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VALENCIA. Anda el patio político valenciano tan revuelto que cualquier cosa hace saltar alarmas o dispara resortes inesperados. La última es una encuenta que está realizando telefónicamente una empresa de demoscopia. Hasta ahí, todo normal. Seguramente se trata de algún medio de comunicación sondeando a los valencianos sobre diferentes cuestiones de actualidad y por su intención de voto.

Pero lo que ha despertado el interés es una pregunta concreta: "¿Qué opina de un posible regreso de Eduardo Zaplana a la política valenciana?". Una pregunta que llega después de testar al entrevistado sobre las cualidades del actual jefe del Consell, Alberto Fabra.

Zaplana, alejado de los focos políticos de Valencia, anda, supuestamente, en otras cosas. Sin embargo, no son pocos los rumores que periodicamente brotan cada vez que, en los últimos tiempos, ha mantenido contactos con Fabra. Sobre quién es el que toma la iniciativa para mantener esos encuentros hay versiones dispares. Pero lo que parece claro es que el expresidente se ha convertido en una voz más -y más influyente- de las que escucha el actual presidente.

Pero de ahí a que el expresidente y exministro vuelva parece que hay un mundo. La posición de debilidad que tiene ahora Fabra en el partido y en Madrid, según distintas fuentes, le hacen objeto de toda clases de especulaciones sobre su futuro, sobre si llegará o no a ser candidato a la Generalitat en 2015. Pero Zaplana no parece interesado en regresar el mundo en el que ahora anda inmerso... ¿O sí? 

Al también exalcalde de Benidorm se les ha escuchado en privado en más de una ocasión que no le interesa regresar a la política porque nunca podría mejorar en esa actividad la posición que mantiene en la actualidad en Telefónica. Cierto. Resulta difícil imaginarse al ex Molt-Ho abandonando el mundillo de primera división de Madrid para arremangarse e introducirse en el fango hata la rodilla en la difícil situación valenciana... y todo con sueldo de tercera. Raro.

No obstante, y penetrando el terreno de la política ficción, el regreso de Zaplana a Valencia bien podría tratarse de una jugada maestra del PP para intentar garantizarse una hipotética victoria en las difíciles elecciones autonómicas de 2015. Más tarde ya habría tiempo para volver a Madrid...