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LAS CUENTAS DEBERÁN AJUSTARSE A UN DÉFICIT DEL 1%

El Consell prepara un presupuesto dramático para 2014 acosado por la presión de Montoro

JOAQUIM CLEMENTE . 28/08/2013 El conseller de Hacienda, Juan Carlos Moragues, asume la elaboración de unas cuentas de las que caerán ayudas y subvenciones y en las que se prevé una mayor presión fiscal

VALENCIA. El Consell de Alberto Fabra se enfrenta a la elaboración del presupuesto más complicado de la historia de la Generalitat Valenciana. La persistencia de la crisis económica, que sigue empujando a la baja los ingresos en las arcas públicas, y la dificultad, cuando no indefinición, para recortar los gastos de la Administración autonómica de forma sustancial, han abocado al conseller de Hacienda a preparar unas cuentas para 2014 que se antojan imposibles de cumplir incluso antes de ser redactadas.

A la espera de que se elabore el cuadro macro -previsiones de crecimiento económico- sobre el que se basarán las previsiones de ingresos y, por tanto, la capacidad de gasto de la Generalitat, hay un dato de partida que ya condiciona todo el trabajo que se está empezando a realizar estos días en las dependencias de la Conselleria de Hacienda en la calle Palau. Se trata del objetivo de déficit marcado para 2014, acordado en el último Consejo de Política Fiscal y Financiera.

El acuerdo, aceptado por la Comunitat Valenciana, implica que las autonomías no podrán superar un desfase del 1% entre ingresos y gastos. Esta cifra, que rebaja en seis décimas el límite marcado finalmente para este año para la Generalitat, es en estos momentos una quimera. De hecho, el propio conseller de Hacienda ha verbalizado en diferentes ocasiones que cumplir con ese 1,6% es prácticamente imposible, y en el entorno de Hacienda se daría por bueno rondar un 2% al final del año.

Pero pese a que la realidad debería imponerse, en la elaboración de los presupuestos la Generalitat está obligada a reflejar que cumplirá con ese 1%. La liquidación del presupuesto de 2012 arrojó unos ingresos no financieros (descontando el nuevo endeudamiento permitido por el déficit) de 10.597 millones de euros. Aunque habrá que esperar a ver el comportamiento de este año, esa cifra queda aún muy lejos de los casi 15.000 millones de gasto registrado también en ese ejercicio.

El ajuste se tendrá que producir tanto por arriba como por abajo, eso sí partiendo de lo que se haya conseguido ya en el ejercicio en vigor. De momento se desconoce el impacto real de los recortes aplicados ya por el Consell, de igual forma que la discreta subida de impuestos aplicada ya a finales del año pasado como a primeros de agosto. En este último caso, lo estimado para este año por la mayor presión fiscal no superará los 43 millones de euros, mientras que la estimación para 2014 es de 124 millones como máximo.

Sea como sea, el límite del 1% implica que los gastos no podrán superar en más de 1.000 millones a los ingresos (en cifras redondas). Es decir, el recorte que puede haber sobre el papel supera con creces esa cifra, más teniendo en cuenta que los ingresos procedentes del sistema de financiación se verán reducidos el años que viene en 305 millones de euros por la liquidación de 2012, ejercicio en el que la Comunitat Valenciana recibió a cuenta más de lo que le tocaba.

EMPEZAR DE CERO

El propio conseller de Hacienda, Juan Carlos Moragues, ha apuntado con la boca pequeña pero de forma bastante clarificadora que los recortes serán relevantes. Todas las ayudas que concede la Generalitat en todos los campos están en el alero. "No tiene sentido mantener convocatorias de subvenciones y ayudas cuando hace tres años que no las podemos pagar", dijo Moragues recientemente en una entrevista en Europa Press. 

Fuentes de la Conselleria de Hacienda aseguraron a ValenciaPlaza.com que el conseller, que se enfrenta a su primer presupuesto, quiere "empezar de cero", es decir, no replicar la plantilla de partidas de gasto que, año tras año, se vienen replicando. Moragues ha creado una comisión interdepartamental, en la que participan todas las consellerías, para definir qué partidas son esenciales y cuáles no.

"La intención del conseller es hacer un presupuesto realista, que incluya los gastos obligados y con la dotación presupuestaria pertinente, evitando guardar facturas en el cajón, y teniendo en cuenta cuáles son las previsiones de ingresos", explicaron las mismas fuentes.  

PRESIÓN DE MADRID

La clave es que el margen de maniobra de la Generalitat a la hora de elaborar las cuentas del año que viene está muy limitado por el estricto control que ha impuesto el Gobierno central para las comunidades incumplidoras. No hay que descartar, por tanto, que el Consell tenga que seguir subiendo impuestos para tratar de recaudar más. Una medida, en todo caso, con un recorrido limitado en su importe por la falta de actividad económica que nutre parte de sus ingresos, tanto en el IVA, como el IRPF o en impuestos como el de actos jurídicos documentados y transmisiones patrimoniales. 

Esta falta de autonomía, consecuencia de la necesidad de recurrir al Gobierno central para pagar facturas y devolver préstamos, evitando la quiebra, es también un elemento clave en el proceso. Exento de capacidad reivindicativa, al Consell no le queda otra que asumir una directrices que no se atreve a cuestionar.

La debilidad política, más frente a un gobierno central del mismo color político, se han hecho evidentes en los últimos meses. Aunque la flexibilización del déficit (la Comunitat Valenciana fue la que recibió un margen mayor) se vendió como un éxito, lo cierto es que ese parche no solventa el problema endémico de financiación. Incluso llama la atención que otras autonomías del PP, como Madrid, hayan sido más beligerantes en la defensa de sus intereses (en ocasiones contrapuestos a los de la Comunitat Valenciana) pese a que su financiación per cápita es mucho mejor.

Mientras que la Generalitat de Catalunya mostró su desacuerdo con el déficit que le otorgaron e incluso se negó a elaborar un presupuesto para este año, prorrogando el del pasado, por considerar que no era posible encajar sus cuentas con ese límite de descuadre, esa opción ni se plantea en Valencia.

El discurso reivindicativo del Consell se ha limitado a exigir que se abra el debate de la financiación autonómica y que el nuevo modelo, que se espera solvente el agravio frente a otras comunidades, se aplique con carácter retroactivo a 1 de enero de 2014 una vez se apruebe. Pero ese futurible no se puede aplicar en la elaboración de las cuentas para el año que viene.

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1 comentario

juan solo escribió
28/08/2013 09:42

Lo dramático es que llevan tres años convocando ayudas y sin poderlas pagar. Ya nos han ahogado a todos... con esto solo será constatarlo. Han hecho endeudarse a los colectivos que han prefinanciado esas ayudas, cuando ya sabian que no las iban a pagar. "cuando hace tres años que no las podemos pagar"

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