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VALENCIA. "Yo pensaba que me iba a cansar antes", admite Miguel Ángel Calvo.
 De momento, no se ven señales de agotamiento. Su proyecto La Gramola de Keith, la web dedicada a la música independiente valenciana, cumple cuatro años este fin de semana con un festival que se celebrará en Valencia.

Creía que se iba a cansar, pero ahora está convencido de que seguirá "muchos más años".
 "Me veo con fuerzas y cada vez voy aprendiendo cada vez más. 
Me estoy volviendo cada vez más exigente.
 Antes tardaba muy poco en editar un vídeo y ahora puedo tardar un par de días montarlo porque me he vuelto más perfeccionista", comenta al otro lado del teléfono.

Más pasión, más dedicación y más conocimiento. La veteranía ha hecho que sea un nombre propio de la escena valenciana de este inicio de siglo y de su poder de convocatoria da fe un certamen que reunirá a ocho bandas.

DOS LOCALES, TRES DÍAS

La primera jornada se celebrará en Deluxe Pop Club el jueves 3 de abril a partir de las 22.00 horas y será acústica. Allí se podrá disfrutar de dos bandas que se desenvuelven en este formato como pez en el agua como son Crow Jane (antes Suidhe) y Le Garçon Rêvé.

La segunda jornada tendrá lugar en Loco Club el viernes 4 de abril a la misma hora y será la primera de las dos noches eléctricas. Nada menos que cuatro bandas que van de Johnny B. Zero a 
We Used To Pray, pasando por
 Gatomidi
 o los veteranos La Muñeca de Sal, la formación decana del post-rock español. 

La tercera jornada volverá a tener lugar en Loco Club el sábado 5 de abril a partir de las 22.30 horas y de nuevo será eléctrica con las actuaciones de Carolina Otero & The Someone Elses y Mad Robot. Todo a precios muy interesantes, con entradas que van de los tres euros del jueves, a los cinco del viernes y sábado. 

Calvo no oculta su deseo de que la cuarta edición del Gramola Fest sirva como punto de encuentro, un paraguas bajo el que cobijarse en tiempos de crisis, de IVA's del 21% y de recesión. "Espero a ver músicos por allí, a
 gente de grupos musicales valencianos", confiesa. El festival de La Gramola aspira pues a ser una gran fiesta de la música independiente
 valenciana con grupos afincados en la ciudad. "No podía tirar por otro lado" conviene. 

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