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cambios en la conselleria

Català estrecha su círculo y se blinda con técnicos frente a Presidència

C. AIMEUR/ X. AGUAR. 20/09/2014 La consellera desoye las recomendaciones de la órbita del presidente y aboga por apoyarse en gente de su entorno, cada vez más reducido

 

VALENCIA. "Técnicos, gente que sepa de lo que se habla y con los que se pueda trabajar". Esas son las tres características que definen a los nuevos altos cargos nombrados por la consellera de Educación y Cultura, María José Català, según explicaron fuentes de su entorno.

Los hechos confirman esas palabras. Los sucesivos cambios que se han producido en el departamento de la avenida de Campanar en los últimos meses han puesto de manifiesto como, en todos los casos, ante la necesidad de buscar nombres, la portavoz del Consell ha optado por personas de su entorno, a las que conocía y, a ser posible, funcionarios de carrera o laborales vinculados a los puestos que se les encomendaba.

El último ejemplo se vivió este viernes cuando, ante la disyuntiva de tener que nombrar a un sustituto para el secretario autonómico de Cultura, Rafael Ripoll, optó por ascender a una persona de su total confianza, la directora general de CulturArts Julia Climent. No fue el único que nombre barajó, pero siempre, según fuentes consultadas, todos los candidatos fueron personas de su entorno y que se ajustaban a esta descripción.

Nadie quiere hablar de enfrentamiento con el presidente Alberto Fabra, pero ha trascendido que desde Presidència se propusieron candidatos y la consellera los desestimó. Es más, una vez Català tomó la decisión de que Climent fuera la nueva secretaria autonómica de Cultura, el entorno de la consellera recibió nuevas propuestas para el cargo de director de CulturArts.

HUBO VARIAS 'NOVIAS' PARA LOS PUESTOS

La tarde del jueves fue un cruce de llamadas entre la guardia pretoriana de Català y el Palau de la Generalitat. Por segunda vez en una semana, Català también dijo no. "Hubo varias novias", dicen, "pero la consellera quería la suya". Y en virtud de esa autonomía de mando, que el presidente le concede, impuso su propuesta.

La decisión de elegir a José Luis Moreno Maicas para director de CulturArts tenía sentido dentro de la lógica de Català. Moreno Maicas es funcionario, era hasta este viernes subdirector de la Filmoteca y, por si fuera poco, fue adjunto del anterior director de CulturArts, Manuel Tomás. Tanto Climent como Moreno Maicas comparten su bajo perfil político porque son técnicos. Y Català ahora sólo cree en ellos.

Una elección que fue bien recibida por los profesionales. Así se manifestaron, por ejemplo, desde la asociación de productores. Como apuntó su presidente Ximo Pérez este viernes en declaraciones a Europa Press, Moreno Maicas es una persona de perfil "técnico". "Ojalá todas las designaciones en la administración fueran de técnicos que conocen los temas", exclamó.

Queda por saber quién sustituirá a Moreno Maicas al frente del Instituto Valenciano del Audiovisual. Las apuestas se centran en personal de la casa, en funcionarios de la propia Filmoteca o de la Conselleria de Cultura. Es el modus operandi de una consellera que quiere acabar la legislatura sólo con funcionarios, técnicos, sin recomendados. La decisión, dicen desde Cultura, se tomará la semana que viene.

POR QUÉ SE VA LA GENTE DE EDUCACIÓN Y CULTURA

Otra cuestión a analizar es el porqué de tantas deserciones en la Conselleria de Educación y Cultura. En el transcurso de apenas unos meses, desde que dimitieron el pasado mes de julio Rafael Carbonell y Virginia Jiménez, hasta la marcha esta semana de Rafael Ripoll, Català ha visto como su organigrama se ha alterado de manera sustancial en el segundo escalafón.

En el caso de Carbonell y Jiménez, Català apostó por un cambio de piezas similar al que ha realizado este viernes. Así, movió a Manuel Tomás a Educación y trasladó a Climent al puesto de Tomás. Fue la primera maniobra de la consellera encaminada a estrechar su círculo de confianza y tenía un mensaje implícito: Nadie de fuera.

En principio será así hasta el final de la legislatura. Con todo, esta apuesta por gente de la casa tiene su contrapartida. En el caso de Climent, se da la circunstancia de que no llevaba en el cargo ni tres meses y había comenzado ahora a comprender la dinámica del ente. Su primera comparecencia pública fue hace sólo dos semanas, el 5 de septiembre, con la presentación de la programación teatral de CulturArts en el teatro Principal de Valencia.

Otro tanto sucede con Moreno Maicas. Llegó hace cuatro meses al cargo de director del IVAC, en sustitución de Nuria Cidoncha. Ha sido el director más breve de la historia de la Filmoteca por expreso deseo de Català, quien le considera una persona capaz de llevar CulturArts y quien le convenció en la misma mañana del viernes para que diera el paso. Tenía que ser él sí o sí. Como explica una fuente consultada, a Moreno Maicas "no le han propuesto el cargo, se lo han impuesto". De hecho recibió la noticia camino del festival de San Sebastián, donde tenía previsto quedarse hasta el lunes por la noche.

Son varias las circunstancias que explican este fuga masiva de altos cargos del departamento de Català. En primer lugar, la propia dinámica del Consell. De un tiempo a esta parte el gobierno de Fabra está viviendo una huida constante de altos cargos a la empresa privada. La más que previsible derrota electoral unida a la incomodidad de estar al frente de una administración sin recursos hacen que muchos opten por una vida más cómoda, apartada del escrutinio público.

A VUELTAS CON 'EL CLAN DE TORRENT'

Asimismo, hay críticas hacia la gestión interna del organigrama directivo de la Conselleria. Son muchos los que hablan del clan de Torrent, en referencia a la predisposición de la consellera a apostar por gente de su entorno o que conoció durante su mandato como alcaldesa de esta localidad. Tomás, su jefe de prensa e incluso el gerente del Palau de les Arts, Francisco Potenciano, nombrado a principios de año, son personas que trabajaron con ella en el consistorio, por citar tres ejemplos.

En ese contexto personas como Ripoll se han sentido desplazadas o incluso minusvaloradas por el equipo de Català, una sensación que es más una emoción que un hecho real, dicen desde Campanar. Ripoll era apreciado por parte del equipo de Català, plantean las fuentes consultadas, a diferencia de otras figuras como la directora del San Pío V, Paz Olmos, o el director general de Deportes, Mateo Castellà, que no son bien valorados. Pero muchas veces el aprecio no basta y Ripoll se ha ido por no sentirse parte del equipo.

Las menciones a su implicación en el caso Valmor, tangenciales ya que la responsabilidad última recaerá en ex altos cargos como la ex consellera Lola Johnson o incluso el propio presidente, molestaron al secretario autonómico que decidió, ante su escasa relevancia en la administración, aceptar la oferta de la universidad que controla el Arzobispado de Valencia.

CONSTRUYE SU FUTURO DENTRO DE UN CONSELL AGRIETADO

La consellera de Educación, Cultura y Deporte, con solo 33 años, es una de las dirigentes del PPCV con mayor proyección. Bien considerada en el ministerio de su área y con la proximidad de dirigentes de peso como el ministro José Manuel García Margallo, se encuentra en el abanico de futuribles para ejercer de líder en la formación popular.

No obstante, el encargo que ha recibido por parte de Fabra en la recta final de la legislatura es delicado. Ejercer de portavoz en un Consell que se encuentra al borde del derrumbe es una misión predestinada al desgaste político. A esta situación hay que unir las propias dificultades que conlleva una cartera como la suya, especialmente en Educación. De ahí que se esfuerce en dejar todo el área de Cultura en manos de gente de la que se pueda fiar.

Con este escenario, Català tiene como objetivo salir airosa de lo que queda de legislatura y no hipotecarse de cara al día después. No quiere ni herencias envenenadas ni problemas. Que cuando salga de Campanar nadie la pueda señalar con el dedo. Piensa en el futuro. A largo plazo.

La alianza conformada por la secretaria general del PPCV, Isabel Bonig, con los tres presidentes provinciales (José Císcar, Alfonso Rus y Javier Moliner) la han dejado unos metros por detrás en la futura recolocación si Fabra no consigue reeditar el triunfo en la Generalitat. No obstante, distintas fuentes de la formación popular creen que habrá integración a medio plazo entre Català y la corriente conformada por Bonig y las provinciales.

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2 comentarios

Antua escribió
22/09/2014 07:25

¿De escayola?, catxis la mar...

de escayola escribió
20/09/2014 14:45

parece un periódico de escayola sin noticias nuevas por falta no sera

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