laura, su mujer, vienen de familia numerosa y eso influyó en animarse a por un tercero. Una cifra que, según Pepe, condiciona su relación con ellos. “Te permite tener cierta distancia como padre. Nosotros pusimos freno a eso de intentar estar siempre encima de ellos. De no ir solo a sus partidos sino también a sus entrenamientos. Pero ayuda que tienes tres y no puedes llegar a todo ni prestarles la misma atención que los que sólo tienen un hijo. Rebeca, la mayor, ha ayudado también en la educación de sus hermanos”.

La madre de Pepe aún vive. “Tampoco recuerdo la edad exacta. Tiene ochenta y muchos y está muy bien de cabeza y es una alegría tenerla”. Su padre murió más joven, con cerca de 70 años. Tenía una empresa textil y su punto fuerte era la ropa de cama y de mesa bordada. La empresa se llamaba ‘La reina de los bordados’ y aquel hombre viajaba por toda Europa en los años 50, 60 y 70 vendiendo sus productos. Pero luego llegaron los edredones, ese textil bordado pasó de moda y la empresa se hundió.

Pepe no heredó el espíritu comercial de su padre, ni imitó a sus hermanos mayores -es el cuarto de cinco hermanos-, que tiraron por la Medicina y el Derecho. Él, en algo muy común en su momento, eligió una carrera ‘seria’, en su caso Económicas, y la acabó. “Podría haber estudiado Derecho o cualquier otra mierda de las que había entonces. Hoy hubiera ido a por algo más concreto”. Pero con el tiempo encontró su sitio y se convirtió en productor, un oficio que acababa de empezar.

 “Yo soy productor de espectáculos. Es una profesión poco conocida. Mi oficio empezó con mi generación, antes no existía. Yo llevo haciendo esto 25 años y antes lo primero que se hizo fue, en el 92, los Juegos Olímpicos y la Expo. Entonces dejamos de encargarle a la secretaria del director de la empresa que organizara la convención, y pasó a contratarse a un profesional que es un ejecutor. Tú me dices lo que quieres hacer, identifico las necesidades que requiere, busco las soluciones posibles en base a un mínimo riesgo y la máxima calidad, y sobre todo en función del coste que negocias con quien paga la fiesta. Y esto te permite currar tanto para Lamborghini como para Consum. Uno es lujo y el otro es una cooperativa que quiere ajustar sus recursos a lo que quiere comunicar. Ese es mi curro”.

Sus inicios en el Xacobeo

Sus maestros fueron los pioneros. Y su primer paso, la celebración del Xacobeo, en 1998, por la Xunta de Galicia. “Aprendí de un productor catalán. Vinieron los Rolling Stones a La Coruña, además de otros ocho conciertos en las cuatro provincias. Se fichó a la agencia para la que trabajaba, que era Bat Media, y se alió con Antena 3 para montar Bat 3 y contratar a unos productores catalanes, que siempre han estado a la vanguardia de esto. Me dio envidia ver que hablaban un inglés perfecto y que, entren ellos, se comunicaban en catalán. Gente muy profesional que se había formado haciendo conciertos. Ellos tenían 40 y yo tenía menos de 30. También estaba un productor madrileño que venía de la tele. Yo me subí a ese carro y aprendí de los mejores”.

Ahora es él el maestro. A su espalda, 25 años en la profesión que le han permitido aprender las claves de su oficio. “Hay que tener un estándar de calidad alto, ser meticuloso, perfeccionista, y preocuparte mucho por la pasta que te gastas, que no es tuya. Ahora hemos añadido a nuestra mochila, seguridad y salud, sostenibilidad, y últimamente también un protocolo anti-acoso. La Academia del Cine es la más puntera en esto”.

Pepe Murgadas se introdujo en este mundillo gracias a un amigo de su adolescencia, Iván Labarta, con un perfil parecido al suyo. Iván fue quien logró colarlo en Bat Media porque tenia un área vinculada a los eventos. La agencia, en 1997 o 1998, necesitaba producir unos conciertos y confiaron en este músico y economista. “Me di una hostia tremenda: en el mercado musical hay cuatro y ahí es imposible entrar. Pero justo cuando me iba a ir a la calle, llegó la oportunidad de hacer la inauguración de la Ciudad de la Luz, en Alicante. Se contrató a un productor madrileño y me puse a su rueda. Al acabar ese proyecto, me propusieron quedarme en la agencia como productor, y me pareció un curro divertidísimo, aunque luego acabó convirtiéndose en rutinario, como todos los trabajos. A la gente veo que le hace muchísima ilusión que yo produzca los Goya y a mí personalmente me resbala. No me hace ninguna ilusión ningún formato, pero es mi curro y lo hago lo mejor posible”.

La final de la Champions

Durante estos 25 años ha hecho de todo: ferias, stands, presentaciones de producto, espectáculos multimedia, eventos deportivos… Desde la inauguración del Parque Warner en 2002 hasta una gala, el año pasado, para entregar los premios de ’50 Best Restaurants’. O una gira de Lamborghini para presentar su nuevo modelo por Berlín, Londres, Milán… “Y aquí en la Comunitat Valenciana lo he hecho todo: desde la Copa América hasta la Fórmula 1. Pero me gusta más contar que estamos a punto de ganar un concurso con una agencia valenciana para celebrar la final de la Champions League femenina en Bilbao. En España he currado en casi todas las ciudades. Ahora soy freelance y me contratan las agencias”. También pasó un tiempo en La Rambleta. “Entré pensando que me podría jubilar ahí, pero a los tres años me cansé. Nunca he superado los tres años en ninguna posición fija. No sé si por azar o porque soy culo de mal asiento”.

A los Goya se enganchó cuando llegaron a València y preguntaron en la Ciudad de las Artes y las Ciencias por productores locales. La Academia del Cine quedó satisfecha y al año siguiente, al enterarse de que Pepe e Iván Labarta llevaban un mes y medio trabajando allí para una empresa con clientes premium en la presentación de un nuevo champán de Dom Pérignon, la academia volvió a confiar en ellos. Y este año ya fueron directamente a por ellos. “Somos buenos profesionales y conocemos sus dinámicas, sólo nos faltaba conocer la ciudad, así que hemos estado yendo periódicamente a Valladolid para conocer a quién hay que contratar: desde un carpintero al distribuidor de equipamiento audiovisual o una imprenta rápida”.

Lleva el 'photocall'

El 29 de enero ya se instaló en Valladolid para trabajar durante dos semanas en la producción de la ceremonia de entrega de los Premios Goya que se celebró anoche en la Feria de Valladolid. “He visto que a la gente le hace mucha más ilusión que trabaje en los Goya que en cualquier otra cosa, y lo entiendo. Seguro que es el evento en el que tengo próxima a más gente admirada por el gran público. Pero a mí me da igual. Yo soy músico e imagino que no podría currar con Paul McCartney o Billy Joel, me pondría nervioso, pero estos me dan igual. Yo el día de la gala me encargo del photocall porque es imposible que yo le pida una foto a nadie. No me hace ninguna ilusión. El año pasado se retrasaba el presi (se refiere a Pedro Sánchez) y me tocó decirle a Iceta que tenía que apretarle para que entrara y pudiera empezar la gala. Pero entiendo que a la gente le haga ilusión”.

A Pepe lo que le fascina es la música, Y dentro de la música, los Beatles. Una pasión que heredó de Chimo, su hermano mayor. La afición por la música se avivó porque los Murgadas tenían amistad con los Belda, otra familia con músicos. Chimo se compró un bajo y su hermano pequeño le suplicó que le dejara aprender a tocar el instrumento. “Mi hermano mayor, para mí, es Dios. Así que, con 12 o 13 años, decidí hacer lo mismo que él, tocar el bajo. Y quise hacer grupos con canciones de los Beatles. Lo hice con los Belda y mi mujer entró también. Pero después tuve la oportunidad de conocer a Pepe Esteban, que es un músico amigo que tenía un proyecto que se llamaba Los Relevos y que básicamente eran los Beatles en español en los 80. Eso fue un poquito más serio y ya nunca he dejado la afición”.

Siempre fue el bajo de cada grupo, pero ahora, con su banda, Shennon and Lotton, toca también la guitarra. Su momento culminante como músico fue con otro grupo, Los Insólitos, en el Festival de Benidorm de 1993. “Ese año se desdobló entre canción ligera y rock, y nosotros llegamos a la final de rock, donde se presentaron 500 grupos. Tocábamos en la tele y con mi apellido complejo, que me he pasado toda la vida deletreando, me fui a Kike Supermix a decirle que era el autor y a preguntarle si tenía en su guion el apellido bien escrito. Fue una experiencia súper bonita. Alejandro Sanz, que era jovencito, fue el artista invitado”.

Un guiño a los Beatles

Su hermana pequeña, Marta, se casó con el hermano de Pepe Esteban, conocido en la música como El Inquieto Roque, y Pepe no desaprovechó la oportunidad de subirse al escenario con su banda. Aunque lo que él realmente quería hacer era componer sus canciones y sacar su propio disco. Pero se sentía incapaz. Hasta que se partió por dentro cuando se separó de su mujer. Y así, con el corazón roto, la sangre se convirtió en tinta para sus letras. “Ahí, en esa crisis existencial, encontré una forma de escribir desde la nostalgia. Entonces me creé un personaje interno para volver a esa época en que las pasé putas. Cada vez que lo necesito, puedo volver a ese estado de pena y autocompasión que me viene genial para escribir. Así escribí el primer disco, que lo presenté en el Loco en 2017. Ahora he vuelto a rescatar esa capacidad para escribir estando enfermo por dentro a través del personaje que creé”.

Su banda ‘’beatlemaniaca’ se llama Shennon and Lotton, un guiño para los fanáticos de los Beatles, los únicos que pueden conocer ese capítulo de la historia de John Lennon. “Lennon tenía un amigo de la infancia que se llamaba Pete Shotton (1941-2017). Cuando eran pequeñitos se cambiaban los apellidos y en vez de llamarse Lennon and Shotton, se llamaban a sí mismos Shennon and Lotton. Si has leído muchos libros de los Beatles, lo detectas al instante”.

Su actividad musical es más bien escasa, por eso aprovecha siempre que puede para subirse al escenario. “Laura y yo celebramos nuestra boda y tocamos. Mis tres hijos fueron al conservatorio por la frustración de su padre, y el mediano tiene banda y toca en El Loco esta semana. Los otros dos también son músicos y en casa nos divertimos tocando. Una vez hasta nos atrevimos a hacer ‘Grease’ con varias voces. Y yo me apunto a conciertos solidarios, homenajes y todo lo que me ofrecen. Y a veces pongo la condición de ir con mi hijo. De lo último que hice fue una banda que hacíamos versiones de Sam Cooke por los garitos. Son pequeños retos que hacen que no te mueras musicalmente”.

Anoche volvió a coronarse con una gala de los Goya, pero Pepe Murgadas, que es de esos que parece alimentar su conciencia ecologista calzando unas Veja y abrigándose con una chaqueta de Ecoalf, es más feliz en el Loco, donde hay paredes decoradas con vinilos y otras con retratos de grandes músicos como Bowie o Lennon mezclados con fotos del Bernabéu y de Raúl. Es el corazón madridista de los dueños que emerge por los rincones. Antes de despedirse, Pepe nos recomienda un libro: One, two, three, four: The Beatles (Contra). Está claro que sus ídolos no están en el cine.

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