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LAS CONSECUENCIAS DE UNA ESTRATEGIA ELECTORALISTA

Pirómanos y bomberos en el Consell

X. AGUAR. 14/02/2014 La definición de la AVL es 'casus belli' por una parte del Ejecutivo mientras que otra parte debe ocuparse de intentar 'apagar' el incendio provocado

VALENCIA. Pirómanos y bomberos. El Gobierno valenciano parece haberse convertido en un combinado de dirigentes políticos con distintas condiciones: unos se dedican a generar conflictos, incendios de todo tipo, y otros responsables autonómicos tienen la misión -a su pesar- de intentar apagarlos. Si alguno de los consellers encargados de sofocar las llamas se 'quema' en el proceso, mejor que mejor.

El Consell y el PP de la Comunitat Valenciana están divididos. La estrategia de resucitar la batalla de las señas de identidad se ha discutido en el ámbito interno de la formación en los últimos meses. Dentro del partido existen diversas corrientes en desacuerdo con la insistencia que ha mostrado el secretario general, Serafín Castellano, en agitar la 'senyera' como estrategia constante: más aún cuando el presidente de la Generalitat y líder del PPCV, Alberto Fabra, no posee un perfil adecuado para ello. Una vez alzada esta bandera, se complicaba no salir al paso de la AVL. Y allá vamos.

Con esta antesala, la definición de 'valenciano' confeccionada por la Acadèmia Valenciana de la Llengua (AVL) en el Diccionari Normatiu Valencià (DNV) era la excusa perfecta para remover la otrora poderosa arma de enfrentamiento en la Comunitat: el conflicto lingüístico. Así lo decidió el conseller de Gobernación y Justicia y número dos de Fabra en el partido, Serafín Castellano, y así se ha hecho. Dictamen del Consell Jurídic Consultiu (CJC) incluido.

Ahora bien, la principal encargada de sufrir el desgaste de esta decisión política está siendo la consellera de Educación y Cultura, María José Catalá, quien este jueves se reunió junto al vicepresidente del Consell, José Císcar, con el presidente de la AVL, Ramón Ferrer. Precisamente los dos exponentes con un perfil más conciliador del Gobierno valenciano son los que han recibido la misión de consumar con éxito el amordazamiento de un órgano estatutario. Unos crean incendios, otros reciben la misión de apagarlos. De momento, hay enroque por ambas partes: el Consell presiona y la AVL no cede.

LOS BOMBEROS DEL CONFLICTO: NO HAY CASUALIDADES 

A nadie escapa que la proyección de la consellera María José Catalá genera desconfianza en Presidencia de la Generalitat. De hecho, en los últimos tiempos, la titular de Educación ha preferido pasar lo más desapercibida posible ante los rumores sobre su futuro como posible alternativa a Fabra.

La buena relación con el ministro de Exteriores, José Manuel García Margallo, quien no mantiene una gran sintonía con Alberto Fabra, ha provocado situaciones como la de la cena del PPCV en la Convención Nacional de Valladolid: donde se despidió de ella, según narran fuentes presentes, con un audible para varios comensales: "Buenas noches, candidata". No es de extrañar por tanto que, aprovechando la coyuntura del conflicto lingüístico generado, desde Presidencia se haya señalado como responsable -al fin y al cabo, es su área- y encargada de la solución a Catalá. Parece que la consigna es que la consellera debe quemarse.

María José Catalá y José Císcar

Por otro lado, el ya clásico 'apagafuegos' del Consell -José Císcar- fue este jueves el otro miembro del Gobierno valenciano en la reunión. El desgaste del vicepresidente en los últimos meses ha sido un hecho, aprovechado precisamente por Castellano. La anulación del ERE de RTVV y el posterior cierre, una decisión del presidente Fabra, fue uno de sus momentos más delicados.

Las fuentes consultadas en diferentes consellerias tratan de escurrir el bulto cuando se les pregunta por la estrategia identitaria y el conflicto lingüístico agitado por Castellano y asumido por Presidencia. Los que hablan, dudan de que los máximos responsables de su cartera confíen en esta estrategia o si es el momento adecuado para ella.

Esta incertidumbre también surge en el partido: el PP se divide entre la minoría que apoya ciegamente las tesis de Castellano -porque además será su tabla de salvación en el futuro-, una parte importante que, aunque defienden las señas de identidad, critican la estrategia del secretario general del PPCV desde hace meses y, otros cuadros de la formación, que consideran la necesidad de renovar los mensajes a gran escala. "¿Qué fue de aquello de repetir empleo, empleo, empleo... o de 'vender' la recuperación económica?", se pregunta un dirigente del partido.

En este sentido, la desorientación existente en la formación 'popular' sobre la hoja de ruta estratégica que se maneja desde el Ejecutivo es evidente. Desde los cuadros intermedios se observa el debate identitario como una "cortina de humo" porque "no hay nada que vender". Incluso hay otros que, no sin cierta malicia, se preguntan lo siguiente: "¿Era necesario cambiar todo el equipo de Comunicación de Presidencia para limitarnos a agitar una senyera?".

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3 comentarios

cva23 escribió
15/02/2014 10:11

Catalanistas y valencianistas: competición por ver quién es más cansino, rancio y carcamal...

claramunt escribió
14/02/2014 12:45

Ni Fabra pot presentar-se com a defensor d'unes identitats que no practica ni la resta de dirigents populars poden agitar una bandera en què no creuen. Un exemple de l'actitud real, caracteritzada per la submissió i el complexe d'inferioritat del PP: Maria José Català i Juan José Rubert el dia 1 de març de 2011, en l'acte de proclamació de les candidatures del PPCV. Quan els dos alcaldes -Torrent i Vila-real- comencen a parlar en valencià i els militants del PP criden: "en castellano, en castellano". Resposta de Rubert: "como querais, perfecto !" Maria José Català, ara consellera d'Educació demana perdó incapaç de defendre la llengua pròpia que en el seu cas és llengua familiar i d'instrucció. Eixa és la veritable cara del PP, odi al valencià , ni defensa, ni difusió. Ara solament és l'últim recurs, una tàctica rutinària en què ni tan sols creuen.

Antonio Fava escribió
14/02/2014 07:35

Me quedo con la última frase: "¿era necesario cambiar todo el equipo de comunicación para limitarnos a agitar una senyera?. Esa patraña hace 20 años cuela, pero en la era de la información solo engañais a 4 agûeles...

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