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VALENCIA. Uno de los secretos mejor guardados de la última década en la Comunitat Valenciana vio la luz este martes. El primer contrato de la Fórmula 1, el que firmaron la empresa que gestiona los derechos de la compteción, Formula One Administration (FOA) y la compañía Valmor Sports, creada por Fernando Roig, Bancaja y Jorge Martínez Aspar, el que incluía el canon anual por la celebración del Gran Premio de Europa en el circuito urbano de Valencia, fue desvelado en su integridad por el grupo parlamentario de Esquerra Unida.

El contrato, redactado en inglés y sin traducción (el propio documento especifica que, de traducirse y haber controversia la que vale es la versión en la lengua de Shakespeare), se firmó el 4 de junio de 2007 y a lo largo de 20 páginas desgrana las cláusulas de la celebración del Gran Premio de Europa de F1 de los años 2008 a 2014.

Pese a la expectación que había levantado el secretismo en el que estaba envuelto este acuerdo (las cláusulas de confidencialidad parecen estándar y más allá de obligarse las partes al secreto lo que hace es dar opción a que FOA pueda mitigar los efectos de su publicación su una autoridad competente lo pidiera), lo cierto es que el contrato no tiene ninguna condición que lo haga especial.

Se trata de un documento que tiene apariencia de ser similar al que firma la FOA en otras ciudades, y abunda en detalles organizativos del evento, desde la disponibilidad del trazado para los días de entrenamientos a la construcción de podio para los vencedores. 

Lo importante está en la cláusula 24 del contrato, donde se especifica el precio del canon anual: 26 millones de dólares para el primer año. En los siguientes, se paga una cantidad que se obtiene de aumentar un 10% la cifra del año anterior.

Así, el coste total, de haberse celebrado las siete carreras hubiera sido de 246 millones de dólares. Al cambio actual, casi 181 millones de euros. Sin embargo, al haberse suspendido los dos últimos grandes premios, el montante total abonado en concepto de canon ha sido de casi 117 millones de euros. 

Estos datos aclaran de forma definitiva, y a falta de que se desvelen acuerdos posteriores, a una guerra de cifras que durante seis años ha protagonizado la Fórmula 1 en Valencia y, en especial, el coste real del canon. 

UN CONTRATO, PERO NO EL ÚNICO

Lo relevante del contrato, sin embargo, es lo que no aparece y que, según apuntan desde Esquerra Unida, se encuentra en otros contratos firmados de forma paralela. De hecho, la formación política tiene previsto dar más detalles sobre este negocio a tres bandas en una rueda de prensa convocada para este miércoles.

La cuestión es que el acuerdo para celebrar la Fórmula 1 en Valencia se negoció por parte de la Generalitat con Bernie Ecclestone, pero a la hora de firmar el acuerdo fue una empresa privada, Valmor Sports, la que lo hizo.

Valmor se creó a propósito para este fin por Fernando Roig, Bancaja y el expiloto Jorge Martínez Aspar al 33% cada uno. Se suponía que era esta sociedad la que asumiría todo el riesgo y todo el beneficio. Hizo fortuna en su día la afirmación reiterada de Francisco Camps de que la Fórmula 1 no costaría un euro a los valencianos.

Pero al realidad fue muy distinta. Al margen del coste de la construcción del circuito urbano, la Generalitat tuvo que acabar haciéndose cargo de todo el gasto. Valmor no podía afrontar los pagos tras tres grandes premios. Es más, los primeros años pagó gracias a un préstamo de 40 millones de la Generalitat, crédito que no devolvió.

Así, el Consell, ya bajo el mandato de Alberto Fabra, compró por un euro Valmor y asumió toda su deuda. Los expropietarios no asumieron ninguna responsabilidad ni riesgo.

OPERACIÓN A TRES BANDAS

El Consell ha justificado siempre esta operación asegurando que, de dejar caer a Valmor, la imagen de la Comunitat Valenciana hubiera quedado muy tocada. Pero todo apunta a que existía algún tipo de acuerdo, hasta ahora no publicado, entre los promotores de Valmor y la Generalitat. De hecho, algunas informaciones han señalado que el aval sobre el préstamo estaba constituido por Bancaja pero que se acabó trasladando a la Generalitat.

La publicación de este primer contrato, que se puede consultar íntegramente aquí, abre la puerta a conocer detalles de una operación que nunca se ha explicado suficientemente por el Consell.