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VALENCIA (EP/CP). El actor británico Jeremy Irons llega a las pantallas esta semana con la cinta Tren de noche a Lisboa, "un viaje emocional" y una experiencia "delicada" en la que ha estado a las órdenes del director danés Bille August (con quien ya trabajó en otra adaptación, la de La casa de los espíritus).

Precisamente, la sutileza ha sido su principal herramienta en esta película, aunque admite que ese ha sido el reto, ya que ha tenido que contenerse porque como actor no puede evitar querer moverse y representar. Aquí, "al fin y al cabo, se trata de un viaje emocional invisible" en el que, según asegura, el toque del director ha sido clave.

Irons encarna a un profesor suizo que, tras un encuentro casual con una mujer que quiere quitarse la vida, descubre al escritor del libro que ella estaba leyendo en ese momento y que lo empuja a viajar hasta su ciudad natal: Lisboa. Allí intentará localizar a este misterioso escritor y unir las piezas de la vida de este autor, que luchó contra el dictador portugués Antonio de Oliveira Salazar.

La película arranca en un paisaje lluvioso de Berna (Suiza) y se traslada a la luminosa Lisboa, una ciudad que en esta ocasión el actor pudo conocer en profundidad y ver cómo los pocos "retoques" a los que se ha sometido la ciudad han mantenido el aspecto bucólico y nostálgico que tanto le gusta.

Preguntado por las similitudes entre este personaje y el de Retorno a Brideshead, Irons señala que ambos son "hombres de cambios", aunque se mantienen como personas "observadoras" ante aquello que les rodea. "Es como un anfitrión en una fiesta: tiene que hacer sentirse cómodo pero no puede tirar fuegos artificiales todo el tiempo", indica.

Para el actor, la vigencia de esta película es absoluta y recalca que es esencial conocer cómo funcionaron los sistemas políticos en el pasado. Aunque se siente pesimista. "Hoy en día vivimos bajo la ilusión de la democracia", para añadir que el hecho de ir a votar cada cierto tiempo" no cambia las vida. "Las controlan grandes compañías que son amorales, que solo sienten simpatía por sus accionistas", añade.

El protagonista de esta historia busca la pasión en las vidas de los demás, en sus peligros y sus aventuras. "Todos necesitamos las historias para empujarnos y sacudirnos, es una función primordial del arte, de las películas y de las novelas", indica.