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PANEL DE OPINIÓN

Alianza PP-PSOE (II)
el pacto que debería haber llegado antes... y que ya no debe llegar

VALENCIAPLAZA.COM. 25/04/2014 El interés suscitado por la primera entrega de este panel ha convencido a los dirigentes empresariales y políticos a mostrar su posición ante la cuestión

VALENCIA. La posibilidad de un gobierno de concentración en el futuro fruto de la alianza entre PP y PSOE viene siendo objeto de análisis tanto en el ámbito nacional como en el autonómico desde diversos medios de comunicación. En ValenciaPlaza.com, ya fue publicada días atrás la opinión de diversos profesores universitarios de distintas disciplinas y de politólogos sobre las opciones de que esta situación se cristalizase a medio plazo.

El interés suscitado por este asunto ha motivado una segunda entrega con el punto de vista de dirigentes empresariales como Vicente Boluda, José Vicente Morata, Salvador Navarro o José Vicente González así como referentes políticos como Serafín Castellano, Ximo Puig, Enric Morera o Marga Sanz.

Las opiniones son diversas, aunque llama la atención el 'rapapolvo' que infligen desde el ámbito empresarial al político por no haber asumido con anterioridad posiciones pactistas. Los responsables de las distintas organizaciones lamentan, en general, la ausencia de acuerdos tiempo atrás, en el epicentro de la crisis, aunque se muestran partidarios a, si no un gobierno de concentración, pactos en los grandes asuntos. Por su parte, los diferentes dirigentes de los partidos tienen opiniones dispares: desde el PPCV se guarda distancia, se rechaza de plano desde el PSPV, mientras en las formaciones de la izquierda lo observan como una treta del bipartidismo fruto del ascenso de los minoritarios. Pasen y vean.


JOSÉ VICENTE MORATA, presidente de la Cámara de Comercio de Valencia y del Consejo Superior de Cámaras de la CV

El modelo político español ofrece resultados electorales que hacen perfectamente posible la gobernabilidad con solvencia y sobre todo desde la legitimidad de lo decidido por los ciudadanos con su voto. Así las cosas, si la hipótesis de una alianza de los grandes partidos no ha sido realidad en el momento más cruento de la crisis, es muy improbable que se haga efectiva tras las próximas elecciones.

El que gobierna es el que tiene la responsabilidad de proponer los grandes pactos. Entre ellos, habría que ir pensando en que la política y la economía cada vez tengan menos relación, hay que intentar conseguir un modelo de economía abierto, sin proteccionismos, sin cárteles y sin subvenciones. Lo público y lo privado deberían tener cada vez menos relación y, por el contrario, habría que ir hacia un mercado más trasparente donde la competencia prime sobre cualquier otro factor.

Dicho esto, sería bueno que se llegase a pactos en los ámbitos de la reforma laboral, en relación con el contrato único, acabando con la dualidad de contratos y favoreciendo la formación, la innovación y el aumento de tamaño en las empresas; pactos también para reducir los enormes costes energéticos eléctricos y gasísticos, especialmente puestos de manifiestos tras la segunda crisis de Ucrania, y en la adecuación de las telecomunicaciones y las tecnologías de la información a unos costes similares respecto a nuestros competidores.

Los grandes pactos políticos tienen que ir encaminados a reducir la regulación administrativa de las actividades económicas, a generar un modelo de transparencia y de competencia en el mercado y a separar la acción pública de la economía real en el sentido de pasar página en el tema de las subvenciones y otras formas de clientelismo político que se han usado en el pasado respecto a empresas y organizaciones de cualquier ámbito en la sociedad civil.

En cualquier caso, espero que se produzca un pacto, una vez se haya propuesto una reforma fiscal y se garantice el flujo de ingresos del Estado, en la revisión del acuerdo de financiación de Comunidades Autónomas que posibilite un futuro claro en la acción institucional de la Generalitat. El reto es consolidar un sistema institucional coherente, fiable y creíble por los ciudadanos y por los actores económicos. Hay que cambiar el paradigma hacia un futuro con una economía distinta por cómo se diseñan las tendencias de fondo de ámbito global. Hoy ya nada es ni será como antes de la crisis de 2008



SALVADOR NAVARRO, presidente de la Confederación de Empresarios de Valencia (CEV)

"En mi opinión, igual que todo está cambiando de forma sustancial, porque este escenario nada tiene que ver con el que teníamos hace sólo una década, también debe cambiar la forma de hacer política. Es tiempo de responsabilidad, de mirada al futuro, de acuerdos y de profesionalidad también en la política.

Esa hipótesis de alianza o gobierno de concentración de populares y socialistas no se ha producido anteriormente, lo que nos traslada una visión cortoplacista de la política.

Tan pronto como se inició esta crisis (mucho antes de que fuera reconocida por el Gobierno de Zapatero), deberían de haber iniciado los contactos los principales partidos políticos (y no solo dos, todos) para trazar una actuación común responsable y con la vista puesta más allá de la inmediata cita electoral de manera que las primeras decisiones a tomar hubieran tenido el necesario consenso político, algo imposible en clave política, al parecer. Si se hubieran tomado las medidas necesarias en su momento tal vez nos hubiéramos evitado buena parte, al menos la más amarga, de esta larga crisis.

Los pactos son necesarios por el bien común, tan necesarios que si nuestros partidos políticos en la comunidad no se ponen de acuerdo para defender una iniciativa que concita el acuerdo de toda la sociedad como es la reforma del modelo de financiación, no tendremos fuerza ni peso más allá de nuestras fronteras. Y en el ámbito nacional, se precisan grandes pactos en materias como educación, política energética y redimensionamiento del sector público.

El ciudadano lo que quiere es que se trabaje por y para él, para el bien común de la sociedad, y en la mayoría de las ocasiones asistimos a estrategias políticas diseñadas por el aparato del partido. Hemos tenido demostraciones de políticos no conformes con su partido (Ley del Aborto, Educación, Financiación Autonómica, etc.) y al final ha vencido la disciplina de voto, eso es lo que hay que cambiar, y se cambia actuando en común por el bien de la sociedad.

Por eso un pacto de ámbito nacional, autonómico, local, sería bien visto por la sociedad en conjunto, demostraría visión y compromiso a largo plazo, al fin y al cabo lo que queremos todos es trabajar, poder pagar nuestras facturas, contribuir al mantenimiento del estado del bienestar y vivir en una sociedad más justa y equitativa".

VICENTE BOLUDA, presidente de la Asociación Valenciana de Empresarios (AVE)

Vivimos tiempos complicados en los que los españoles pensamos que la política ha dejado de ser un medio para solucionar los problemas de los ciudadanos para pasar a ser percibida como una de las mayores preocupaciones.

La crisis que estamos atravesando exigía dos cuestiones fundamentales: la adopción de medidas que revertieran la situación, frenasen la masiva destrucción de empleo y el paulatino empobrecimiento. Podemos decir que se empieza a notar el esfuerzo reformista llevado a cabo, aunque no podemos quedarnos a mitad camino y hay que avanzar en algunos aspectos clave.

Y, por otro lado, también era exigible la creación de un ambiente de consenso, de construcción y de querer que la situación cambiase por parte de la clase política, cuestión en la que a todas luces podemos afirmar que se ha suspendido. La impresión que tenemos desde la sociedad civil es que no hay voluntad real de que la situación mejore y de que la crispación interesa mucho más que el consenso y la calma.

Somos y seguiremos siendo firmes defensores de los pactos de Estado. Los hemos reivindicado siempre y seguiremos haciéndolo atendiendo a un objetivo: la gobernabilidad y la estabilidad de un país que de forma tan virulenta ha sido sacudido por la crisis. Por el contrario somos contrarios a los pactos contra alguien o para expulsar a alguien, que si bien pueden ser rentables para algunos en el corto plazo, se alejan de las necesidades reales y perentorias que a día de hoy tenemos.

Y toda esta reflexión es aplicable tanto para nuestro país como para nuestra Comunidad. La Comunidad Valenciana ha sufrido más la crisis que el resto de España, por motivos externos (la infrafinanciación que sufrimos y la reiterada falta de inversión del gobierno de España, fundamentalmente) y por causas internas, ya que no supimos ver venir que nuestro modelo necesitaba ajustes, reformas y toma de decisiones valientes.

Hemos estado necesitados de consensos que nunca han llegado, sobre los principales aspectos que nos afectan: empleo, transparencia, educación, industria, agua, de forma que todos unidos hubiéramos sido capaces de defender aquello que realmente es importante para todos los valencianos y con el empuje de la sociedad civil estaríamos en mejor posición de la que nos encontramos.

Los tiempos electorales dirán quién está llamado a gobernar, en función de lo que los valencianos escojamos libremente en las urnas, pero es imprescindible que nuestros políticos sepan que la prioridad es que la Comunidad Valenciana avance y no la fuerza política que esté al frente; que la estabilidad es más importante que quién ocupa la silla, porque la inversión (local o extranjera) depende de ello; y que la política es el arte de solucionar problemas y no de crearlos.

José Vicente González

JOSÉ VICENTE GONZÁLEZ, presidente de Cierval

Siempre hemos sido partidarios de pactos, bien sean de estado o autonómicos, entre los dos grandes partidos sobre algunos temas fundamentales. En el ámbito estatal estos pactos deberían abarcar como mínimo asuntos tales como la reforma, simplificación y reducción de las Administraciones Públicas; educación, financiación de las autonomías y las modificaciones que fuera necesario hacer para que todas las CCAA se sintieran cómodas en el estado, sin excluir "a priori" reformas constitucionales. A estos grandes acuerdos nacionales deberían añadirse otro relativo a la política económica y laboral en el que deberían participar las organizaciones empresariales y sindicales más representativas al estilo de los Pactos de la Moncloa.

En la Comunidad Valenciana a estos pactos debería añadirse otros sobre la exigencia al estado de una financiación justa equivalente como mínimo a la media nacional per cápita. La condonación total de la deuda acumulada en los últimos años como consecuencia de la infrafinanciación y / o una condonación parcial de la deuda con un plazo de devolución del resto de 25 o 30 años a un tipo de interés reducido. Además, las inversiones regionalizables del estado en la CV al nivel del promedio nacional per cápita.

La puesta en marcha de una reforma del modelo económico de la CV con el acuerdo de organizaciones empresariales y sindicatos. Los pactos deberían estar abiertos a otros partidos políticos que quisieran suscribirlos.

Estos pactos podrían materializarse con la formación de gobiernos del tipo de Gran Coalición alemana o simplemente formalizando el compromiso. Uno u otro sistema dependerá de la voluntad de los ciudadanos en las urnas y de la interpretación que los grandes partidos den a los resultados electorales. En cualquier caso los pactos son necesarios para mejorar la vida de los ciudadanos muy castigados por los efectos de la crisis. 

 

SERAFÍN CASTELLANO, secretario general del Partido Popular de la Comunidad Valenciana

Para el PPCV lo prioritario en estos momentos es la recuperación y continuar trabajando por los ciudadanos de la Comunitat Valenciana. No es momento de hablar de acuerdos ni preelectorales ni postelectorales, porque es momento de responsabilidad y de ofrecer soluciones a los valencianos, porque desde el PPCV apostamos por la estabilidad institucional y política y por la seguridad en la gestión, algo imposible de alcanzar con partidos radicalizados.

Es extremadamente difícil que nosotros pactemos con partidos que están a favor de cuestiones como la autodeterminación o en contra de la colaboración público-privada, extremados en todos sus posicionamientos y sin más proyecto que ponerse detrás de la pancarta. En el PPCV nos apartamos del radicalismo y abogamos por la estabilidad, la sensatez y el diálogo.

Ese es el planteamiento del PPCV. Tendemos la mano a aquellos que se muestran responsables. El PSPV, que ha sido partido de gobierno, sabe que gestionar implica asumir exigencias, ceder en ocasiones y evitar las tensiones. Por eso, porque la sociedad exige responsabilidad por parte de sus gobernantes, es el momento de menos pancartas, camisetas y subidas de tono en los escenarios, y de más compromiso y más trabajo.

Es más adecuado, en su caso, pactar siempre con partidos que apuestan por la estabilidad política e institucional, y no con radicalismos o extremismos que no conducen a nada".


Ximo PuigXIMO PUIG, secretario general del PSPV-PSOE y candidato a la Generalitat

Después de 20 años de mayorías absolutas del PP que nos han llevado a ser líderes en paro, deuda y corrupción, es una cuestión de higiene democrática que deje de gobernar la Comunitat Valenciana. El PP ha demostrado su incapacidad para sacarnos de la actual crisis y nadie puede esperar que con ellos se consiga un resultado diferente.

La sociedad valenciana no podría entender que los socialistas valencianos pactáramos con un partido al que la mayoría de los ciudadanos y ciudadanas ya han dado la espalda.

En este mismo sentido tampoco vemos posible un gobierno de coalición en España. El ejecutivo de Mariano Rajoy ha incumplido sus principales promesas electorales y ha destruido derechos sociales que han costado años de crear. La sociedad española tampoco entendería un gran pacto después de que el Partido Popular de Mariano Rajoy haya acabado con derechos tan importantes como el derecho a decidir de las mujeres o haya modificado autoritariamente la ley educativa que todos los grupos parlamentarios no hemos comprometido a derogar cuando cambie el signo de Gobierno.

Un gobierno de coalición requiere, fundamentalmente, consenso. Y el consenso requiere personas dispuestas a dialogar, pactar y respetar las posturas de los demás. Si algo ha demostrado el Gobierno de Mariano Rajoy y el de Fabra es que no están dispuestos a buscar consensos, que prefiere gobernar a golpe de decreto.


Marga SanzMARGA SANZ, coordinadora y portavoz en Les Corts de Esquerra Unida

Fuerzas muy importantes del sistema: económicas, mediáticas, financieras, etc., están diseñando una segunda transición, -con la sucesión de Juan Carlos a Felipe- en el marco de una salida antisocial y antidemocrática a la crisis del sistema que ellos mismos han provocado.

Su objetivo es asegurar varias décadas de más bipartidismo monárquico que consolide un sistema con menos democracia y menos derechos sociales, debilitando el Estado del Bienestar, la democracia más directa y cercana, el autogobierno de nuestros pueblos y restringiendo los derechos políticos fundamentales de la ciudadanía.

Es la estrategia de los más poderosos, de los que quieren que esto cambie lo imprescindible para que no cambie nada, y poder seguir ostentando los resortes del poder político y económico. Es una estrategia plenamente inspirada en las políticas de la troika, que está defendiendo los intereses del capital financiero con sus políticas de recortes y de estabilidad presupuestaria. Políticas compartidas en el Parlamento Europeo por el Grupo Popular y el Socialdemócrata con más de un 75% de votaciones coincidentes entre ellos.

Esquerra Unida del País Valencià se opone y combate este Pacto de Estado PP-PSOE que está intentando ponerse en marcha. Es un gran pacto que pretende frenar la contestación cada vez más masiva de la ciudadanía a las políticas neoliberales del Gobierno de Rajoy y del Consell de Fabra. Las Marchas de la Dignidad del 22M demostraron que el impulso y la rebeldía democrática de las pasadas huelgas generales y mareas de todos los colores no se ha agotado.

Pero, sobre todo, es un pacto que pretende abortar gobiernos que pongan en marcha un futuro democrático, de progreso y de izquierdas, por el que viene trabajando EUPV, en los que la movilización social y la ciudadanía se reconozca.Ese es el auténtico objetivo de este gran pacto: un pacto que acarrearía un retroceso democrático y social de gravísimas consecuencias, que reproduciría las políticas que nos han llevado a la pobreza, la corrupción, el caos y el desgobierno en el País Valenciano.

Enric Morera

ENRIC MORERA, coportavoz de Compromís y síndic en Les Corts

El último barómetro del CIS dio los datos más bajos conocidos de partidos mayoritarios desde hace más de 30 años. Y aparte uno más: no sabemos nada de casi el 60% de los entrevistados porque se esconden, lo que es también plusmarca, porque se sitúan en el voto blanco, el nulo, la abstención o no contestan. Algunos portavoces de PP y PSOE cuestionan la veracidad de la información pero lo que el CIS anticipa es que el sistema que ofrecen ellos ha dejado de representar a las personas. El bipartidismo suma 10 millones de electores cuando en 2008 llegó a más de 21 millones. Esto, el tinglado montado con una ley electoral injusta que blinda para los mayoritarios un 60% de los escaños en las Cortes Generales, se ha hundido se mire como se mire, porque el bipartidismo ha perdido 11,8 millones de votos desde el año 2008. 

En la Comunitat Valenciana Joan Lerma impuso el 5% para acceder al parlamento y ahora Alberto Fabra quería reducir el número de escaños supuestamente para ahorrar pero miente, como en tantas otras cosas. No les salen las cuentas para los grandes acuerdos, el del reparto del cerdo que la ciudadanía ha conocido por la crisis de las cajas y las puertas giratorias. Que los expresidentes o los ministros estén enchufados en las empresas que nos sangran cada mes ya lo sabe, como se suele decir, hasta el Tato.
 
Pese a todo, el buque navega y la orquesta toca. Aunque Fabra parezca cada día más el violinista del Titanic con un camarote de los Hermanos Marx que es el TSJ en el que los imputados ya no caben y renuncian a sus actas para ser juzgados por otros. La política es tan sucia en el sur de Europa que no está garantizada la estabilidad de los compromisos que adquirieron Zapatero y Rajoy ante la troika cambiando de común acuerdo la Constitución para garantizar los ahorros de los impositores alemanes. Ni aún sumando los dos lados del sistema: lo que acaba de suceder en Italia (Bersani, Letta, Renzi), también podrá pasar en España en la legislatura 2015-2019.  Y si pasa en España, en nuestra tierra puede ocurrir a los diez minutos.
 

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