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Sin I+D,
España, un país de segunda división

CARLOS DÍAZ GÜELL. 30/07/2014

MADRID. Si nadie lo remedia, España se dirige inexorablemente a ser definitivamente un país de camareros, albañiles, burócratas y jubilados. Tan provocadora como temeraria reflexión, con independencia de quien la haya pronunciado, podría llegar a ser cierta si este país continúa alejándose de Europa en sus indicadores de I+D e innovación y, más aún, que la parte pública haya sido la que más se ha deteriorado.

La consecuencia más importante de ello está siendo el envejecimiento de los investigadores y de los aparatos y equipos de investigación, que no se renuevan y aunque el número de empresas que realizan I+D se ha mantenido constante a pesar de la crisis, no son más de 12.000 las empresas que se preocupan de este trascendental capítulo en el desarrollo de un país, cuando para una economía como la española esta cifra debería ser, al menos, cuatro veces mayor.

Tan preocupante conclusión emerge al calor de la presentación del Informe Cotec 2014 sobre tecnología e innovación en España presentado hace unos dias en donde se dice que el gasto en I+D ejecutado en 2012 equivale al 1,30 % del PIB, frente al 1,36 % de 2011, lo que supone volver a niveles inferiores a los de 2008.

El Informe Cotec, Fundación para la Innovación Tecnológica, creada en 1990 a sugerencia del anterior monarca con objeto de potenciar en nuestro país la cultura de la innovación basada en la tecnología, es especialmente alarmante cuando señala que se sigue manteniendo la divergencia de los gastos de I+D españoles con los de los países tomados habitualmente como referencia.

En dólares PPC (Paridad de Poder de Compra), respecto a 2008 el gasto español en 2012, último año del que se dispone de datos estadísticos, ha caído un 4,2%, mientras que en el conjunto de los cinco países (Alemania, Francia, Italia, Reino Unido y Polonia) ha crecido un 16,4%. El gasto en I+D por habitante fue en 2012 el 64% del promedio de los cinco países citados, cuando en 2008 era el 78%.

Para cerrar el ciclo de miserias relacionadas a este asunto, Cotec pone de relieve, en relación al gasto en I+D respecto al PIB, que en 2012, la distancia que separaba a España de los promedios de la OCDE y de la UE-28 era de 1,10 y 0,66 puntos porcentuales, mientras que dos años antes, en 2010, era de 0,94 y 0,51 puntos, respectivamente.

Para terminar, un diagnóstico sobre los aspectos en donde se falla clamorosamente:

• Insuficiente apoyo de las administraciones a las políticas públicas de investigación, desarrollo tecnológico e innovación.

• Falta de cultura en los mercados financieros españoles para la financiación de la innovación.

• Escasos recursos financieros y humanos dedicados por las empresas a esta actividad.

Los expertos podían, sin duda, haber sido más locuaces en la enumeración de déficits que España tiene en materia de I+D+i, máxime cuando una mayoría de expertos convienen en apuntar que un cambio en el desarrollo tecnológico e investigador en España no es posible sin un acuerdo de Estado entre las fuerzas políticas, algo que se ha demostrado tan imposible como llegar a pactos en materia educativa a todos los niveles desde 1978 y ahí residen casi todos los males que aquejan a este importante capítulo.

De ahí, se derivan muchos de los males de la economía española y la razón fundamental de que la crisis haya afectado tan severamente a nuestro país, y que no es otra que contar con un sistema productivo no suficientemente basado en la investigación y la innovación, algo que pese a haber sido reiteradamente denunciado no parece estar en la lista de prioridades de nuestros gobernantes. Y la prueba está en que el gasto español en I+D+i con respecto al PIB sigue bajando. En términos relativos la inversión en 2013 ha descendido a niveles de 2002.

Pese a que muchos defienden un tiempo pasado, cuando durante el periodo 2002-2008, España duplicó en términos absolutos su gasto interno en I+D y en términos relativos, su inversión pasó de un 0,99% del PIB a un 1,35%, alcanzándose a finales de 2009 su máximo nivel situándose en un 1,39%, voces críticas cuestionan que durante esa etapa se aumentó el gasto, pero no la productividad y los resultados aplicados y que la definición de una política de I+D+i sigue siendo un pequeño gran desastre en una España autonómica de siempre difícil coordinación.

Pero como dicen quienes de ésto saben, España apostó por la ciencia pero nunca llegó a estar a la altura de su entorno y siempre sus mejores ratios estuvieron por debajo de la media europea, que se sitúa en torno al 2% (con Finlandia a la cabeza con un valor cercano al 4% - 3,94%) y muy lejos de los niveles de los países de referencia en creación de conocimiento que lo hacían en torno al 3%. La Europa de los 27 invirtió de media en ese mismo periodo un 2,02% en I+D. Ese mismo año, Japón lo hacía en un 3,36% y EEUU en un 2,87%.

En estas condiciones, el futuro para España adquiere un tono lúgubre, ya que nos olvidamos con pasmosa facilidad de algo que los expertos señalan con contundencia al recordar que en un mundo globalizado, los países más desarrollados necesitan del conocimiento y de la ciencia para mantener su ventaja económica y social.

Los más desarrollados ya no pueden competir por precio al encontrarse con países que ofrecen mano de obra más barata como tampoco hay que olvidar que los países que compiten por precio de mano de obra también están apostando por la ciencia para garantizar su crecimiento. China invierte un porcentaje en I+D mayor que el de España y, cada año, aumenta este porcentaje para garantizar su futuro competitivo.

Hoy como ayer continúa estando vigente una conclusión tan repetida como importante: España empezará a encontrarse con un cierto futuro cuando gaste más en investigación y desarrollo que en quinielas y loterías.

La frase es tan cierta como impactante, aunque no sea simpática para consumo domestico y resulte tan demoledora como precisa, como lo es la afirmación que pone de relieve que el problema de nuestro país no es tanto crecer como desarrollarse o lo que es lo mismo fomentar la calidad frente a cantidad; el solomillo frente a las patatas guisadas.

¡Pues eso!

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1 comentario

sanmarfu escribió
01/10/2014 11:38

Hace año y medio publiqué un artículo en un blog que habla exactamente de lo mismo, entre otras cosas... http://hablemosdeconomia.wordpress.com/2013/01/25/demonimacion-de-origen-espana/ Gran artículo, le doy mi enhorabuena.

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