X AVISO DE COOKIES: Este sitio web hace uso de cookies con la finalidad de recopilar datos estadísticos anónimos de uso de la web, así como la mejora del funcionamiento y personalización de la experiencia de navegación del usuario. Aceptar Más información
GRUPO PLAZA
OPINIÓN / 'EL PEOR DE LOS TIEMPOS'

Hacia la quita de la deuda

MARIAM CAMARERO. 19/10/2014

EL PEOR DE LOS TIEMPOS

Mariam Camarero

Catedrática de Economía Aplicada y titular de una Cátedra Jean Monnet en la Universidad Jaume I de Castellón
Artículos anteriores

Comparte esta noticia

VALENCIA. Damocles era un cortesano de la corte del rey Dionisio "el viejo", un tirano que reinó en Siracusa en el siglo IV antes de Cristo. Damocles era, a la vez, adulador y envidioso. Cansado de la actitud de éste, el rey le ofreció intercambiar sus papeles por una noche para que pudiera experimentar por sí mismo sus lujos y comodidades. Se organizó un banquete y el cortesano ocupó el trono y los privilegios del soberano. Pero, de pronto, miró hacia arriba y se dio cuenta de que una espada afilada pendía sobre su cabeza, sujeta tan sólo por un pelo de crin de caballo. A partir de ese momento, no sólo perdió el apetito, sino que le pidió al rey abandonar su puesto, esgrimiendo que ya no quería seguir siendo tan privilegiado.

Esta pasada semana hemos vivido una importante caída de la Bolsa en España (y en otras plazas bursátiles de todo el mundo) causada, por un lado, por las dudas sobre las perspectivas de crecimiento y, por otro, por la situación política en Grecia, donde se puede llegar hasta un repudio de la deuda e, incluso, su salida del euro.

En España, como le pasó a Damocles al principio de su velada, hemos querido creer durante un par de años (desde el anuncio de Draghi de que haría "todo lo que hiciera falta" para defender el euro) que lo peor de la crisis había pasado y que, gracias a la demanda de la eurozona y a las ganancias en competitividad logradas, iría mejorando el crecimiento y empleo. Pero sólo hemos ganado (o perdido) tiempo.

De esta forma, lo más preocupante es que ya la pasada semana el Tesoro tuvo dificultades para colocar los títulos de deuda pública, incluso tras aumentar la remuneración ofrecida. En realidad, hemos mirado hacia arriba y hemos recordado que la deuda pública española sigue allí y se encuentra muy cercana al 100% del PIB. Llamémosla "mochila" o "espada", lo cierto es que la verdadera amenaza para la recuperación de la economía española es su exceso de endeudamiento (público y privado). Éste es un tema que he abordado en colaboraciones anteriores en Valencia Plaza (aquí y aquí).

El problema del endeudamiento puede considerarse, al menos en parte, un efecto derivado de un mal diseño institucional en la unión monetaria europea y, por tanto, precisa de respuestas comunes que permitan distribuir el coste entre países acreedores y deudores. Existen diversas propuestas sobre cómo reducir el peso de la deuda en la eurozona. Este mismo mes se publica en Cuadernos de Información Económica de FUNCAS un repaso de las citadas propuestas, en un artículo que he elaborado junto con Cecilio Tamarit.

Con el fin de ganar en claridad, cabe dividir las estrategias en dos grupos: el primero supondría algún tipo de mutualización (bien completa o parcial) de la deuda, evitando la reestructuración; el segundo grupo combina la mutualización parcial con mecanismos de reestructuración, ya sean graduales o mediante "terapia de choque".

ALTERNATIVA UNO: MUTUALIZACIÓN

En el primer grupo de propuestas se incluirían, en primer lugar, los eurobonos, una idea que se remonta a 2008, y que conlleva la creación de una nueva institución centralizada que emitiría estas obligaciones. Ello implicaría transferencias entre países y reformas institucionales, así como avances hacia la unión fiscal, por lo que no parece políticamente viable en la actualidad. En segundo lugar, en esta misma línea estaría la propuesta del 'Bono Azul', realizada por la fundación Bruegel en 2010.

En este caso se combinarían los bonos nacionales (rojos) y los eurobonos (bonos azules), los cuales resultarían del canje de bonos nacionales hasta el 60% del PIB de cada país. Los bonos nacionales se emitirían por los países por su cuenta, a un mayor coste, por lo que existiría un incentivo a reducirlos. Las limitaciones de este propuesta se derivarían de la necesidad de crear un Consejo de Estabilidad Fiscal, con responsabilidad solidaria, difícilmente aceptable por algunos países, como Alemania.

Por último, en este mismo grupo se encontraría una propuesta muy importante: la realizada en 2011 por el Consejo de Expertos Económicos del Gobierno Alemán y que consiste en crear un Fondo para la Amortización de la Deuda (European Redemption Fund o FAD en español) que incluiría la deuda de los países que excediera el 60% del PIB (lo que supondría unos 2.85 billones de euros). Parte de las condiciones impuestas por Alemania para su constitución ya se han plasmado en el Tratado de Estabilidad, Coordinación y Gobernanza y ello implicó la modificación de la Constitución Española en 2011, así como otras medidas de supervisión fiscal que ya se están aplicando.

ALTERNATIVA DOS: REESTRUCTURACIÓN

El segundo grupo de propuestas recoge diversas formas de mutualización combinadas con una reestructuración parcial de la deuda. La primera fue formulada por el Parlamento Europeo en 2012, que sugirió crear "bonos de la Unión", que sustituirían hasta el 60% la deuda nacional y que quedarían en una cuenta de deuda consolidada pero no negociable. Una segunda propuesta, en esta misma línea, es la de Ashoka Mody, desde la Fundación Bruegel, o la propuesta del Comité sobre Política Económica Internacional y Reforma, patrocinado por la Sloan Foundation en 2013.

Por último, una propuesta especialmente interesante es la realizada en 2014 por Pierre Paris y Charles Wyplosz, conocida como plan PADRE, y que ya tuve oportunidad de comentar con mayor detenimiento en Valencia Plaza hace algunos meses. Brevemente, supone que el BCE transforme una buena parte de la deuda pública de los países (la mitad de ella, es decir, 4.6 billones de euros, en el escenario más ambicioso) en deuda perpetua al 0% de interés, para lo cual el BCE se endeudaría en los mercados internacionales. Las pérdidas se compensarían con cargo a los beneficios del BCE y de los Bancos Centrales nacionales.

En mi opinión, esta última propuesta es la más interesante, si bien es muy posible que se acabe aplicando algún mecanismo inspirado en la propuesta planteada por el Comité de Expertos Alemán. Aunque se prefiere no dar demasiada difusión a estas propuestas para evitar un aumento de la incertidumbre en los mercados, lo cierto es que cada vez se están tomando como escenarios posibles y el propio Plan Director (Blueprint) de la Comisión Europea plantea esta posibilidad en el medio plazo de tal forma que la misma Comisión convocó un "Grupo de Expertos sobre el Fondo de Amortización de la Deuda y las euroletras" cuyas conclusiones, un tanto ambiguas, aparecieron el pasado mes de marzo.

LA SOLUCIÓN FINAL

Lo que resulta innegable es la situación de vulnerabilidad en la que se encuentra sumida la economía española, en particular, y la europea en general, debido al peso de la deuda pública. La recientemente creada Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (airef) acaba de emitir un informe donde considera que la reducción del déficit español en los términos del Pacto Fiscal no va a ser posible y que el gobierno debería reconocerlo cuanto antes.

No sólo el nivel de la deuda no va a decrecer por lo débil de la recuperación, sino que su enorme volumen explica, en buena parte, las dificultades encontradas para recuperar el crecimiento. Si incluso el muy influyente economista alemán Hans Werner Sinn, presidente del instituto de investigación Ifo, ha pedido que se celebre una conferencia internacional sobre la quita de la deuda europea... ¿por qué dejar por más tiempo que la amenaza siga pendiendo sobre las cabezas de los ciudadanos europeos?

EL PEOR DE LOS TIEMPOS

Mariam Camarero

Catedrática de Economía Aplicada y titular de una Cátedra Jean Monnet en la Universidad Jaume I de Castellón
Artículos anteriores

Comparte esta noticia

3 comentarios

Pepet el fava escribió
19/10/2014 13:28

Ha habido países con deuda bastante mayor que el 100% del PIB y no ha pasado nada porque el problema en España es el endeudamiento de empresas que viven a costa de la subvención o la regulación pública. Y puestos a ahorrar¿Y por qué no ahorra la Adminsitración Central en la reducción del déficit suprimiendo organismos inútiles (el Senado sin ir más lejos) y generosas subvenciones. Sólo las autopistas de Aznar Aguiire de circunvalación a Madrid suponen un despilfarro mayor a pagar entre todos que el de cualquier CCAA, por no hablar de AENA, ADIF, y demás pesebres. Y nadie dice nada. ¡¡qué casualidad!!

Jose escribió
19/10/2014 12:04

No podemos mantener 17 mini estados en España. Hay que recentralizar Educación, Sanidad y Justicia. Simplificar la Administración y hacerla mas eficiente. Reducir trabas burocráticas. Consensuar normas y SIMPLIFICAR.

von peix escribió
19/10/2014 09:12

Interesante aporte Mariam, existe mucha desinformación interesada sobre este espinoso tema y la gente no es consciente de la situación real (100% de deuda del PIB y creciendo al ritmo de 5,5% anual).

Escribe un comentario

Tu email nunca será publicado o compartido. Los campos con * son obligatorios. Los comentarios deben ser aprobados por el administrador antes de ser publicados.

publicidad