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LAS OTRAS VACACIONES

Los destinos imprescindibles del turismo paranormal

JAVIER CAVANILLES. 05/07/2014 La época estival es el mejor momento del año para hacer turismo. Aquí va una lista con los diez destinos más paranormales del mundo

VALENCIA. El verano ya llegó, y la fiesta comenzó. Ahora sólo falta buscar el lugar idóneo para pasar unos días de asuetos. Si lo que se busca son emociones fuertes, aquí va una lista con los diez destinos más paranormales del mundo.

Área 51 (Nevada, EEUU): Sin duda, el kilómetro ‘0' de la conspiranoia. Cuenta la leyenda que aquí guarda la CIA un marciano en un tapperware (el que inspiró el personaje de Roger Smith en Padre de Familia). Durante años, fue el secreto (a gritos) mejor guardado del mundo. Aunque la CIA comenzó a utilizarlo en 1955, la Casa Blanca no admitió su existencia hasta 2003 (después de que salieran fotos en Google Earth) y hubo que esperar a diciembre del año pasado para que un presidente pronunciara su nombre.

En ‘El Rancho' se probaban los prototipos secretos de la Fuerza Aérea (U2, F-117....) que, oficialmente, no existían así que cada lucecita que se veía por la zona era tomada por un ovni.

No es recomendable acercarse mucho so pena de acabar detenido, como comprobó Indiana Jones en La calavera de cristal, pero los carteles de "Área Restringida" dan para hacerse una foto. Está a tiro de piedra de Las Vegas, un buen lugar para redondear la jornada.

Beechworth Asylum (Beechworth, Australia)

También conocido como el Mayday Hills Lunatic Asylum, está considerado, sobre todo por su actuales propietarios (la  Latrobe University) como el lugar más encantado (que no encantador) del mundo. Un título que sólo reclaman otros 50.000 sitios.

Tras 125 años funcionando, cerró sus puertas en 1995. La mala fama le viene porque para ser ingresado eran necesario la firma de dos doctores; para salir, la de ocho. Es decir, que era casi imposible. Tenía cerca de 1.200 internos, que oscilaban entre locos de atar a simples prisioneros molestos. Como era autosuficiente (cultivaban su propia comida), los rumores sobre lo que allí pasaba eran muchos, aunque en su larga historia sólo hay constancia de que murieran asesinadas dos internas, aunque sí es verdad que los electroshocks y las camisas de fuerza eran el menú de cada día (hasta los años 50).

Por lo visto, los creadores de American Horror Story lo citaron como una de sus referencias para la segunda parte (titulada Asylum) lo que probablemente se haya traducido en ingresos para los noches de fantasmas que se organizan para turistas. Punto débil: está un pelín lejos.

Las Caras de Bélmez (Bélmez de la Moraleda, Jaén)

Es la aportación patria a esta lista y no podría ser más cutre. En 1971, una mujer -María Gómez Cámara- se dejó engañar por una broma urdida por uno de sus hijos quien  pintó en el suelo de la cocina una réplica de la Santa Faz que se guarda en la Catedral de Jaén.

Los vecinos de los pueblos vecinos acudieron como moscas a ver el prodigio (tan misterioso como las apariciones de Elvis en una tostada), y luego llegaron de Madrid los investigadores de turno que dijeron que aquello era lo más paranormal que habían visto en su vida. Hace un par de años, el Ayuntamiento decidió dedicarle un museo con el pomposo nombre de Centro de Interpretación de las Caras a ver si sacaban algo de la taquilla.

Costó unos 800.000 euros en fondos públicos (sobre todo europeos) y los cálculos más optimistas afirman que la inversión se recuperará más o menos cuando el Sol deje de brillar. Un monumento a la España cañi.

El Castillo de Coral (Florida, EEUU)

Hay dos motivos que justifican visitar este monumento al amor verdadero: está registrado como lugar histórico en EEUU y Billy Idol le dedicó la canción Sweet Sixteen. Cuando la joven Agnes Scuffs decidió abandonar a su novio, Edward Leedskalnin, este tomo una decisión: dedicar 28 años de su vida a construir, sin ayuda de nadie, un jardín de coral que suma en total 1.200 toneladas de peso. Lo curioso no es que nadie viera cómo lo hizo, sino que cuando llevaba diez años se quedó sin terreno y trasladó la construcción a un lugar ubicado a 16 kilómetros él solito.

Durante años se especuló con que el misterioso constructor -autodidacta, bajito y delgado- utilizó algún misterioso procedimiento para llevar a cabo su obra (¿magnetismo inverso? ¿poder mental?) y, aunque hoy se sabe cómo lo hizo, no deja de asombrar. Una de las puertas al jardín, una especie de observatorio astrológico, se estropeó y todavía no se ha conseguido replicar el curioso mecanismo para lograr que una piedra de más de una tonelada pueda moverse con una mano y encajar perfectamente.

Castillo de Wewelsburg (Renania del Norte-Wesfalia, Alemania)

Una pena que libros como El retorno de los brujos (Louis Pauwels y Jacques Bergier, 1960) exageraran hasta el ridículo qué peso tuvo el ocultismo en el origen y primeros años del ascenso del nazismo. Aunque la mayoría de magos, videntes... acabó en campos de concentración, no es menos cierto que  Heinrich Himmler (comandante de las SS) era un auténtico obseso del tema.

En 1934, el ínclito se hizo con el castillo de Wewelsburg y lo convirtió en un auténtico templo dedicado al culto, a los inexistentes orígenes de la raza aria y campo de entrenamiento de sus fanáticas legiones, y lugar donde llevaban a cabo extraños ritos.

Quiso convertirlo en el "Centro del Mundo", desde el que irradiar su ideología y se fijó en las leyendas artúricas para tematizarlo. Si el nazismo fue una locura, este fue su manicomio.

Centro de la Tierra (Centro, Tierra): Un destino muy apetecible (por el fresquito) y poco visitado es el centro de la Tierra al que se accede desde las aperturas que existen en cada uno de los lados. Sin embargo, para engañarnos, están cubiertos con una tela blanca para que parezca nieve.

Afortunadamente, en la época de Internet los buscadores de la verdad han conseguido recuperar la teoría la teorías que enunció, por primera vez, el científico Edmund Halley a finales del siglo XVII, aunque ya aparece mencionada en la Biblia. Dentro hay de todo menos cobertura: selvas, soles, mares, intraterrestres, supervivientes de la Atlántida y distintos animales mitológicos. Un consejo: antes de ir, consultar horarios de apertura.

El Lago Ness (Higlands, Escocia)

Cuenta la leyenda que en este lago vive una lagartija gigante muy tímida, y lo único que hay son fotos borrosas que podrían ser cualquier cosa. Aunque la historia viene de la edad media (y que la mayoría de lagos de la zona tiene historias similares), la dinosauria (se supone que es hembra) de este lago es la más famosa. Hasta Jacques Cousteau se pasó por el lugar para intentar resolver el inexistente misterio.

Es la cuna del turismo paranormal (en su versión criptozoológica) por excelencia. El avistamiento moderno (en 1933) corresponde al señor y la señora Mackay quien, casualidad, eran los encargados del Hotel Drumnadrochit. Como nota curiosa, sobre el lago está la mítica Boleskine House, donde hizo sus pinitos como mago chalado el gran Aleister Crowley y que luego perteneció al plagiador en serie Jimmy Page (guitarra de Led Zeppelin).

Lily Dale (Nueva York, EEUU)

La capital mundial del espiritismo. En 1916, un grupo de videntes decidió trasladar la casa donde nacieron las hermanas Fox (las creadoras del espiritismo moderno) a esta pequeña localidad, y desde entonces acuden allí, como moscas a la miel, los videntes y timadores (valga la redundancia) de todo el planeta. La Mansión Fox sigue siendo unas de sus principales atracciones, y que se quemara en 1950 es simplemente anecdótico.

De sus cerca de 300 habitantes, más de 50 están censados como médiums. Es, además, la sede la Asociación Nacional de Iglesias Espíritas de Estados Unidos, así que hay que imaginárselo como una especie de parque de atracciones al que, por supuesto, hay que pagar con dinero de este mundo (la entrada más barata es de 6 dólares por media jornada) pero como lo importante es el buen rollo también aceptan donaciones. Tiene su museo, sus templos, su jardín encantado y, por supuesto, su tienda de souvenirs.

Roswell (Nuevo México, EEUU)

En junio de 1947, en la prehistoria de la ufología, algo muy misterioso se piñó en un rancho de Roswell. Un grupo de militares se apresuró a decir que aquello eran los restos de un platillo volante... en un momento en el que el ejército había prometido una recompensa al que encontrara pruebas fiables de que nos visitaban los marcianos.

La historia se olvidó hasta que, en los años 80, el libro El Incidente Roswell, lo sacó del olvido. Hay indicios bastante sólidos que apunta que el revival fue orquestado por el AFOSI (la agencia de inteligencia de la Fuerza Aérea) pero eso da igual: todos los años la población organiza una fiesta (es este fin de semana) a la que acude lo más granado de la parroquia friki mundial.

Como el incidente es tan confuso, los turistas pueden visitar los dos lugares en los que se produjo el auténtico accidente. Eso no es nada, la escritora Annie Jacobsen aseguró en un libro que en realidad se trataba de un prototipo nazi robado por los rusos y que los tripulantes eran niños a los que Josef Mengele había hecho la cirugía estética. Que esté sobradamente demostrado que los famosos restos alienígenas eran trozos de un globo para detectar posibles ensayos nucleares soviéticos es lo de menos.

Triángulo de las Bermudas (Océano Atlántico)

Sin duda, el mejor sitio para hacer una investigación paranormal en bañador y a golpe de caipiriña. El Triángulo de las Bermudas es una zona que conecta las famosas islas, Puerto Rico y Florida, y es tan trola que en realidad sólo existe en la imaginación de algunos (geográficamente, es sólo una zona del océano atlántico sin nombre oficial).

Se puso de moda a medidos de los 75 como un lugar en el que desaparecían barcos y aviones a cascoporro, lo que es absolutamente falso. Desde entonces, han aparecido varias ciudades sumergidas (¿restos de la Atlántida?) de las que no hay más constancia que las fotos que alguno sube a Internet. Es tan misterioso el fenómeno que fue un bibliotecario de Texas (sin pisar jamás la zona) el que descubrió que la mayoría de los barcos desparecidos: a) nunca existieron b) nunca desaparecieron c) se hundieron fuera de la zona.

Últimamente, está de capa caída pero las playas valen la pena el viaje.

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