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VALENCIA (EFE). La Federación de Empresas Contratistas de Obras de la Administración (Fecoval) y la Cámara de Contratistas reclaman a la Generalitat y a los ayuntamientos valencianos una deuda de 151.829.764 euros contraída con unas treinta empresas de la Comunitat.

Según han explicado en rueda de prensa el presidente de Fecoval, José Luis Santa Isabel, y el director gerente de la Cámara de Contratistas, Manuel Miñés, debido a que la Generalitat no ha contabilizado el total de la deuda, en estos momentos sólo se podrían cobrar, a través del fondo de liquidez autonómica (FLA), alrededor de 80 millones.

Los volúmenes de deuda más destacados son los que acumula la Conselleria de Infraestructuras (65,4 millones), Sanidad (16,7), Educación (12,3), Economía (8,6), Presidencia y Agricultura (8,7), CACSA (7,5) y el Ayuntamiento de Castellón (2,5).

Para el presidente de Fecoval, "la unión de los empresarios valencianos para reclamar algo que es fundamental para la Comunitat es un hito, es un momento histórico, estamos en la misma situación de desesperación".

A su juicio, la falta de inversión en la Comunitat ha provocado la pérdida de 180.000 empleos, 130.000 de los cuales se habrían evitado "si se hubiese mantenido la inversión en la media nacional".

Estas organizaciones han cifrado en 6.300 millones de euros el déficit de inversiones en la Comunitat desde el año 2000, y en consecuencia reclaman una inversión de 9.800 millones de euros durante los próximos 10 años.

"Y que se apruebe el Estatuto con la cláusula que protege las inversiones. Los diputados han de defender lo que se aprueba aquí, que para eso fueron votados. A veces se les olvida", ha añadido Miñés.

Entre enero y mayo, el peso de la Comunitat en el total de la licitación nacional ha sido del 3,3 por ciento, mientras que Andalucía ha acumulado el 18 por ciento, Extremadura el 7,9 % y Galicia el 7,8 %, ha indicado.

"La Generalitat ha recibido del plan de pago a proveedores 7.518 millones de euros entre 2012 y 2013, y otros 12.099 millones del FLA", según Fecoval y la Cámara de Contratistas, que lamentan que no se haya atendido deuda con una antigüedad de hasta cinco años.

Asimismo, han expresado su malestar porque, pese a que presentan las facturas de forma electrónica, hay consellerías que "siguen pidiendo papel" y "no informan a Hacienda de las certificaciones".

"Moragues hace todo lo que puede, pero no tiene nada en el bolsillo", añade Santa Isabel, quien detalla que "la deuda de la Comunitat, según el Banco de España, asciende a 33.864 millones de euros, y el 60 por ciento se lo debe al Estado".

Según Manuel Miñes: "ya dijimos que no queríamos Plan Confianza ni Plan Zapatero" y ha aludido a la duplicidad de muchas instalaciones en municipios que ahora están cerradas "porque no hay ni para cloro", ha dicho al utilizar el ejemplo de las piscinas cubiertas.

Asimismo, ha reconocido que las empresas constructoras han llegado a recibir "coacciones" para finalizar las obras de rehabilitación del barrio de Ruzafa en Valencia.

"Había cinco peones y 20 técnicos", porque según Miñes el Ayuntamiento ha subcontratado las obras y "quizá se podrían haber arreglado 22 calles en vez de 20".

A su juicio, es necesario que los políticos valencianos "se pongan colorados y digan a Montoro que, por culpa de quien sea, se debe tanto".

"Los 1.000 millones anuales que pide Moragues para cumplir con el déficit es otro debate, pero ahí no hay ni un euro para inversión, y así es inviable salir de la crisis", según Miñes, que añade que pida 1.500 y garantice la inversión en infraestructuras.

"Pedimos que la construcción sea considerada como bien social, de lo contrario no se acabará con la crisis. Ajustar no significa dejar de invertir, sino reestructurar el Estado para que no sea una carga", ha añadido Santa Isabel, quien no cree que en la Comunitat se haya "despilfarrado".

Por su parte, Miñés ha apuntado: "la Generalitat, por acción o por omisión, se ha metido en camisa de once varas con muchas cosas por no ponerse colorada ante el Gobierno central. Zaplana porque aspiraba a la vicepresidencia del Gobierno, Camps guiado por su bondad infinita no quiso ver números o no se los enseñaba el conseller de Hacienda para no darle disgustos, y el presidente de ahora se ha encontrado un marrón muy serio".