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SITUADO EN LA CALLE CONSERVA

Antic Art, que la moda de restaurar muebles no les quite todo su valor

E. PASTOR. 02/06/2014



VALENCIA. Restaurar mobiliario ha vuelto a ponerse de moda. Ante el auge, en los últimos años, han proliferado los talleres ya que a la gente le ha vuelto a entrar el gusanillo de restaurar piezas. Sin embargo, "muy pocos saben lo que hacen", explica Ana Pérez, impulsora del taller Antic Art junto a Patricia García y casualmente ubicado en la calle Conserva de  Valencia. "Muchos hacen decoración y reciclaje de muebles, pero no son restauradores", destaca "Por ejemplo, para los lacados en blanco, que ahora se buscan mucho, es necesario saber de qué tipo de materiales está realizado el mueble para seleccionar el producto correcto a usar". Además, Ana alerta sobre decisiones para la restauración de muebles, como por ejemplo, el uso de la lija, algo que lo único que hace es eliminar el posible valor que pueda tener, ya que se le quita la antigüedad.

Licenciadas en Historia del Arte y Diplomadas en Conservación y Restauración de Bienes Cuturales en una escuela privada de Valencia, tienen experiencia profesional con clientes particulares, además de prácticas en otros talleres de restauración como el Museo Ivacor de Valencia y el M.A.T.B.C de Barcelona.

Además han realizado restauraciones de Imaginería para algunas iglesias de Valencia, como la Iglesia de la Vera y del Carmen. También han participado con Cofradías de la Semana Santa Marinera del Cabanyal en la redacción de presupuestos para concesión de ayudas para restaurar patrimonio local.

"Restauramos mobiliario antiguo, hacemos tratamientos de carcoma, mural e imaginería, entre otros servicios", apunta Ana.  Su principal reclamo es que aún conservan la técnica de la rejilla artesanal. "Nos enseñaron en una academia donde se aprendían este tipo de técnicas", destaca.

Una labor que no les compensa económicamente demasiado ya que el material llega desde Indonesia, por lo que el precio ya está bastante incrementado. "Hay que coser hilo a hilo y nadie paga esas horas". De hecho, asegura que dan el servicio simplemente por el hecho de que ese mueble siga en vida. Destaca, por ejemplo, las sillas 'thonet', muy importantes en el siglo pasado.

Además, también conservan imágenes. "Los barnices que hacemos son artesanales, como se hacía antes", asegura Ana. "Respetamos las calidades y seguimos todos los principios de restauración", apunta. Por ejemplo, es necesario respetar la obra, que lo que hagas perdure en el tiempo, pero además que todos los materiales sean reversibles. "Se tienen que poder quitar". Al margen de la rejilla también realizan sillería. "Muchas de estas piezas tienen carcoma y la gente tira los muebles porque piensa que no se pueden utilizar, algo que no es cierto". 

Entre los trabajos que más respeto les causan se encuentra la obra pictórica, porque son sobre todo del siglo XVI. "Cuando te dicen el valor que tienen sabes cuanta es la responsabilidad que tienes en mano", destaca. Respecto a las inversiones necesarias para realizar el taller, Ana asegura que no querían casarse con un banco, por este motivo con mucho ingenio han estado de albañiles y han aprendido a sanerar paredes o a poner la electricidad.

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