VALENCIA. “La duplicidad del pliegue se produce necesariamente en los dos lados que distingue, pero al distinguirlos los relaciones entre sí”. Con esta frase del filósofo Gilles Deleuze se presenta Duplum, la nueva exposición de Sebastián Nicolau (Valencia, 1956), en la que juega a generar olas sobre el duro metal. Situada en número 3 de la calle Vilaragut, frente al hotel Astoria, la joven galería de arte contemporáneo Shiras se ha convertido en el hogar de las nuevas piezas del artista, que muestra hasta el próximo mes de julio lo que supone un giro (casi literal) sobre su trabajo anterior, Hilvanes, que fue objeto de la exposición en 2014 en el Almudí de Valencia, recientemente expuesta también en la Fundación Antonio Pérez en Cuenca.
El juego del engaño se lleva ahora hasta el extremo con un uso del lenguaje visual y plástico que provoca dudas sobre lo que parece evidente. En Hilvanes Nicolau introducía dibujos de carácter geométrico sobre representaciones sobre papel de pliegues y dobles alusivos a telones y hules, en los que los juegos de volúmenes, luces y sombras creaban sensaciones perceptivas provocando dudas sobre la naturaleza de la obra. Planchas metálicas dobladas y plegadas, pintadas monocromáticamente y tensionadas con cosidos, diferenciadas de las obras bidimensionales, que en Duplum se relacionan con esculturas de óleo sobre aluminio y el dibujo y la pintura, un continuo viaje de ida y vuelta entre las disciplinas, no estableciendo diferencias entre ellas.
Como otro doble más, algunas de las piezas escultóricas retornan a través de impactantes imágenes de gran formato, en Ultrachrome sobre aluminio, hacia un origen plano para ser retensionadas nuevamente con dibujos con cordón que las atraviesan y que, con ficticias sombras pintadas, vuelven a adquirir una mínima tridimensionalidad que, sin embargo, acerca al espectador hacia percepciones volumétricas de apariencia real. Hijo del también pintor Francisco Sebastián, Nicolau hijo ha logrado traspasar fronteras con una obras que ha viajado a Estados Unidos, Japón e Italia.
Las palabras de Juan Bautista Peiró al respecto de las primeras obras que iniciaran este camino, hace algunos años, cobran nuevamente un sentido reforzado en Duplum: “Representación y presentación, ficción y realidad. Sus pliegues son una contundente metáfora de esa línea mágica que separa dos universos diferentes que no dejan de estar relacionados”.
Situada en el centro histórico de Valencia, Shiras es un proyecto impulsado por la artistas de origen sirio Sara Joudi, afincada en Valencia desde 1984. La galería, ubicada en un edificio de los años 40, se divide en dos espacios. El principal acoge las muestras de los artistas consagrados del panorama actual, como son Horacio Silva o Rafa Calduch. Esta sala se complementa con el Espacio Refugio, concebido para dar voz a los creadores emergentes. Utilizada como refugio durante la guerra civil, esta última es un lugar íntimo y aislado pensado para los conceptos de vanguardia, instalaciones efímeras y lanzamiento de nuevos creadores.
