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VALENCIA. "No hay dinero". Así de escueto lo resumía este lunes uno de los miembros del patronato de La Luz de las Imágenes. El proyecto de restauración de arte sacro, creado a imagen y semejanza de Las edades del hombre, e impulsado por el expresidente Francisco Camps cuando era conseller de Cultura, desaparece tras quince años de existencia.
Este año mantiene aún abierta una exposición, la dedicada a las poblaciones de Culla, Benicarló, Catí y Vinaròs. Será la última. La reunión del patronato celebrada en la mañana de este lunes ha concluido con el inicio de los trámites para la extinción de la Fundación, así como los trámites del Expediente de Regulación de Empleo por disolución que afectará a 36 empleados.
La decisión ha sido aprobada por mayoría. De los diez patronos siete han apoyado el cese de las actividades de la fundación, ha habido dos abstenciones y sólo ha habido un voto en contra, informa Europa Press. Un patrono consultado por CulturPlaza.com admitía que el acuerdo no se había adoptado por unanimidad, sin entrar en más detalles. En cualquier caso es el final.
Las condiciones del cese de la actividad laboral de la Fundación se concretarán al acabar el año, en el mes de diciembre. Algunos patronos quieren que se mantenga la marca Luz de las Imágenes, según explicó una las fuentes consultadas. Después de 15 años de existencia, 10 exposiciones, más de 102 millones de euros invertidos en restaurar edificios civiles y arte sacro, después de casi cuatro millones de visitantes (3,88 a falta de contabilizar la última muestra), son muchos los que consideran que no debe perderse el nombre. "Aunque sea a nivel más modesto, pero deberíamos intentar conservar el logo", comentaban.
El cierre de La Luz de las Imágenes será paulatino. En la actualidad los trabajadores se encuentran en los talleres de Bétera y, conforme se vaya cerrando el acuerdo para el cese de la fundación, irán desalojando las naves cedidas por la Diputación de Valencia, en las instalaciones del antiguo sanatorio, donde a lo largo de estos años se han restaurado miles de piezas de arte de toda la Comunidad Valenciana.
Desde que inició su andadura en la Catedral de Valencia hace ahora tres lustros con la muestra dedicada a la Archidiócesis de Valencia, en la que se invirtieron 3,33 millones de euros y que fue visitada por 398.463 personas, La Luz de las Imágenes se había labrado un cierto prestigio y, sobre todo, un nombre entre la ciudadanía por sus actuaciones espectaculares que en algunos casos han remozado los espacios donde se realizaban las exposiciones.
El concepto, muy vinculado a la Iglesia, pasaba por centrarse en una diócesis y efectuar acciones de restauración que sirvieran para rescatar obras muebles y bienes inmuebles, la mayoría de propiedad eclesiástica. Los inmuebles albergaban después la exposición de las obras muebles restauradas, ya fueran pinturas, esculturas o ropas eclesiales con centenares de años de antigüedad.
LA EXPOSICIÓN MÁS CARA: ORIHUELA; LA MÁS VISTA: XÀTIVA
La exposición más cara fue la tercera, la de Orihuela, que llegó a tener un coste de 19,5 millones de euros, de los cuales 7,2 fueron aportados por la Conselleria de Infraestructuras. La más barata, la primera, que resultó económica, eficaz y popular, y contribuyó a lanzar una iniciativa que con el paso de los años se había consolidado.
El punto cumbre de La luz de las imágenes ha sido la exposición que se celebró en Xàtiva en 2007, 300 años después de la quema de la ciudad a manos de las tropas de Felipe V. La muestra logró congregar a 574.232 espectadores y quedó por delante de la segunda exposición en Valencia, que tuvo lugar entre 2009 y 2010 y que bajo el título La gloria del Barroco atrajo la atención de 572.658 visitantes.
La Fundación de La Luz de las Imágenes se hallaba en la actualidad dirigida por la periodista Carmen Díaz Quintero, gerente de la misma y que fue imputada en el caso Gürtel. 
Si bien la consellera María José Català pensó en su momento en cesarla, el apoyo del patronato y su negativa a dimitir hizo que se la mantuviera en su puesto.
Han sido finalmente los problemas financieros los que han llevado al traste a la Fundación. La última exposición que ha organizado la entidad, Pulchra Magistri, ha supuesto una partida de poco más de cuatro millones de euros, exactamente 4,005 millones. La Generalitat no puede financiar siquiera ni eso en 2015. El estrangulamiento económico es absoluto. "No hay dinero", decía el patrono.
A ello se une una cierta pérdida de la exclusividad. Cuando se puso en marcha era la única entidad dedicada específicamente a la restauración de bienes artísticos. "Su función básica, en cierto modo la cubre ahora el IVACOR", explicaba este lunes un alto cargo de la Conselleria de Cultura, "y la decisión de extinguirla ya estaba tomada hace tiempo".
En concreto aludía al decreto Ley 7/2012, de 19 de octubre del Consell, de Medidas de Reestructuración y Racionalización del Sector Público Empresarial y Fundacional de la Generalitat, en el que se señalaba en su artículo 14 que se autorizaba la extinción de la Fundación de La Luz de las Imágenes y que sus funciones en relación con la conservación y restauración de edificios monumentales y bienes de interés cultural, serían asumidas por CulturArts. "Ya habían restaurado todo lo que tenían que restaurar", añadía.
Mientras, otra fuente consultada lo lamentaba por los trabajadores pero recordaba que la decisión se adoptaba ante la "imposibilidad" de mantener la viabilidad del proyecto. Con la desaparición de los patrocinios y subvenciones, la Fundación a duras penas podía mantener su actual estructura.
En cierto modo su final es muy simbólico. Fue el primer gran proyecto cultural nacido en la Generalitat bajo mandato del PP. No han servido los premios internacionales ni reconocimientos como el de la Unión Europea, que le concedió en 2009 el Europa Nostra por su "contribución ejemplar" a la conservación del Patrimonio. Ante la ausencia de patrocinios privados y la incapacidad de generar ingresos que la hagan sostenible, la Generalitat ha decidido finalmente cerrarla. Para siempre.
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