X AVISO DE COOKIES: Este sitio web hace uso de cookies con la finalidad de recopilar datos estadísticos anónimos de uso de la web, así como la mejora del funcionamiento y personalización de la experiencia de navegación del usuario. Aceptar Más información
GRUPO PLAZA
LA ESCOPETA VALENCIANA

La hora de González Pons

JOAQUIM CLEMENTE . 19/08/2014 El ahora eurodiputado del PP prometió, naranja en mano, defender en Bruselas los intereses valencianos. ¿O fue solo demagogia electoral?

VALENCIA. "Me llevaré una naranja a Bruselas para recordar cuáles son mis orígenes y mis obligaciones". El pasado 22 de mayo, en plena campaña de las elecciones europeas el entonces candidato y ahora eurodiputado Esteban González Pons echó mano de un truco para asegurarse fotos y titulares. En un acto que evocaba al fallecido Vicente González Lizondo, el político valenciano mostró una naranja al auditorio y se comprometió a defender los intereses de su tierra.

Pues bien, ha llegado su hora. La Comisión Europea, haciendo gala de una extraña tradición comunitaria por la que los cítricos son una cosa extraña que los comisarios deben pensar se producen en China, dejó fuera de las ayudas por el veto de Rusia a las naranjas, mandarinas, limones o pomelos. No hay razón escrita para ello, como tampoco la hay muy clara para las frutas y hortalizas que sí recibirán dinero a fondo perdido por no poder exportar a Rusia.

Es posible que en Bruselas piensen -dejando ya de la lado su conocimiento sobre el sector agrario- que los citricultores españoles han sabido siempre sacarse las castañas del fuego por su cuenta. Las ayudas comunitarias a la naranja prácticamente se limitan a los fondos que se destinan para la transformación de aquellos frutos que no son adecuados para el comercio en fresco.

Es cierto que los agricultores valencianos llevan décadas peleando en los mercados con las normas del comercio y sin ayudas. Pero los cada vez más estrechos márgenes que se consiguen por la producción puede que no soporten obstáculos añadidos. Si no hay ayudas directas, como ocurre para la agricultura deficitaria, al menos que en momentos como el de este veto, el campo valenciano no sea discriminado por Europa.

Y es aquí donde entran los eurodiputados españoles que no deberían olvidar que no solo se produce trigo o aceitunas en España. Y como fue el propio González Pons el que, naranja en mano, prometió defender esos intereses, habrá que reclamarle que lo haga, tratando de hacer entender a los dirigentes comunitarios que no pueden dejar fuera a un sector como el naranjero.

De lo contrario, el gesto de González Pons habrá de ser entendido como pura demagogia electoral que se olvida al día siguiente de conseguido el voto. Y no será eso, ¿verdad, señor eurodiputado? 

 

Comparte esta noticia

2 comentarios

Toni escribió
19/08/2014 17:54

Tan hilarante que pareció cuando Vicente González Lizondo (UV) lo hizo y parece que no fue tan mala idea (como impacto visual-político)...

Carlos escribió
19/08/2014 16:41

Conociendo al elemento, demagogia pura y dura, también dijo en campaña de las generales que durante el primer año el PP crearía, creo recordar, 3 millones de empleos y de momento nada de nada... Éste los únicos intereses que defiende son los suyos propios y de sus amigos. Como dice el refrán: Prometer hasta meter y, una vez metido, nada de lo prometido

Escribe un comentario

Tu email nunca será publicado o compartido. Los campos con * son obligatorios. Los comentarios deben ser aprobados por el administrador antes de ser publicados.

publicidad