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VALENCIA. El teatro y el audiovisual valenciano se levantaron este sábado con la amarga noticia de la muerte del actor Joan Molina a los 73 años de edad. Hombre encantador, entrañable, se había ganado un hueco en el corazón de los valencianos en los últimos años con su papel del alcalde Miquel Falcó en L'Alqueria Blanca, la serie más exitosa de la historia de la televisión valenciana.

Nacido el 15 de noviembre de 1940, Molina, castellonense, natural de Sant Jordi, perito industrial, descubrió el cine y la interpretación mientras trabajaba en Roma, donde fue amigo personal de Pier Paolo Passolini, a quien le cocinaba paellas según le relató en su día a la periodista Mara Calabuig, y de Vittorio Gassman, en cuya escuela estuvo estudiando dos años. A su regreso a España fue contratado por la Sociedad Argentina de Electricidad y no sería hasta los años 80, de la mano de Rafa Gallart, que se introdujo en el mundo del teatro.

A partir de entonces participó en cortometrajes, series y películas. Habitual de los escenarios valencianos, era también un nombre recurrente del doblaje y del cine hecho en y desde la Comunidad, con participaciones en películas como Tranvía a la Malvarrosa o Maestros. Igualmente, tuvo papeles en series de televisión nacionales como Hospital Central, Yo soy Bea y Doctor Mateo. Entre sus últimos trabajos destaca su personaje en la película Bestezuelas, de Carles Pastor, director con quien debutó en cine en 1996 con un pequeño papel en Una piraña en el bidé.

Su fallecimiento fue rápidamente difundido a través de las redes sociales. "Tu sonrisa y bondad estarán siempre con nosotros", apuntaba el productor Ximo Pérez. El actor Ferran Gadea, compañero de Molina en L'Alqueria Blanca lamentaba su muerte y que "una noticia que debería abrir los informativos de RTVV" no se pudiera conocer porque la televisión fue cerrada por el PP. Por su parte el cineasta Pau Martínez, director de varias temporadas de la serie, mandaba un "abrazo muy grande" a toda su familia. "Fue un placer compartir buenos momentos contigo", apuntaba.

Comprometido con la defensa del valenciano, "es una maravilla poder leer en valenciano; antes no se podía" decía, participó en la campaña que realizó en su día la Acadèmia Valenciana de la Llengua para la difusión de la lectura en valenciano. Simpático y divertido, se ganaba el afecto de sus compañeros con su colección de chistes con los que amenizaba las tradicionales esperas de los rodajes.

El funeral por el descanso del actor será este domingo a las 11 de la mañana en el tanatorio municipal de Valencia.