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CAMBIO EN LA IGLESIA CATÓLICA

Antonio Cañizares, un intelectual y guardián de la fe para Valencia

CARLOS AIMEUR. 29/08/2014 El Papa elige al cardenal que aseguró en 2009 que es peor abortar que abusar de niños

Francisco Camps abraza a Cañizares en presencia de Osoro en 2010.

VALENCIA. El nombramiento del cardenal Antonio Cañizares (Utiel, 1945) como nuevo arzobispo de Valencia supone un relativo giro a la derecha en la archidiócesis de Valencia; relativo porque no cabe hablar de cambio de corriente en el seno de la archidiócesis. El nuevo arzobispo de Madrid, Carlos Osoro, que tan buen sabor de boca ha dejado en Valencia, era un hombre próximo a los Kikos, al Opus Dei y a los propagandistas. Era tan conservador como su antecesor, el difunto Agustín García-Gasco, tan conservador como se espera de un alto dignatario de la Iglesia Católica, y tan conservador como se espera que sea Cañizares.

Realmente el único cambio importante que había realizado Osoro con respecto a su predecesor era el de las formas, el del trato humano. García-Gasco mostraba una notable querencia por reunirse con políticos del PP a los que les gustaba bendecir, tendía a ser distante en el trato y estaba tan encerrado en sí mismo y su séquito que hasta desde el arzobispado admitían que el malogrado cardenal no salía mucho del palacio arzobispal.

Osoro, por el contrario, se ha mostrado en todo momento más accesible y desde que llegó ha gastado bromas. Le gustaba comprarse sus maquinillas de afeitar personalmente y entre sus deseos estaban ir a Mestalla a ver a David Villa, entonces en las filas del Valencia Club de Fútbol, por quien tenía simpatía desde que fue arzobispo de Oviedo. "Era cercano, sabía estar próximo", explica un miembro de una congregación religiosa.

Pero, y ésa ha sido una crítica habitual hacia el nuevo arzobispo de Madrid, su perfil intelectual ha sido más bien discreto. Osoro, dicen las fuentes consultadas, ha sido una persona más de "hacer archidiócesis, de acercarse a la iglesia de base", que de estudios teológicos. Ésa, dicen todos, ha sido su principal virtud: Estar con los curas, las monjas, apoyar a Cáritas..., estar con la iglesia de base y eludir cualquier tipo de debate. Por todo ello son muchos los que lamentaban este jueves su marcha de Valencia. Se ha ido alguien que se ha hecho querer.

Frente al carácter político de García-Gasco y el popular de Osoro, Cañizares, el nuevo arzobispo de Valencia se yergue como una opción más intelectual. Hombre de una profunda cultura, el de Utiel es miembro numerario de la Real Academia de la Historia desde diciembre de 2006 y fue el responsable de fundar en 1994 la Universidad Católica de Ávila, de la que es doctor honoris causa. Asimismo ha sido investido como honoris causa por la Universidad Católica de Murcia, por la Universidad CEU Cardenal Herrera en Valencia y por la Universidad Católica de Valencia.

De ahí que con su llegada muchos den por seguro que la Universidad Católica de Valencia recibirá un nuevo impulso y se volcará en una mayor colaboración el CEU. El mismo Cañizares lo ha dejado ya entrever. En una larga carta de 15 puntos enviada desde Roma a los feligreses valencianos, hecha pública este jueves por el Arzobispado de Valencia, el nuevo arzobispo menciona explícitamente a la unión "codo con codo" entre esta universidad de la iglesia valenciana, "joven, pero madura", con la universidad de los propagandistas y con "las universidades del Estado" (sic), en alusión a las universidades de València y la Politécnica.

ABORTAR ES PEOR QUE ABUSAR DE UN NIÑO

La llegada de Cañizares a Valencia es vista con cierto escepticismo por los sectores más progresistas de la iglesia valenciana. No por hechos concretos, sino por impresiones. El actual arzobispo de Valencia fue el encargado de negociar en diversas ocasiones con el Gobierno de Rodríguez Zapatero, y también fue el protagonista de agrias polémicas por algunas declaraciones muy desafortunadas.

La más destacada de todas ellas se produjo en mayo de 2009 cuando afirmó, en relación a los abusos a menores en algunas congregaciones religiosas: "No es comparable lo que haya podido pasar en unos cuantos colegios, con los millones de vidas destruidas por el aborto". Las críticas arreciaron y Cañizares optó por un discreto silencio.

No era la primera vez que Cañizares se desmarcaba con unas declaraciones que irritaban a los sectores más progresistas de la sociedad. Ya en 2008, a los dos días de la segunda victoria de Rodríguez Zapatero, el entonces cardenal arzobispo de Toledo y Primado de España concedió una entrevista en la que aseguró que en Occidente se estaba dando una "revolución cultural laicista" de la que España era "la avanzadilla" con "leyes de género que van más allá del feminismo tradicional".

VUELVE PREOCUPADO POR LA UNIDAD DE ESPAÑA

Las primeras declaraciones tras su nombramiento ya avanzan que Cañizares no va a ocultarse. En la carta remitida desde Roma, donde se hallaba el cardenal, aseguraba sentirse preocupado por la unidad tanto de la iglesia como del país, que se enfrenta a su juicio a "decisivos problemas" afectado todavía "por una severa crisis económica a la que subyace otra moral y humana". "Vuelvo a España, insertado y enraizado en Valencia, con un gran desafío que no puedo omitir y apremia: la unidad", añadía.

Cañizares aseguraba que apostará por la unidad en la Iglesia, "como una piña", para evangelizar y así "recobrar el vigor de una fe vivida", pero también unidad "en un proyecto común" en que el que quepan todos. A su juicio, "es un desafío para España y también de la Iglesia que en ella peregrina". "Vuelvo a Valencia, vuelvo a España y llevo conmigo una gran preocupación: España misma", aseguraba.

ORGULLOSO DE VALENCIA, PERO SIN HABLAR VALENCIANO

Cañizares evocaba asimismo en este carta su valencianía ("es mi tierra" aseguraba en ella) y aunque se mostraba orgulloso de sus raíces, es el primer arzobispo valenciano en 91 años, admitía que no habla valenciano, "pero que espero me enseñéis vosotros a hablarla bien y pronto" reclamaba a los feligreses de la archidiócesis. Igualmente, se refería a la Comunitat Valenciana como Región Valenciana, un término con una clara significación conservadora, en un gesto que ha decepcionado a parte de la iglesia valenciana progresista.

Cañizares ha sido hasta ahora prefecto de la Congregación para el Culto Divino y Disciplina de los Sacramentos. El cardenal, auténtico guardián de la fe, es doctor en Teología con la especialidad en catequesis por la Universidad Pontificia de Salamanca y fue ordenado sacerdote en 1970. Ha sido obispo de Ávila, miembro de la Congregación para la Doctrina de la Fe, arzobispo de Granada y arzobispo de Toledo, y en marzo de 2006 fue nombrado cardenal en el primer consistorio convocado por el papa Benedicto XVI. Fue candidato a ser arzobispo de Barcelona, pero parte de la iglesia catalana mostró su oposición a esta posibilidad por no ser catalán.

Su vinculación con el anterior papa es lo que más recelos despierta entre numerosos religiosos de corte progresista. Así, una fuente consultada este jueves aseguraba que, de entrada, el nuevo arzobispo de Valencia "no parece una persona muy abierta a los nuevos tiempos". Con todo, estas mismas fuentes aseguraban que "los años en el Vaticano parece que le han hecho más dialogante".

Un buen ejemplo de este cambio de actitud, dicen, fue su participación en un debate con el ex presidente Rodríguez Zapatero que se celebró en junio de 2012 en Ávila, donde aseguró que "el diálogo es necesario; nunca se pueden cerrar las puertas al diálogo con nadie". El nuevo arzobispo de Valencia presume con el ejemplo y hace gala de su buena relación el expresidente y con algunos exministros socialistas, como José Bono.

En este sentido, en la carta a la archidiócesis, Cañizares incluía un punto dedicado a todos "creyentes y no creyentes", a quienes dice tender su mano y abrir su corazón "como signo de cercanía, aprecio, respeto y ofrecimiento de mi persona y de mi ministerio pastoral, que es servicio a la unidad y amor entre todos". El punto, curiosamente, es el número 13.

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