Una nueva vida para la biblioteca de Chirbes

VALENCIA. 

Como presagiaba el carácter del autor, los trámites se han realizado despacio, sin alzar demasiado la voz y evitando las palabras ampulosas. Prudente y discreta, la Fundació Comunitat Valenciana Rafael Chirbes se ha convertido en una realidad. Tiene un número de registro, una vía de financiación y una voz inconfundible, la del escritor valenciano denostado por la marchita Administración, pero condenado al recuerdo por sus brillantes obras. Una nueva vida se abre paso después de la dolorosa pérdida, y en ella tienen presencia los libros (cómo no) que siempre le acompañaron, los que fueron y serán. 

Su propia pluma dictó la voluntad. No por vanidad, sino por un fin mucho más mundano: proteger la casa de la Marina y asegurar una correcta inversión de sus fondos. “Hacía algunos meses que Rafa, por la incongruencia de la situación de los escritores para jubilarse, estaba rumiando la constitución de algún tipo de asociación”, recuerda el sobrino del escritor, Manolo Girbés (quien sí conserva el apellido en valenciano). Y prosigue: “Fue en las voluntades que nos entregó al conocer el inminente desarrollo de su enfermedad, días antes de su fallecimiento, cuando nos concretó el deseo de que se formara la fundación”.

Manolo es uno de los tres custodios del tesoro. Junto a Mari, también sobrina del autor, y Juanma Ruiz, albacea del mismo, ha trabajado para llevar a buen término todos los trámites administrativos. La Fundación se constituyó en enero y, burocráticamente, solo está a falta de inscripción. La finalidad está bien definida en sus estamentos y pasa por “la difusión de la obra y de la personalidad literaria de Rafael Chirbes”, pero también por “promover y participar en el fomento y difusión de cualesquiera otras manifestaciones culturales estén relacionadas directa o indirectamente”. Una exposición permanente, varias becas, ayudas al estudio, web y hasta un premio literario son algunos de sus propósitos. 

La financiación quedó atada por testamento. En el patrimonio de la Fundación consta ya la Casa-Huerto de Beniarbeig, valiosa en sí misma, por cuanto guarda la extensa biblioteca de Chirbes, colecciones de discos, colecciones de diapositivas de sus viajes, libretas de apuntes y demás objetos de recuerdo de una vida entre novelas. El resto se pagará con la dotación de derechos de autor. Las becas o las actividades relacionadas dependerán de las obras editadas, de las que pudieran editarse y de los beneficios que produzcan las adaptaciones que se están haciendo para teatro y cine. De momento, no hay una cifra cerrada hasta que Anagrama comunique la primera liquidación.

La colaboración por parte de la Administración ha sido limitada. Si bien la asociación se rige por la Ley de Fundaciones, con todos los beneficios fiscales que supone, también aspira a ayudas económicas, organizativas y de funcionamiento. "Este año será complicado, porque los Gobiernos lo tienen todo presupuestado, pero para el siguiente", detalla Manolo. En cualquier caso, han mantenido reuniones con numerosas personalidades: desde el secretari autonómic de Cultura de la Comunitat, Albert Girona, a la directora de Cultura i Patrimoni, Carmen Amoraga, pasando por el alcalde de Tavernes de la Valldigna (municipio natal del autor), Jordi Juan, y el alcalde de Beniarbeig, Vicente Cebolla. “Ellos nos han transmitido la ilusión, admiración y buena disposición a colaborar aunque, como es comprensible, está todo por concretar”, manifiesta el sobrino. Precisa, no obstante, que intentarán mantener la independencia respecto a organismos oficiales “siguiendo el espíritu Chirbes”.

Los libros del pasado

Aquella casa donde Chirbes se refugiaba, la de Beniarbeig, en la Marina Alta, será ahora lugar de peregrinaje. Sin violentar su intimidad, por invitación del escritor. En este momento están a punto de concluir las obras que se han llevado a cabo para restaurar la biblioteca, no demasiado costosas, pero sí necesarias para mejorar la presencia después de meses de soledad. Queda rastrear, escoger, desechar. El deseo es generar un espacio para visita y estudio, donde se expongan las numerosas ediciones de la obra de Chirbes presentes en todo el mundo y otros libros de su colección. Queda el trabajo de catalogar la biblioteca, digitalizar la colección de diapositivas, calificar los manuscritos y decidir qué enseñar, qué reservar. 

Las visitas y estancias para estudiosos serán gratuitas, solamente se tendrá que hacer una petición justificada y concretar la fecha. Se busca así fomentar las investigaciones en torno a la obra de un autor valenciano aún poco conocido. “La fundación recopilará información sobre los estudios y tesis y trabajos, que se han realizado o realizarán, intentando conseguir copia de los mismos para la conservación y exposición”, cuenta su sobrino. También estará abierta a cualquier actividad que se proponga desde fuera, como clubes de lectura, charlas o presentaciones, teniendo en cuenta que la capacidad no podrá exceder las 20 personas. 

Una segunda vía de acción es la concesión de becas, todavía sujetas a que se concrete la dotación presupuesta. En principio, se valora cubrir con ellas a una persona que ejerza de bibliotecaria en la casa, a otra encargada del montaje de una página web y la gestión de redes sociales, e incluso una tercera beca de estudios con carácter anual para quienes quieran investigar la figura del escritor valenciano. Mientras que las dos primeras tienen sus bases definidas y no tardarán en cerrarse, la financiación de la última se perfila algo más complicada: concretar una dotación será lento y seguramente se retrasará hasta 2017. 

“Las becas, premios y concursos que pensamos adherir tienen un proceso bastante largo, pues tenemos que contar con ayuda técnica de Universidades, con ayudas económicas que podamos recoger, con negociaciones con editoriales…”, explica Manolo. Es por ello que están constituyendo el Consejo Consultivo de la Fundación, donde se integrará estudiosos, gente de universidades, amigos personales de Rafael y personalidades de la administración autonómica y estatal. Estas últimas, "seleccionadas con pinzas”, eso sí. 

Los libros del futuro

El amor por las letras, la tinta, las páginas. Todo ello que vivía en Chirbes pretende continuar haciéndolo a través de su Fundación. Es por ello que los encargados de la Fundación se plantean convocar un premio literario, una sugerencia que les ha llegado desde diferentes partes, pero que acarician con especial celo. “En España ya hay muchos concursos de este tipo, por eso buscamos que sea especial, que tenga una repercusión real. Incluso pensamos en que tenga vocación internacional”, asegura Manolo.

La literatura gastronómica, gran afición de Rafa, también podría tener un espacio propio dentro de un proyecto que está plagado de su esencia. Además, el escritor de la casita de Beniarbig dejo manuscritos. Diarios, anotaciones y un sinfín de borradores. Juanma Ruiz anda perdido entre ellos. Si bien algunos se pondrán a disposición de la Fundación, una vez revisados y catalogados no se descarta que haya material “editable”. Y esto permitiría seguir jugando a la Fundación. Todo sea por mantener viva la voz del autor más allá de las páginas.