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García Camarero:
"Trabajar menos, consumir menos y producir menos
es la base del decrecimiento feliz"

MARÍA COSTA. 20/01/2014

VALENCIA. Julio García Camarero (Madrid, 1936) es ingeniero técnico forestal y doctor en Geografía. Fue funcionario del Departamento de Ecología de Instituto Valenciano de Investigaciones Agrarias (Ivia) durante treinta y tres años. Dirigió y colaboró en diversos proyectos de investigación agraria y medio ambiental y es uno de los fundadores de la primera asociación ecologista valenciana (lAsociación Valenciana de Iniciativas y Acciones en Defensa del Territorio, 'Aviat').

Entre sus conclusiones afirma que "seríamos más felices si dejáramos de caer en el consumismo, porque contaminaríamos menos, agotaríamos menos recursos, trabajaríamos menos y tendríamos más tiempo para relacionarnos". Actualmente es miembro de Ecologistas en Acción y practica sus principios con los movimientos sociales del barrio de Ruzafa.

La teoría del "decrecimiento feliz" parte de la idea de que actual ritmo de crecimiento económico mundial es tan insostenible como el deterioro y la falta de recursos en el planeta. Por lo que en poco tiempo se hará necesaria una autolimitación del consumo para acoplar la velocidad de gasto de los recursos naturales con su regeneración.

Este movimiento nació en 2002 en Francia, se extendió y creció rápidamente en Italia. García Camarero ha plasmado esta filosofía en tres volúmenes: El crecimiento mata y genera crisis terminal (2009), El decrecimiento feliz y el desarrollo humano (2010) y El crecimiento mesurado y transitorio en el sur (2013). 

-¿La filosofía del decrecimiento feliz puede tener eco en Europa?
-En principio, el decrecimiento queramos o no va a venir, porque es imposible crecer ilimitadamente y los recursos del planeta Tierra son limitados. Así que más tarde o más temprano vamos a decrecer. Por lo tanto, la clave estará en si decrecemos voluntariamente y sabiendo lo que hacemos o el decrecimiento sobrevendrá salvaje e incontrolado.

-¿Para los que no sepan de qué va este movimiento podría sintetizar en qué consiste?
-El movimiento del decrecimiento feliz es muy reciente. Surgió en una reunión en París en 2002 en línea con pensadores como Serge Latouche para los que la correlación entre crecimiento económico y prosperidad no es necesariamente positivo, sino que existen situaciones frecuentes en las que un aumento del PIB conlleva una disminución de la calidad de vida. Las necesidades humanas para el desarrollo son la subsistencia, el afecto, el entendimiento, la identidad, el ocio, la protección, la participación y la libertad. Son valores alejados del consumismo asesino y más cercanos a un consumo responsable y sano.

-Consumo responsable, ahorro energético, mayor calidad en nuestra alimentación, menos estrés, menos horas de trabajo y una vida más sencilla. ¿Todo esto se puede conseguir sin salir del sistema capitalista?
-Vivimos fagotizados por la economía de la acumulación que aboca a la frustración y a querer lo que no tenemos y ni necesitamos, lo cual, conduce a estados de infelicidad. En líneas generales todos los gobiernos occidentales tienen como meta fundamental el crecimiento, por lo que no se plantean en absoluto mejorar la vida de las personas. Para conseguirlo hay que salirse del sistema. Esta crisis no es coyuntural es sistémica. Es el sistema el que está enfermo.

-Resulta difícil embarcarse en un decrecimiento feliz cuando desde pequeños nos han inculcado que hay que ser más competitivos para progresar y llegar más lejos.
-Claro. Desde pequeño hemos bebido del consumismo y productivismo. Cuando sabemos, porque la mayoría lo ha experimentado, que no por consumir más somos más felices. El hiperconsumo vacía el sentido de la vida. Pero como todas las adicciones hay que también aprender a pasar el mono del consumismo salvaje y de esa insatisfacción contínua a la que nos aboca el marketing, la publicidad y el sistema que nos rodea. Trabajar menos, consumir menos y producir menos es la base del decrecimiento feliz. Reducir las jornadas laborales para que todos podamos trabajar, a la vez que disfrutamos de más tiempo libre para dedicarlo a nuestro crecimiento personal, no es una utopía.

-¿Qué límites del sistema están en alerta?
-Hay varios. Hemos superado el pico del petróleo, el límite de la huella ecológica. En los 80 superamos la capacidad de regeneración de la biosfera. Desaparecen entre 50 y 200 especies animales y vegetales cada día, lo que supone un ritmo entre 1.000 y 30.000 veces superior al de las extinciones en tiempos pasados. En 40 años hemos deforestado un tercio de los bosques del planeta. Al ritmo actual los bosques tropicales desaparecerán en 2050. De hecho desconocemos si ya nos encontramos en un cambio climático irreversible.

-¿Qué es y para qué sirve la huella ecológica?
-Es el cociente de la división entre la superficie productiva del planeta y el número de personas que lo habitan. El resultado es 1,8 hectáreas por persona. Si se supera, y ya se ha superado, se produce un deterioro grave de la naturaleza. Actualmente la media es de 2,2 hectáreas por persona. Ahora bien, la "huella ecológica" no se distribuye de manera homogénea: la de un ciudadano medio de Estados Unidos es de cinco hectáreas; la de un español, tres hectáreas; y la de un indio, 0,8 hectáreas.

-¿La crisis ha impulsado este movimiento?
-Digamos que la crisis, detonada por la burbuja inmobiliaria, sigue creciendo, ahora auspiciada por el capital financiero que ha desplazado su interés hacia los mercados de futuro. Mercados que permiten acumular y especular con los alimentos que incrementan la pobreza. De esta especulación no se habla. Según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), hemos alcanzado los 1.000 millones de hambrientos en el planeta. El sistema no funciona y hay que cambiarlo.

-¿Rodeados de zanahorias cree que podremos cambiar los hábitos?
-Los que estamos rodeados de zanahorias somos el 20% de la población. Eso sí, un 20% que consume el 80% de los recursos del planeta. Y el restante 80% de la población solo consume el 20%. Y es capaz de vivir con menos de 2 euros al día.

-¿Esta visión cree que la tiene algún político de hoy?
-En estos momentos no. Son personas sumisas que se adaptan a las directrices que marca la economía. Los políticos están a merced de la economía. El verdadero gobierno del mundo es el neoliberalismo, las multinacionales... son las que le dicen a Rajoy los recortes que hay que hacer.

-En uno de sus artículos comenta que nos estamos acercando a un modelo social y laboral esclavista como en China...
-¿Por qué crecen las empresas? A costa de la explotación del trabajador, pero vinculada a la competitividad. La competitividad no es libre porque nunca es verdadera. Mire, según los analistas de la OCDE, en el año 2015 solo un 10% del crecimiento mundial se producirá en Europa, un 25% en EEUU y un 33% en China. Algo absolutamente angustioso e intolerable para la economía competitiva de las grandes corporaciones transatlánticas. Se estima que en el próximo lustro Asia por primera vez tendrá más PIB, más gasto militar y más inversión en tecnología que la UE y USA juntos. Entre las medidas que se proponen para evitarlo está aumentar la flexibilidad laboral y las desregulaciones. Esto es, reducir los gastos salariales y aumentar la jornada laboral hasta llegar a salarios y tiempos de trabajo equiparables a los de China. Se persigue que todos trabajemos como chinos.

-¿Lo que está pasando con la Sanidad y la Educación en España no es también decrecimiento?
-Desde luego es decrecimiento, pero no feliz. Hay que distinguir entre dos tipos de decrecimiento. Uno que califico como "feliz" y otro "infeliz". Este último es el que vemos hoy, con los recortes en sanidad, educación y pensiones en el contexto de la actual crisis. Por el contrario, el decrecimiento "feliz" pretende superar la insatisfacción que genera el consumismo y se vincula además al desarrollo humano.

-¿Y por dónde empezamos a decrecer felizmente?
-El premio Nobel de Economía Joseph Stiglitz llama "fundamentalistas del crecimiento" a los economistas del neoliberalismo que abogan por el crecimiento sí o sí. Porque es un fundamentalismo ciego que solo busca ganar más y competir más. Es ciego porque para pervivir necesita políticas contrarias a las que aplica, que incentiven el consumo y la producción. Sin embargo quieren solucionar el crecimiento, con más crecimiento, más recortes, más reformas o contrareformas, disminuyendo el número de consumidores, aplicando recortes y deprimiendo aún más la economía.

-Concréteme algunas acciones de decrecimiento feliz...
-Hay muchas pequeñas cosas que pueden ir haciéndose. Pero hay que empezar por cambiar estereotipos como que "el dinero da la felicidad" y que "cuánto más tienes más vales". Hay que reconocer que el 50% de lo que consumimos son pseudonecesidades. A partir de ahí y poco a poco, nunca de repente, no creo en los cambios radicales, empezar a fomentar el trueque, las cooperativas de consumo, los huertos urbanos, los bancos del tiempo. Iniciativas que permitan huir del dinero y, lo que resulta esencial, salirse del capitalismo. Hay un dicho que dice que gente pequeña, haciendo cosas pequeñas, en sitios pequeños puede cambiar el mundo. En el momento en que dejáramos de consumir pseudonecesidades, reduciríamos un 70% el consumo actual, se solucionarían muchos problemas del planeta y el sistema en el que vivimos caería y tendría que volver a reconstruirse, pero de otra manera.

14 comentarios

Alfonso escribió
22/10/2014 19:44

La teoría del decrecimiento no tiene sentido si no va unida al decrecimiento demográfico y al reparto de bienes y servicios a todos los paises. Si esto se hicera, estoy seguro que todos seríamos mucho más felices.

Ann escribió
25/01/2014 21:10

Esta teoria no es mas que capitalismo ecologista y mas humano..Una modalidad de capitalismo. Los que deseamos cambios substanciales, revolucion, no podemos quedarnos en estas formas edulcoradas de capitalismo. Feliz Rodrigo Mora le dio un buen rapapolvo teorico a su creador, significando eso mismo: que solo era un amquillaje del sistema, no su cambio.

raul escribió
23/01/2014 19:45

Estoy de acuerdo con su reflexion. pero creo que es tarea imposible. Como bien dice toda adicción (en este caso el consumismo) precisa de un periodo de abstinencia para superarla, por no deicir de reconocer el problema como primer paso. Todo esto no va a pasar, seguiremos inmersos en el consumismo y en el afán por comprar cosas que creemos que nos harán mas felices. Quizás en las personas mayores aun podemos ver signos de que en realidad se es mas feliz ignorando las cosas prescindibles,banales y materialistas y sí disfrutar de las pequeñas cosas y de las relaciones con los demás (y pongo de ejemplo a mis padres). jeje para empezar el decrecimiento feliz debería de existir como un dios que cogiera la batuta del mundo por encima de nuestros podridos políticos y dirigentes mundiales y fuera quitándonos poco a poco vicios, afán de poder y consumismo innecesario; promoviendo a su vez que apreciáramos más la vida y la naturaleza en su estado puro, así como el respeto y solidaridad con los demás. Como de momento no tenemos a esa figura ipotética o dios que dirija al rebaño, pues seguiremos como borregos haciendo lo que hacemos. Un saludo

angela navarrete aguila escribió
23/01/2014 14:32

Como lectura instructiva bien vale sacar una gran conclusión reflexiva. " LO QUE NO TENEMOS ES PORQUE NO LO NECESITAMOS". La mente humana necesita tener lo que la mente ha creado en ella. Lo que desconocemos es lo que no existe. ASI ES.

Sospechoso escribió
22/01/2014 06:31

Mucho hablar de consumir menos...pero poco se habla de trabajar menos. Me resulta muy sospechoso por que, si consumo menos y produzco lo mismo...alguien va tener que consumir lo que yo no consumo. Y, de todos modos, niego la mayor: en España, y casi por casualidad, ya generamos el 40% DE LA ELECTRICIDAD CON EL VIENTO, que no se acaba nunca. Asi que podemos CONSUMIR MUCHO MAS DE ALGUNAS COSAS, aunque quizas de otras no. Con coches electricos reciclabes al 90% podriamos conducir lo que nos diera la gana sin problemas. Comer en un restaurante gasta los mismos recursos que comer en casa. Ir al gimnasio ahorra recursos (40 personas, tres fluorescentes y no 40 televisiones). En resumen, PODEMOS CONSUMIR MUCHO MAS, todo depende de COMO SE HAGA. Quizas las vacaciones en Thailandia no se pueda, pero 10 camisas al año, siendo el algodon un recurso renovable, no veo por que no ( ya se que el algodon consume mucha agua, pero el Misissipi iba bastante lleno la ultima vez que lo vi)

Ramón Serrano escribió
22/01/2014 04:56

En los últimos años hemos experimentado ya un decrecimiento de la economía y el resultado no ha sido en absoluto "feliz" sino todo lo contrario. La economía no es el "mal absoluto", es lo que llamaba Mises "acción humana", la forma de funcionar socialmente el hombre y demonizarla no tiene sentido: hay que comprender sus reglas y es muy peligroso postular acciones cuyo resultado puede ser una catástrofe humanitaria. Pensemos en la Camboya de Pol Pot, forzando a todos los ciudadanos a trasladarse al campo, donde muchos murieron de hambre y acabó acusado de crímenes contra la humanidad. Es muy fácil lanzar postulados demagógicos pero las consecuencias pueden ser dramáticas. En realidad nada es nuevo bajo el sol y todo lo que podamos pensar ha sido ya ha experimentado por la humanidad. Lo que tenemos es lo que mejor funciona, no nos engañemos.

Carlos escribió
21/01/2014 19:16

"En principio, el decrecimiento queramos o no va a venir" "queramos o no" debería ir entre comas.

Juan Ruiz escribió
21/01/2014 16:52

Por fin leo a alguien de renombre decir lo que yo vengo afirmando desde hace años: el sistema solo funciona con una clase esclava, al modo de China, que la necesita imperiosamente para mantenerse al ritmo que va. Viví dos años en China...

Houk van Lake escribió
21/01/2014 15:53

Un punto de vista interesante desde luego. No paran de torpedearnos constantemente en los medios con que para salir de la crisis la gente tiene que gastar y consumir más y así reactivar la economía. Pero aunque el acto de gastar para mucha gente puede parecer un acto feliz, es una felicidad momentánea que sólo se mantiene si consumimos constantemente pero no deja de ser una felicidad falsa basada en una necesidad que no tenemos. El problema es que el gasto cada vez va aumentando más y se va convirtiendo en innecesario y exagerado llevándonos a menudo a comprar cantidad de cosas inútiles que pensamos, o nos han hecho pensar, que necesitamos pero que en realidad se quedarán en una estantería durante lustros esperando a ir a la basura. Consumir menos no significa quedarnos con hambre. Consumir menos es optimizar el consumo en lo estrictamente necesario. La educación y la sanidad requieren una gran inversión pero también necesitan optimización para poder garantizar la cobertura a toda la población de forma correcta e ideal. El consumo de alimentos debe de ser más responsable. Si hacemos la compra una vez al mes en un gran almacén al que vamos en coche, al final la cantidad de residuos malgastados total será mayor que si tenemos un supermercado al que podemos ir andando desde casa y que nos permita comprar lo necesario casi a diario para tirar lo mínimo posible a la basura. Y se me ocurren cientos de otros ejemplos con los que se podría mejorar la sociedad. Pero mucha gente no está interesada en ello porque la tendencia es a que los trabajadores trabajen más horas y con menos derechos, como en los paises asiáticos sobreexplotados. Vivimos en un mundo en el que han conseguido que la gente piense que es feliz sin serlo.

bokebasa escribió
21/01/2014 15:20

Y como es eso compatible con el crecimiento poblacional, somos en torno 7000 millones y seguimos aumentando. Sin tener en cuenta las diferencias entre regiones, porque supongo que esas teorias de decrecimiento no pensara aplicarlas en Africa. En fin es como dejar a toda una clase de niños sin comer porque uno de ellos esta muy gordo, cuando el resto solo cuenta con esa comida al dia para sobrevivir. Creo que la teoría del decrecimiento no tiene sentido si no exige que todo lo que no se consuma aqui se traslade alli o el que no quiera trabajar en las empresas de aqui vaya a los paises mas necesitados a trabajar alli de voluntario.

Pepito Palomo escribió
21/01/2014 13:47

Lo que propone puede ser aceptable, siempre y cuando aquellos que hoy en día okupan la cúspide de la cadena alimentacia sigan prevaleciendo como hasta ahora. Lo contrario sería una tropelía. Decrecimiento sí, pero sin alterar el equilibrio de poder.

Diego escribió
21/01/2014 10:35

Una filosofía desde luego diferente, moderna y positiva. Quizás parezca utópica pero no me resulta del todo descabellada, al menos en determinadas situaciones.

20/01/2014 08:56

Buenos días Valencia Plaza: ¡muy buen razonamiento y además (valga la redundancia) muy bien razonado¡ Comparto 100% el planteamiento y la filosofía¿cual es la ironía? ES QUE TODA LA CLASE MEDIA E INTERMEDIA DE ESTE PAÍS SE DEBERÁ (SI NO LO HAN HECHO YA) ADAPTARSE A CONSUMIR MENOS Y A TENER EN SU VIDA UN "DESCRECIMIENTO FELIZ".Si, hay vida sin consumir tanto se puede llegar a ser feliz.Lo difícil es que, cuando no puedes ni consumir lo básico por falta de medio eso no necesariamente te hace...feliz.- AGRADEZCO el HABER INSERTADO MI OPINIÓN DE AYER EN OTRO ARTÍCULO GRACIAS OTROS DIGITALES QUIZÁS NO LO HUBIERAN O HUBIESEN HECHO Alejandro Pillado Aeropuerto de Malaga 2014

20/01/2014 08:20

El consumismo como generador de perdida de valor de las empresas occidentales y generardor de mas injusticia social en los subdesarrolaldos. Si seguimos generando que cada uno de nosotros necesitamos 10 camisas al año para vestir y tenemos menos renta disponible, la unica manera es bajr el precio de la camisa a 19,99 €. Pero para producirla nos vamos a asia y generamos fabricas donde las personas que no tienen que comer lo haran poara nosotros pagando un euro al dia. Vamos mal

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